Este Sanborns lo conocí porque tuve que aplicar la ñera, ya no aguantaba más para entrar al baño y todos los Sanborns siempre tienen baño, eso es de cajón. Entre diciendo que me estaban esperando en una de las mesas para que me dieran chance de ir al baño, y si efectivamente funciono. Después de mi gloriosa y triunfante ida al baño, me metí al restaurante para hacer la piña de que si era cierto que iba a verme con alguien, una vez adentro me gusto la terraza y me quede a leer y tomar café, si algo tenía era tiempo. En el café tiene refil y no te apresuran en que pidas nada. Estuvo muy a gusto aunque el café de Sanborns es re malo, y eso todos lo sabemos, pero fuera del mal café el servicio es bueno y la sucursal y en especial su terraza son muy bonitas.
Edgar R.
Évaluation du lieu : 5 Zapopan, México
Esta sucursal de Sanborns es mi favorita, creo que es la más bonita de todas en lo que el clima que tiene se refiere. Es una tienda impecablemente cuidada y la terraza es bastante cómoda para ponerte a trabajar. Mucha gente suele llevarse sus computadoras para trabajar de manera relajada y sin molestias. También es un lugar perfecto para tener reuniones de negocios o alguna cita para platicar. Mi comida favorita de Sanborns son las enchiladas suizas, en varias ocasiones que he ido a esta sucursal es lo que siempre pido. En tus reuniones puedes pedir café que lo rellenan cada determinado tiempo, la verdad es un lugar muy cómodo para reuniones.
Carla G.
Évaluation du lieu : 4 Zapopan, México
Un escritor es como cualquier profesionista, necesita dedicarle tiempo y espacio a sus relatos. A veces es difícil generar esta dinámica en una persona tan fugaz, tan dinámica. Un escritor puede pensar que únicamente cuando la musa de la inspiración toca su hombro puede generar cosas interesantes. Un buen amigo mío me enseñó que un buen escritor debe ser capaz de generar estos momentos de creatividad, de creación de personajes y situaciones, es un ejercicio que se perfecciona y se condiciona. Samborns, específicamente esta sucursal de Samborns fue escenario de varios de los cuantos que he escrito. Las meseras ya me saludaban amablemente, me preguntaban si quería lo de siempre, un café descafeinado con dos de leche, y el refill cada 30 o 40 minutos. Podía pasar horas en ese lugar y me sentía sumamente cómoda. Me llevaba mi lap, unos audífonos y me desconectaba por horas. Le tengo especial cariño a este lugar. Tiene un excelente servicio, un buen ambiente, repleto de ejecutivos, de familias, de amigos de antaño, de citas a café y postre.