El Roure

Apparently not open in August (very common in Barcelona), or no longer open at all. Just went there and its dark. Who knows.
Point being, don’t believe Unilocal site’s stated opening and closing times when travelling out of USA. Crap shoot at best.

Good, casual place with great vibe. I would give this 3.5 probably if that were an option — there’s nothing at all bad about the place, but it’s kinda just a Barcelona version of a diner. You could see Seinfeld having scenes filmed there. It’s a nice atmosphere to be among the locals, but nothing about the food was that interesting.

Un restaurante de tapas de toda la vida como quedan pocos en Barcelona, es decir no turístico (los comensales eran de aquí por lo visto). El local es amplio, un poco ruidoso pero va muy bien con el ambiente bonachona. Los camareros han sido muy amables e atentos. La selección de tapas es muy amplia, las porciones generosas. Y lo mejor: las tapas y los precios son muy buenos.
Por lo visto es un sitio popular, ya conocido por los locales (era lleno aquel viernes). Mejor reservar si vienes con un grupo de amigos. Por cierto, es un restaurante ideal para grupos para hay mesas de tamaño mediano y grande.
A la salida, tomen una copa a la terraza del Soto’s bar, Plaza Narcís Oller 3, justo al lado.

I love this place! We always come here with guests because it’s just a really great place to go. It’s a very authentic place, and mostly quiet and full of non-​tourists. The people are really nice, and it’s in Gràcia, which is a beautiful neighborhood. I recommend it most definitely!

I love Unilocal.We would have never found this place and may have been the first American’s to show up in years. Very cozy little neighborhood place.
We got there early (well by Spanish standards) and were quickly asked for our drink orders. An impressive menu with plenty of choices for tapas. We went with Pulpo, buñuelos de bacalao, croquetas pollo y patatas bravas.
The cod was great and should be on the top of your list. Everything else was fresh and well done. Our waiter was swamped by the time we left which was the only downside.

ratifico todo lo anterior dicho y añado_​_​_​_​
y ademas añado que si quereis comer una buena paella del «jueves» ir alli sin dudarlo:
Calidad precio sin igual!!!
y lo de sus tapas es autenticidad!!!
Y no olvidemos que son amantes del baloncesto.

En la esquina de las calles Riera de Sant Miquel y Lluís Antúnez se encuentra este bar, conocido también como El Roure (que quiere decir «roble» en catalán”) El Roble es un bar clásico de tapas, de almuerzo, de aperitivos, de charlas de toda la vida. Cuando entras, los camareros te saludan afectuosamente, eres parte de su familia. Atentos y profesionales, vestidos con camisa blanca, pantalón negro y delantal largo.
El Roble es un local casi centenario que ha ido renovándose con el paso del tiempo sin perder su esencia. Al mediodía ofrece comidas caseras pero es especialmente conocido por sus tapas caseras. En sus paredes cuelgan pizarras con una selección detallada. Es aconsejable pedir el variado de la casa así como las bravas o las anchoas con rebanaditas de pan con tomate.
Con el tiempo, el local ha adquirido sendos televisores para seguir los partidos de fútbol.
El local es agradable pero en según que horas es bastante ruidoso y se impone hacer una parada rápida para salir hacia otro sitio.

Uno de mis bares de tapas preferidos de Barcelona; ni más, ni menos.
Lo tiene todo: la comida es buena, tienen variedad, el local posee solera, está situado en una esquina pintoresca, el personal es buenísimo, con camareros que llevan mucha mili, son simpáticos, del Barça y por lo que bebes y comes no es caro: es lo justo.
Podría recomendar muchas raciones pero no tendría mucho sentido alabar unas porque parecería un desprecio para otras que no lo merecen en absoluto. Diré, eso sí, que solamente me atrevo a pedir callos en unos pocos locales de confianza y éste es uno de ellos.
Larga vida al Roble.

La impresión que me dio el bar por fuera fue muy atractiva, daban ganas de entrar y entré. Se respiraba un ambientillo muy animado, lleno de gentes charlando vivaces. La decoración y la conservación del bar es estupenda, sin duda tiene historia y la ha cuidado, es un bar con solera, identificas en él la personalidad de un barrio.
Me senté en una mesa y pedí una caña y una croqueta de cada tipo de las que tenían en la barra, y también una empanadilla. Las patatas bravas no las quise probar porque por el aspecto ya vi que no eran de las que a mí me gustan.
Soy muy exigente con las croquetas, opino que si las ofreces en tus tapas tienen que estar buenas, no pueden ser comparables a las congeladas que compras en bolsa en el supermercado, es más, no pueden verse superadas por estas últimas, eso sería…, lo diametralmente contrario a «lo más».
Las croquetas de El Roure no superaron mi examen, para nada. Pero lo peor fue la empanadilla.
Quizás en otro tipo de bar, me las hubiera comido, hubiera opinado lo mismo, pero no le habría dado importancia, lo habría valorado como un simple acto alimenticio, punto pelota. Pero El Roure había creado muchas expectativas en mí por todo lo demás. Me decepcionaron sus tapas.

Bar de barrio con solera y mucho ambiente. Conozco su menú diario: sencillo, barato y abundante. Está muy animado a cualquier hora que vayas pero creo que el cénit de afluencia es a mediodía donde podrás encontrar una variopinta mezcla de trbajadores de la construcción, señores en traje, algún artistilla y señoras recién salidas de la peluquería degustando comida casera y un poco de batalla.
Excelentes las patatas bravas y la ensaladilla rusa.

Mi amigo Gabi me dijo cuando vengan tus «viejos» de visita hay que llevarlos a «El Roure» en Gracia. Conocí el sitio por él que lleva más tiempo por esta tierra catalana. Me contó que son las mejores tapas de Gracia hasta que yo misma lo comprobé. Fuimos en patota, nos adueñamos de una mesa del fondo y comenzamos a tapear de lo lindo entre charlas, recuerdos y viejas anécdotas. Lo cierto es que fue una zambullida increíble de tapas y cañas. La atención más que bien, un camarero amable nos llevaba las cosas a la mesa. Disfrutamos, la pasamos bien en un tradicional sitio que lleva casi más de un siglo sirviendo esta especialidad. Mucha gente, bullicio pero del lindo. La gente feliz y encantada. Nosotros éramos uno de ellos. Con la panza llena nos fuimos cantando por Gracia. Voilà!

A un Barrio tan mítico como es el de Gracia en Barcelona no le podía faltar un bar como El Roble. En una esquina y con estética familiar. Es un bar de la época del franquismo hecho de roble. Un bar ideal para ir a tomar unas tapas o una cervecita a la salida del curro. Las patatas bravas pican un poquito, pero están muy ricas y crujientes. Además, si te gusta ver futbol entre amigos, el bar Roble emite los partidos del Barça.

¡El tremendo Roure! Como su nombre indica, es un local fuerte que ha resistido a lo largo de los años y bien arraigado al barrio. Fue inaugurado en abril de 1889… Como bien dice su propietario: -¡Tu no habías nacido!- Yo me pregunto -¿Y como lo sabrá? —. Pero claro, al poco caigo en que son muchos años detrás de la barra donde se dice que se desarrolla un sexto sentido. El Roure es ya uno de los más antiguos de Gracia. Un bar que evidentemente rezuma historias en cada uno de sus rincones y una vida muy particular. Una mezcla perfectamente natural entre la esencia del barrio y algunos visitantes glamurosos de las pasarelas, televisión y faranduleo en general (que se dejan ver ocasionalmente para el disfrute de los parroquianos habituales). Pero al final lo bonito del Roure es que todos vamos a lo mismo: a disfrutar de sus tapas. Y sobre todo a sentirte acogido en una gran familia, con sus patrones al frente; Toni, Santi, Manel, César y el resto de la cuadrilla.