Don Colchón

Fui a Don Colchón porque para empezar, me gustan las tiendas donde a cada cosa se le llama por su nombre y no hay que andar averiguando qué venden en la «Holly Polly Big Issue 2 oh yeah», por ejemplo.
A pesar de tener el mejor nombre posible, Don Colchón no sólo vende colchones, sino también somieres y almohadas. En mi caso, me hice con el somier más ochentero y barato de la tienda (aún vive después de 10 años).
Don Colchón tiene también un eterno «outlet» en que no puede rebajar más los precios porque si no, te estaría pagando a ti por comprar.
Es una buena opción si no quieres caer en tiendas grandes y modernas, a la par que ideal, porque cuentan con las primeras marcas del mercado a precios muy buenos.

A Don Colchón no se porque hay que traterle de usted. En esta tienda, parte de una extensa franquicia, compré el colchón y el somier sobre el que descanso desde mi llegada a Barcelona, y el buen hombre que me atendió y asesoró en mi compra, no tuvo problemas en que le tuteara.
Despúes de unos cuantos años la cama resiste bien. Y es que esta marca de cuyo nombre si puedo acordarme, pero no encuentro necesidad en revelarte, es un clásico en el sector.
La tienda es inmensa y siempre tienen pegados en sus cristales unos rótulos que dicen «ofertas».
Al pasar por delante del establecimiento cuando está cerrado siempre me imagino que podrían ceder todas sus camas vacías a los sin techo que mal duemen en calles y cajeros. Al chocar con un transeunte vuelvo a la realidad y bendigo la suerte que tengo de poder dormir tan comodamente todas las noches.