Finoli Comidas

Finoli es colega de la pizzeria los hijos de put (de los videos de capusotto), este lugar es uno de los mas extraños que conozco en Rosario, para empezar es todo menos fino, en una época había un gato que caminaba por la mesa y teníà la misma mala onda que los dueños, deduzco que un día vino bromatología porque ya hace tiempo que el minino no anda mas por el local.
Este resto bar delivery es genial por su precios principalmente y por el sabor de sus comidas, cuando pones en la balanza su mala onda de un lado y del otro lo rico y lo barato que es comer ahí gana por goleada y terminas haciéndote habitué y riéndote de lo mala onda que son. Está abierto al medio día y a la noche para comer ahí o llevártelo a tu casa, es ideal para los estudiantes con poca plata o para cuando te juntas con amigos la intención es no gastar. Tiene un pizarrón en su puerta con todos los menú que manejan en el día y los precios, sus pastas son como la de la abuela bien caseritas y ricas, las pizzas también son muy ricas y sino podes pedir milanesas, sándwiches, carnes, etc. Hay que estar atento porque es un restobar dentro de un pasillo así que si pasas por ahí es medio difícil de encontrar, pero cuando al fin lo haces vale la pena.

Finoli es un… como llamarlo.
Es algo así como una rotiseria y un intento de bar. Queda en un pasillo muy angostito que solo advertís su existencia porque disponen un pizarron afuera con el menú. Adentro reinan los muebles antiguos, como si fuera la casa de tu abuela. Un televisor viejo, arriba de una mesa vieja, rodeado de cuadros viejos. Es muy bizarro ir, pero tengo que admitir que me encantan estos lugares.
Su comida es muy rica, MUY RICA y super casera. Las milanesas son lo mas parecido a las de mi vieja que he probado. Si tenes suerte y justo cuando vas hay ñoquis…no lo dudes, pedilos!!! aunque hagan 40º! no te vas a arrepentir, son super caseros, de papa con una salsa suave pero muy sabrosa. La panera como en los bares de antes y quesito rayado, imperdibles!
Sus dueños, quienes atienden no son lo mas simpático que te puede tocar, muchas veces se pelean entre ellos y se gritan jaja terminan siendo divertidos. Ir a comer a Finoli es como comer en tu casa pero no cocinas.

A Finoli Finoli lo conocí cuando fui una noche a la chamuyera bar que es bien pegado y no había mesas parar sentarnos. Vimos un pizarrón de pie que indicaba toda su propuesta gastronómica, la cual no pretende tener un estilo gourmet pero que si tiene todo lo clásico y lo que nos gusta a todos los argentos.
Cuando entras te encontrás con un mostrador donde ahí mismo podes hacer tu pedido al estilo rotisería y llevártelo a tu casa.
Pero si preferís comer en el lugar te vas a sorprender con para mi el living de una casa, un televisor en una mesa con ruedas y un despliegue de sillas simple y comunes.
Este lugar trabaja solo por la calidad de la comida, no por las condiciones del lugar, ni por la atención que aunque no sea mala tampoco es de lo mas simpática, lo justo y necesario.
La comida lo es todo! y asi trabajan en familia desde hace un tiempo.
Pizzas, sanguches, milanesas, papas fritas, puré, los clásicos de cualquier casa hecho con dedicación que a la hora final te sorprenden con abundancia y a los mejores precios.

Un día estaba con mis compañeros y amigos de trabajo, no sabíamos a donde ir y tuvimos una buena idea: gastar poca plata y comer abundante.
Entramos a un lugar que queda al lado de otro bar muy interesante. Pero son muy diferentes.
Finoli es un sitio para sentarse y simplemente comer; no hay decoración, no hay demasiada limpieza y no hay buena atención. Solo comida en abundancia y bien preparada.
La comida del lugar son las minutas clásicas en inmensos platos, como milanesas, supremas, hamburguesas, papas fritas (por supuesto, no pueden faltar), empanadas, pizzas con diferentes ingredientes, carlitos y tostados, pan casero y pastas variadas.
Realmente preparan los platos muy sabrosos, se esmeran o les sale natural, no lo se. Tardan poco para servirte y hay pan, limón y otros aderezos en las mesas.
Cerveza, gaseosas de litro y medio para compartir y vino, también otros tragos fuertes.
Un lugar perfecto para ir en grandes grupos, te arman las mesas todas juntas para hacer como un tablón de comida comunitaria. Ideal para las grandes familias que quieren salir pero no pueden gastar mucho dinero.
Es una rotisería pero sin entrega a distancia. Conocida por muchos vecinos y clientes fijos amigos de la casa… quizá algún día seas uno de ellos.
Conocelo y hace tu propia crítica, pero seguramente te vas a llenar. Después si te sobró plata, estás a solo dos cuadras de pellegrini, podes ir a tomarte un helado a cualquiera de los locales.

Los lugares que venden comida y sólo se preocupan por eso me enamoran. Finoli le hace honor a esto y también le hace honor a su nombre (utilizándolo como la mítica frase del gordo que salía en la tele que decía «finoli finoli!»).
Si estás buscando una carta internacional, tragos de autor, luces dicroicas formando un caminito en la entrada y servicio de valet ni te acerques a este lugar. En cambio si lo único que buscás es comer una excelente comida, abundante y a un precio digno de propaganda del Indec entonces encontraste tu lugar.
El lujo es algo que aquí no se encuentra, y puedo comprender que muchas personas no entrarían al lugar con el sólo hecho de ver su entrada, pero creo que por eso también me gusta tanto este lugar, porque las personas que van, los clientes de siempre, saben que que lo importante de allí no es la apariencia, ni el orden y ni siquiera la atención, es su dedicación al 100% a la comida.
En su menú cuentan con todo tipo de minutas: Lomos, familiares de milanesa, torpedos, pizzas, carlitos, hamburguesas (la mayoría hechas con pan casero); ofreciendo también pastas, ahora en verano sólo cuentan con tallarines y ñoquis pero en invierno suman canelones, ravioles y sorrentinos.
El lugar funciona como rotisería con atención inmediata (ya que no cuentan con envío a domicilio) y además cuentan con un amplio salón en dónde mucha gente del barrio, inclusive el pelado copado de la librería El Lugar (leer en mis reseñas), se reúné a comer o a tomar un vermouth y charlar esas cosas importantes que se hablan en los encuentro vecinales.
Larga vida a Finoli!