Templo de Nuestra Señora de la Merced

Jamás había visitado esta pequeña iglesia hasta que un día una tía de Estados Unidos vino de visita e insistió que quería ir a este templo en específico.
A me me extraño su insistencia porque no hay nada extraordinario en este humilde templo además de sus famosos confesionarios que siempre están disponibles y logran reunir a una gran cantidad de personas, pero de ahí nada.
Resulta que mi tía había visto un programa en Estados Unidos que hablaba sobre esta iglesia y quería conseguir una oración que escuchó que vendían en la notaría de esta iglesia.
Sin hacerle más preguntas asistimos al lugar pero en la notaría no supieron decirle nada de oraciones y terminaron enviándola a una librería cruzando la calle, ya que casi todos los comercios aledaños a este templo son de motivos religiosos.
Súper tip: el tempo no cuenta con un estacionamiento cercano, por lo que es seguro que si lo quieres visitar tendrás que caminar varias cuadras hasta encontrar un lugar adecuado o de plano entrar a un estacionamiento publico bajo una pequeña tarifa.

Una de las cosas que más odio desde que era niña, era ir a misa, siempre se me han hecho eternas y realmente no les encuentro un sentido real; sin embargo he aprendido a entender la religión y respetarla.
Esta es una de las iglesias a las que una de mis tías me traía a confesarme o a ser parte de esta ceremonia religiosa llamada misa. Aunque los recuerdos de asistir a misa no eran los mejores de mi infancia, recuerdo que me gustaba acompañarla solo por una razón, siempre que salíamos de misa me compraba unas obleas.
Cada que paso por ahí me acuerdo de la eternidad que me parecían las misas, y algo chistoso es que a veces mi papá viene a misa a este lugar y llega a casa con unas obleas.
Respecto al lugar, puedo decir que es una iglesia muy linda y es considerada una de las más antiguas de la ciudad.