Fleca Balmes

La Fleca Balmes es la panadería que tenemos más cerca del trabajo y ¡es un vicio! Todo lo que hacen está delicioso.
Tienen una gran variedad de panes. Los hay integrales, de cereales de mil variedades, rústicos, de pagès… de infinitas maneras. Tienen el obrador en el piso de abajo y es todo artesanal.
Si pruebas algo de sus dulces ya no podrás vivir sin ellos. Yo es pensar en algo dulce de la Fleca y es tener que ir directa.
También hacen bocadillos fríos y calientes que te puedes llevar o bien tomarlos en una de las dos mesitas altas que tienen. Sirven café para tomar allí o llevar.
Las chicas que atienden son muy majas, el trato es genial. La única pega es que a mediodía a veces se acumula mucha gente y te toca esperar un poco para los bocadillos, es el único pero de la Fleca. Pero está tan rico todo, ¡que compensa!

Me caeeeeen fataaal!!!
Voy mucho, muchísimo, porque está realmente cerca de la escuela donde estudio; siempre que comemos allí me acerco en un plis a comprar el pan. La verdad es que lo que hacen está bastante bueno, y además tienen un montón de pasteles, croissants, magdalenas, y galletitas. Pero vaya… que las chicas son de lo peorcito. Como no soy una señora digna de vivir en Balmes con Diagonal, pues me tratan con mucho desdén; y no hay cosas que me moleste más que el clasismo infundado.
En definitiva, que sigo llendo porque es la panadería que queda más cerca. y porque cuando la escuela necesita un catering de mini-​pastelitos salados nos pasamos por allí, pero es taaan caro y las chicas son tan poco simpáticas, que si encuentras otro sitio más cerca, lo recomiendo a ciegas.

Me encanta todo lo que venden en esta panadería y la propia panadería también. Se trata de un local antiguo pero muy bien conservado, con una o dos mesas altas con taburetes por si quieres quedarte a desayunar (muy buena opción en esta zona) pero en realidad verás mucho tránsito de gente simplemente comprando. Ofrecen una asombrosa cantidad de panes diferentes con ingredientes de lo más apetecible (cebolla, higos, naranja y avellanas con chocolate, olivas, etc…) a precios un pelín por encima de los de cualquier otra panadería pero merece mucho la pena.
Si te gusta el pan, este lugar bien se merece una pequeña peregrinación.

INTERIOR: Antiguo horno de pan, pequeñito y con todo el mobiliario de madera, rústico.
SINGULARIDAD: Abrió sus puertas en 1908!! así que es admirable que siga abierto y ofreciendo pan fresco y casero, con la de pan precongelado que se vende por ahí a 60 céntimos, la competencia es dura.
PRODUCTO: Variedad de 250 panes a elaborar, cada día puedes encontrar hasta 20 panes diferentes, algunos incluso de receta propia. Pastas y pasteles. Los precios son normalitos tirando a altos en el caso de los dulces.
RECOMENDACIÓN: Los panes y dulces integrales. Si estás dispuesto a pagar unos centimillos mas, tu estómago agradecerá el harina integral, se digiere mejor y no lleva ningún conservante.