Agradable y acogedora pastelería italiana, ubicada cerca de la Sagrada Familia, que destaca tanto por sus productos salados(pan, pizzas y focaccias) como por los dulces. Tienen una gran variedad de pastelitos en ración individual(sacher, de zanahoria, babá napolitano, tiramisú…, a destacar el cannolo siciliano, de los mejores que he probado), a un precio que ronda los 2,5−3,5 €. El local tiene unas pocas mesas, donde poder tomar alguno de sus dulces acompañado de un muy buen café. El personal es superamable, siempre te atienden con una sonrisa.