Brasserie Flo

Desde el año 82 que abrio sus puertas sigue manteniendo la misma decoracion, agradable y muy acojedora .
La cocina francesa y catalana. Sus platos, algunos estan en la carta desde el inicio. Lo que si han cambiado la presentacion de alguno de ellos adaptandolos a los nuevos tiempos de cocina de autor .
Convertido ya en un clasico de Barcelona siempre es un placer atravesar sus puertas y dejarse llevar por el maitre que acompaña hasta la mesa ‚
La comida es excelente. Presentacion en los platos un 10.
Los postres, muy recondable la tarta tatin con nata y la crema catalana
El trato es sencillo, amable y muy natural por parte de todo el personal .
Al salir siempre dices, volvere !!!

Gracias a El tenedor cenamos con descuento del 50% y eso hace que el panorama sea totalmente distinto. Sitio acogedor (muy clásico), servicio atento y rápido.
La cocina es francesa pero las porciones son generosas. A destacar el steak tartar y el filet mignon.
Con descuento la relación calidad-​precio es proporcionada así que…

Came here for a business related dinner, so everything was more or less settled in advance. The whole place was booked and still they managed to serve the different courses very smooth and quick. But the service got slower as the evening went on, and in the end, we ended up getting our drinks in the bar.
The venue is very classy and throws your experience back in history. Food we got was classic tapas and didnt leave no one behind. It was plenty of variety to please even the most picky one. And remember its tapas, you dont have to eat it all, the secret is to enjoy and try a lot of different dishes.

La calle Jonqueres es la vía de escape para todo automóvil que quiera huir del denso Gótico hasta el no menos denso Eixample. Se caracteriza por ser un tramo poco amable para el viandante, nada apetecible la verdad… Pero en una de sus estrechas aceras se ubica desde hace ya varias décadas la Brasserie Flo.
La gran entrada porticada hace de reclamo para el paseante e invita a curiosear la carta y a entrar. Al cruzar la puerta respiras de inmediato esa atmosfera clásica mientras te acomodan las prendas de abrigo y mientras el maître te acompaña a la mesa.
La sala tiene unas proporciones buenísimas, asemejándose a un cuadrado perfecto. Dispone de techos altos que dan mucho cáracter y teatralidad al espacio. La organización de mesas responde a un criterio de cierta privacidad, ya que mediante mamparas se sectorizan subáreas para que el comensal se sienta recogido y pueda centrarse en sus acompañantes y en sus elaboraciones. No obstante, siendo sinceros, hay ciertos sofás y mesas que podrían actualizarse para ofrecer mayor comfort. Tampoco le iría mal una mano de pintura general y una puesta al día… Con eso no quiero decir que hubiese que cambiar el estilo, que lo caracteriza y es su seña de identidad, pero sí un pequeño «update» para afrontar 10 o 20 añitos más no estaría mal.
La carta es suficientemente extensa, con platos nacionales y otros más afrancesados, pero que no discrimina ni el mar, ni la montaña, ni la huerta. Mis elecciones fueron acertadas y las de mis familiares también. Nada estuvo mal. Todos los puntos de cocción bien resueltos, tanto la carne, el pescado, como las verduritas. Las raciones generosas y bien presentadas –para más detalles se pueden ver las fotos que hacen justícia a lo comido-​.
Para los amantes de la gastronomía moderna o los puristas del diseño interior, aguantar una comida en «FLO» puede ser una procesión, porque no encontrarán ni esferificaciones bullinianas ni vajillas imposibles… Aquí el servicio viste de traje y pajarita. También muchos detalles siguen esos protocolos clásicos; el despiece de los pescados previo haberlos mostrados, el servir el chocolate caliente de los profiteroles al momento, etc.
Como conclusión, lo recomiendo totalmente para una reunión familiar u ocasión especial. Los precios tal vez son algo altos, pero bueno, hay dos opciones: ahorrar o rebuscar en internet alguna promoción interesante.

We ate dinner here when in Barcelona. The restaurant is beautiful and the staff if very attentive. Knowing this is a chain restaurant we were surprised by what we saw and the way we were treated. The food was a little above average. The salad and the deserts were great, but the main course, Stroganoff was pretty average. Because there are so many wonderful restaurants in Barcelona there is no reason for us to return here.

Beautiful décor, early 19^th century motifs, well appointed formal wait staff. The food though was a disappointment. My wife and I both ordered two different selections from the set plate offerings: Catalan seafood stew, and black rice with lobster. There was a lot of shell in both of the plates and not much seafood. The café flavored flan dessert was over cooked having poor texture and disagreeable flavor; both of us only ate one bite. These two dinners were not worth € 91. The Albariño wine was good… at least there was that.

Uno de los restaurantes más clásicos de Barcelona.
Su ambiente y decoración de lujo nos hace un velada acogedora y cálida.
El servicio muy atento y rápido la verdad que muy profesional.
Entre sus platos yo destacaría el marisco y de los postres los helados caseros que más buenos he probado en mi vida.
La calidad de sus platos y el buen trato con el cliente hace que éste tipo de local sea muy frecuentado por lo que recomiendo ir a buena hora para poder disfrutar de una increible comida o cena.