La Casa de las Mantas

Por 25 pesetas: sitios de Barcelona que parezcan anclados en los 80. Un, dos, tres, responda otra vez.
Pues eso, La Casa de las Mantas. Otro reducto con solera de los que ya parece que quedan pocos –y más en la zona de Urquinaona– que recuerdan a ésa Barcelona ochentera, pre-​olímpica y cero moderna pero muy modernista.
Su nombre no lleva a engaño: es una aplogía de la manta y sucedáneos, esto es: ropa de cama y ropa para el hogar en el sentido más extenso de la palabra. Nórdicos, sábanas, colchas y edredones (sí, todavía existen), trapos, manteles, toallas, albornoces e incluso alguna alfombra. El sitio es la pesadilla de cualquier alérgico, pero juro por mi juego de cama de algodón egipcio que si lo visitas en otoño/​invierno te da una modorra que te hace desear que sean las doce para irte a dormir a la cama.
Lo mejor es que el género va acorde con el sitio: a su bola. Solo os digo que lo más in allí son los estampados japoneses o geométricos. Por lo demás, todo es de relativa buena calidad –yo compré en su día una colcha y una manta que me están durando lustros y como nuevas, oye-​. Bueno para hacer «ajuar», que aunque ya no se estile siempre bien–
Eso sí, lo más fascinante es el sistema de ventas, que es como las doce pruebas de Astérix pero en paño: te atiende una señora; te escribe la comanda en un papel, te hace entregarlo en un mostrador, allí te lo miran, lo pagas y te mandan a otro donde recoges lo que has comprado. Siempre teniendo en cuenta, eso sí, que estés en la planta adecuada. Total, que entrabas para cinco minutos y entre una manta y otra te has pasado toda la tarde. Un clásico.

Esta tienda es un «clásico» de la zona de Urquinaona. El típico establecimiento de toda la vida dedicado a la ropa del hogar. Aquí encontrarás de todo, ¡No sólo mantas! La última vez que fui fue para acompañar a un amigo a comprarse un nórdico. Nos enseñaron varios, de plumas naturales, sintéticos, de distintos grosores… Tenían mucha variedad. Esta tienda es un sitio perfecto para encontrar productos textiles para casa, pero es un poco cara.

Cuesta encontrar la entrada porque ocupa cinco escaparates distintos a lo largo de toda la calle. A pesar de ello, el surtido de escaparate poco tiene que ver con el interior. De puertas afuera muestran los colores de temporada, por lo que a menudo se pasa de largo cuando no entra por los ojos: desde hace un par de años les ha dado por lo intenso, incluyendo verdes marujita, lilas y morados, toallas con estampado nada discreto… pero una vez en el interior y sorteados los primeros muestrarios también a la última, uno se encuentra ante la mayor acumulación de ropa de cama y dormitorio y textil de baño de toda la ciudad. Seguro que encuentras lo que buscas, lo que pasa es que el precio va acorde a su fama.

¿Existe el paraíso en la tierra? Sí y se llama La casa de las mantas. Imaginaos un Eurodisney pero de cortinas, un Legolandia pero de telas. Eso es La casa de las mantas, un macroespacio que recorre toda la calle Junqueres (incluso a los dos lados de la acera) para ofrecerte lo que quieras en ropa de cama (edredones, nórdicos, almohadas y todo eso). Aunque no vayas a comprar, merece la pena entrar, sobre todo en invierno, que a uno le entra calor sólo de ver tanta manta. Pero ya en serio, La casa de las mantas tiene algo de espacio de culto, apología de las sábanas. ¿Se os ocurre algo mejor?
Después de todo, tienen que saber lo que se hacen, llevan desde los años 40 dando guerra, que saber de mantas no es tan fácil como parece.

Sehr gut sortiertes Fachgeschäft für Bettwäsche, Decken, Handtücher etc. — also einfach «Heim– und Badetextilien». Oft Angebote und insgesamt qualitativ und preislich ein gutes Verhältnis.