En el recinto modernista del hospital Sant Pau, patrimonio de la humanidad de la UNESCO, podrás encontrar diferentes lugares de interés. La biblioteca de la fundación Josep Laporte es uno de ellos. Situada dentro la Casa de Convalescencia, acoge los estudiantes de la Universitat autónoma de Barcelona y todos los estudiantes que necesiten un lugar que te permita estudiar con concentración y tranquilidad. De hecho en Barcelona no faltan bibliotecas, en mi barrio solamente tengo tres a mi alcance. Sin embargo la biblioteca del Hospital Sant Pau(llamémosla así, es más fácil) es sin duda mi preferida. ¿Porque? Porque tiene todo lo que busco en una biblioteca: wifi gratuito, mesas espaciosas, sillas cómodas y sobre todo silencio para poder concentrarse. Su ambiente es muy juvenil, la mayoría son estudiantes y a pesar de que se llene mucho, nunca(o casi nunca) hay ruidos o confusión. En conclusión no puedo olvidar de hacer una referencia al edificio dentro del cual se encuentra la biblioteca. Si no habéis visitado nunca este patrimonio de la humanidad estáis perdiendo tiempo! Es un edificio histórico increíble lleno de historia y cultura, pero bueno esto ya es otra reseña!
Adrián C.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
La Universitat Autònoma, aparte del campus de Bellaterra, cuenta también con unos pocos centro distribuidos por Barcelona. En la Casa de la Convalescència, en uno de los antiguos edificios del Hospital de Sant Pau i la Santa Creu, están la sede de la Fundació UAB, la escuela de idiomas de la universidad y la biblioteca de la Fundació Josep Laporte, antiguo rector de la institución. Destacamos aquí ésta última por ser uno de los pocos espacios tranquilos para estudiar y trabajar de por libre sin tener que bajar al centro o ir al fondo de la Diagonal: no hay tantas bibliotecas universitarias en Barcelona. En un edificio modernista al que vale la pena entrar simplemente a curiosear, el movimiento de estudiantes extranjeros y actos de postín se acaba de golpe al traspasar el umbral de esta enorme sala de estudio. A lo largo de dos alas amplias se distribuye el fondo bibliográfico de temática fundamentalmente médica y decenas de estudiantes que a lo largo de todo el curso se esconden como ratas bajo las luces fluorescentes, en un silencio relativo, que depende de la juventud de los mismos. Pese a la amplitud de la sala, el lugar no destaca por su luminosidad. Al estar emplazada en un sótano subsiste mañana y tarde con luz eléctrica, lo cual en parte da dolor de cabeza pero en parte aísla totalmente del normal paso del tiempo del exterior. Un lugar al que hay que ir con ganas de perder la vida de vista y con capacidad de adaptación a los ambientes algo depresivos.