El Racó de Sants

Taberna acogedora con mil opciones de cervezas de todos lados. Para acompañar se ofrecen raciones y tapas muy variadas. Las bravas son de las mejores que probé. Podría mejorar en la atención al cliente

Ambiente muy acogedor y agradable. Con una amplia carta de cervezas muy clásica y belga.

Un bar/​pub emblemático de Sants. Buen ambiente, buena música y una larguísima carta de cervezas (pero se nota que se especializan en las cervezas belgas). La comida no he probado aunque la carta pinta bastante bien. Si tenéis duda cual cerveza elegir, os aconsejo Trappist Achel Blond!

Cuando vivía por la zona de Sants, éste era mi bar de cabecera. Me lo descubrieron mis compañeros de piso cuando me mudé con ellos y desde entonces procuré no faltar a sus citas periódicas con las Trappes (hasta que empezamos a caernos todos mal, pero esa es otra historia). A primera vista es un bar sin nada destacable en particular; pero cuenta con una importante provisión de cervezas de importación, todas muy ricas, a un precio de los que ya no se encuentran. Mi favorita, la Trappe de barril; mi límite, nunca logré pasar de la tercera. Ahí queda eso.

Esta cálida cervecería del barrio de Sants abrió sus puertas en 1985, en un edificio que data del 1863. Más de 25 años deleitando al personal con una extensa selección de cervezas. Creo que es de las más abundantes de Barcelona ya que tienen 70 tipos, principalmente de importación de países como Irlanda, Bélgica, Alemania, EEUU, Argentina o Italia. También tienen cervezas artesanas, que puedes acompañar de una variedad de comida mediterranea, a base de tostadas, ensaladas, anchoas del Cantábrico, etc. Los platos de queso de tête de moine servidos en forma de flor y alegrados con nueces y una reducción de módena son un buen acompañante para una cerveza tostada. También puedes encontrar al mediodía plato del día por 5 €, y chocolate con churros y gofres para merendar. Pero lo significativo del Racó de Sants es precisamente ese aire a taberna irlandesa: mobiliario de madera, muy ornamentado pero no cargante. Y en cada mesa una cálida vela para dar lumbre. Por supuesto no es la única iluminación del lugar, pero es muy tenue y suave. Los sábados, domingos y festivos, a partir de las 13 h acostumbran a tocar música tradicional irlandesa, country americana, salsa, boleros o música étnica, para ambientar los vermuts. Lugar muy recomendable para los amantes de las cervezas de importación.

Este bar puede presumir perfectamente de ser uno de los principales templos de la cerveza del barrio de Sants. Sin llegar a tratarse de un pub irlandés –a menudo excesivamente cargados de contenido anglosajón y descontextualizados hasta el paroxismo del entorno en el que se encuentran-​, posee igualmente una notable muestra de variedades de importación. A pesar de esta especialización, no es uno de esas cervecerías proselitistas en los que te miran con desdén si pides una caña cualquiera, una «vulgar» estrella o incluso un gintonic. No, además de dedicarse al producto estrella, La Taverna contribuye a articular buena parte de la vida nocturna de un barrio no muy sobrado en locales agradables donde tomar algo cuando cae el sol.