Como en tu Casa

Siempre decimos «como en casa no se come en ningún lado» o «porque en casa de mi madre se come como un rey»… pues sí eres asiduo a decir estas cosas y resulta que tu casa paternal te pilla algo lejos, como me pasa a mi, pues yo voy y me doy una vuelta a comerme un platillo en este rico lugar.
La chicas quieren que verdaderamente te sientas como en casa, y de ahí el nombre del bar. Ellas no quieren más que complacerte con sus ricos platos. Que lo mismo te hacen un potaje, que unas lentejas, que una buena ensalada de queso de cabra, que eso esta muy de moda en estos tiempos.
En fin, que si lo que más te apetece es simplemente venir aquí tomarte un te, merendar un buen postre casero y leer un libro tranquila, pues también puedes hacerlo, porque lo bueno de Como en tu casa, es que es verdad que te sientes como si estuvieras en el saloncito de casa.
Una cosa, no es nada recomendable ir en grupo, el local es bastante diminuto!!!

Un pequeño gustazo es sentarse en la única mesita fuera de este restaurante, en la encantadora calle Séneca, a media mañana con una buen libro o cruzarse de brazos y contemplar su incesante vaivén.
El local interior no es demasiado grande pero siempre hay un montón de clientes, especialmente a mediodía y a última hora de la tarde, cuando la gente se reúné después del trabajo para tomarse un vino y despotricar de sus jefes. El menú diario cuesta 10,90 € y es una mezcla entre comida casera y de mercado, sin muchas complicaciones pero bien resuelta. A ellos les gusta llamarlo «comiditas». Lo mejor: los postres caseros.

Una vez más, me he levantado demasiado tarde, una vez más, he olvidado mi tupper.
Por suerte a 4 minutos de la oficina (dependiendo de los semáforos) tengo mi segunda casa, en la neoyorkina calle Séneca, allí me esperan ellas.
Hoy es el día de la pasta y mientras aguardo mi ración para llevar, a ritmo de la francesa Zaz, curioseo su tarjeta, donde encontramos su receta para el éxito. Le añadimos un ingrediente, 4 vueltas de microondas y, voilà, ahora sí, ya lo tenemos. Como en casa.