Alea docs & films

Alea jacta est! que decía aquél… Y se quedó tan ancho.
Esta productora audiovisual no se está por tonterías. La telebasura le da más bien lo mismo y ha conseguido hacer productos audiovisuales de muy alto nivel. Ejemplo de ello es el documental «Amb qui parlo?», de la directora Lluna Antúnez. Lo recomiendo principalmente porque ella es mi amiga y la quiero, pero también porque este ensayo sobre la esquizofrenia es un retrato muy interesante de la vida de una familia que a pesar de los problemas, sigue estando muy unida.
Alea toma esos riesgos y apuesta por un cine documental profundo y valiente. No apto para después de comidas copiosas… demasiada intensidad post-​cochinillo. Y olé.

Pude conocer en el Thessaloniki International Film Festival a uno de los productores de Alea Docs & Films y nada más verle vi en el la imagen de lo que debe de ser un productor.
Alejado de los tópicos (normalmente falsos) de los productores avariciosos, que les da igual el proyecto y sólo piensan en cuanto generará, este actuaba casi como el padre de la criatura, una película que habían podido levantar no sin mil dificultades y que gracias a su buen hacer llegó hasta ese festival.
Supongo que no sólo yo he notado esto en la gente de Alea Docs & Films, ya que últimamente las televisiones públicas catalana y española están sacando con ellos muchos proyectos.
Si tenéis algun proyecto, ya sabéis…

Cuando Barcelona se convirtió en la meca de los documentales a finales de la década de los 90, Alea docs & films ya llevaba muchos años dedicándose en cuerpo y alma a la producción de proyectos de este género «minoritario» (incluso de culto) para la pequeña pantalla, tanto para canales nacionales como internacionales. Pero entonces les llegó el éxito sorpresa con «F.C Barcelona. Confidencial» (una obra que narraba con un acceso privilegiado el primer año de Joan Laporta como presidente del Barça), se lanzaron a producir sus primeras películas cinematográficas (Aguaviva y Ordinary Boys), ganaron premios en festivales de prestigio y, en el 2009, alcanzaron el éxito masivo gracias a la mini-​serie «23 F. El día más difícil del Rey», producida para TVE y con una audiencia que superó los seis millones de espectadores en ambos capítulos.
Actualmente están apostando por películas de ficción con un marcado carácter comercial y siguen sorprendiendo con documentales creativos que aportan algo de coherencia al mundo desquiciado en el que nos ha tocado vivir. Supongo que ésta es la magia del cine, a pesar de que la industria audiovisual de nuestro país siga vagando sin rumbo aparente.