No se puede ir medio obligado a un sitio, pero si es por complacer a una dama se sacan fuerzas de flaqueza y listos. Lo griego, suena a clásico, a estatuas, a un cierto tipo de actitud ante la vida. La comida griega me sonaba a berenjenas y queso fresco y yogur a tutiplén. Un poco fue así, mucha ensalada, mucha carne blanda, pollo, sobre todo. Fue una experiencia rara, porque podría parecer como un sitio especializado en este país, pero lo viví más como un sitio pseudo vegetariano. Había cervezas griegas, probé una. Ya sé que no pediré cerveza nunca si viajo al país olímpico. Según qué cosas no deberían exportarse como si fuese algo bueno.
Iban M.
Évaluation du lieu : 2 Barcelona
Os aseguro me gustaría escribir una reseña positiva de este sitio, pero está claro que lo Dionisos y yo fue un mal polvo(y eso molesta de un sitio cuyo nombre invita al placer sistemáticamente). No sé si fueron los astros o que yo tenía el día torcido y el karma cambiado, pero pedirme un kebab para cenar fue toda una odisea. Primero sólo se enteraron de la mitad de lo que les dije. Luego me hicieron ir a caja otra vez a repetir el pedido. Se equivocaron a la hora de cobrarme. Cuando la cosa parecía encauzarse, me volvieron a preguntar por tercera vez que qué quería. Esperaba que tras ese momento todo se solucionara, pero nada más lejos de la realidad, los kebab empezaban a pasar por delante de mi cara sin que ninguno se detuviera en mi mesa. Escandalizado ante el dilatado tiempo de espera, decidí informarme del motivo de la demora. Se habían olvidado de mí. Y eso es lo peor que pueden hacer con un corazón sensible como el mío. Ahí no acaba la cosa, me dieron uno de ternera en lugar de pollo. Pensé que protestar a esas alturas no servía de nada. Mejor era aceptar mi destino, al menos me sentiría un poco héroe.
Mariana B.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Fue una noche como cualquier otra, 4 amigas del mundo que se conocieron en un posgrado, comían un Kebap con un hambre atroz tras 4 horas de clases intesivas de Dirección de Arte. Era una constante, algo así como que había algo así como inercia que nuestro cuerpo no sé cómo pero terminaba en Dionisios de la Plaza del Tripi casi todos los viernes del año pasado. Recuerdo una vez que estábamos cenando en la pequeña barra que hay dentro. Hablamos de coincidencias, también de amores perdidos y de cómo una catalana, una argentina, una colombiana y una mexicana habían coincidido en tiempo y en espacio en esta guapísima Barcelona. Un recuerdo increíble dejamos en este rinconcito de la ciudad. Dionisios funcionó como confesor de nuestros más escondidos secretos. Yo creo que esa noche los empleados del local se hicieron una tremenda fiesta con nuestras anécdotas y desamores. Además de una panzada de cotilleo ajeno. Final feliz, el kebap alimentó nuestros corazones y nos dejó super llenas. Panza llena, corazón contento. Voilà!