El local es muy acogedor con una decoración muy cuidada, igual que la presentación de los platos. Se nota que han puesto mucho amor e ilusión, te cuentan los platos de la carta con un detalle que te dan ganas de comerlos todos! Es una mezcla de cocina italiana y catalana. La carta va variando según la temporada y los productos que se encuentran en el mercado, pues todo son productos de proximidad y todos los platos están exquisitos! Igual que el vino! No hace mucho que han abierto, fui a principios de verano y me encantó, por eso he vuelto a ir! Altamente recomendable!