Chocolat-Box

La atención es pésima, no escuchan al cliente y para colmo tienen a personal que no habla castellano, esto es lo nunca visto. En ningún país del mundo te darian trabajo sin conocer la lengua oficial del país. Estamos en Barcelona (España) y aquí se habla castellano o catalán. Si quiero que me atiendan en inglés, voy a merendar a Londres y no a una cafetería de Sagrada Familia.
Por cierto, las tartas ‘americanas’ que sirven son congeladas.
Es una vergüenza que permitamos en nuestro país, con una tasa de paro del 22%, contrataciones a personas que ni hablan nuestras lenguas oficiales, ni tienen ningún tipo de interés en hacer bien su trabajo.

Sencillamente genial, elegante, original y lo más importante… todo esta muy rico. Lugar ideal para darse un capricho achocolatado ;-)

¿Os apetece un chocolate caliente?
¿Tenéis ganas de un pastel delicioso?
Chocolate-​box es un sitio perfecto para comer postres exquisitos (pasteles, churros, tartas, bombones), con una gran variedad de te y chocolate!
Se encuentra en la avenida de Gaudí y aunque la zona sea muy turística los precios están genial: la carta pone a disposición del cliente unos combos que no están nada mal de precio (chocolate suizo con churros,
coca o melindros por 4,25 €).
Único problema: el sitio es muy pequeño y entre una mesa y otra hay verdaderamente poco espacio. Tienen una terraza también, aunque con pocas mesas, así que será difícil encontrar mesa.
Lo aconsejo a todos!!:):)

Es difícil creer la historia de negocio familiar con cien años de tradición cuando ves por toda la ciudad locales de estos… pero en fin, buscando calmar la necesidad de dulce un domingo por la tarde decidimos entrar al de la Avinguda Gaudí. Efectivamente, es como entrar a un McDonald’s con aroma a chocolate e incluso ofrecen combos de café o demás bebidas dulces con crepes, gofres, madalenas y demás postres. Yo pedí una crêpe de chocolate que estaba excesivamente dulce para mi gusto… no está mal de precio, pero prefiero pagar un poco más en lugares mucho mejores.
Tal vez un día pruebe otra cosa que me ayude a mejorar un poco la opinión, pero de momento no me apetece volver en un tiempo.

Vor unserem Besuch in der Sagrada Familia waren wir an einem Sonntag morgen im März gegen 10:30 dort. Der Laden war gut Besucht, wir haben einen der beiden letzten freien Tische bekommen.
Preis:
Den Preis habe als günstig erfunden. Wir hatten ein Baguette, 2 Tee, einen Kaffee, eine Waffel mit Schokolade und einen Smoothie, die Rechnung hat sich auf keine 20 € belaufen.
Bedienung:
Sehr freundlich und zuvorkommend!
Ambiente:
Rustikal aber das ist gewollt. Die Holzeinrichtung hat ihren ganz eigenen Charm. lediglich die Türen der Toiletten waren — sagen wir mal — sehr durchlässig. Eine Schiebetür taugt einfach nicht für eine Toilette, schon gar nicht wenn kein Vorraum vorhanden ist.
Essen und Trinken:
Sowohl die Waffel als auch das Baguette haben gut geschmeckt. Eine Offenbarung war beides aber nicht. Die Speisen sind eben Fertiggerichten wenn man etwas hinter die Fassade guckt. Die Getränke waren ebenfalls angenehm.
Service:
Als wir für den Smoothie beim gehen noch einen Becher haben wollten haben wir diesen umgehend bekommen. Hier ist die Choclate Box auf alles vorbereitet.
Fazit:
Ich würde wieder hingehen wenn ich mal in der Nähe wäre. Allerdings würde ich nicht deswegen einen weiten Weg auf mich nehmen.

Tienen varios establecimientos en Barcelona. Los locales son agradables y el concepto que quieren transmitir es de tradición y calidad pastelera.
Una vez entras dentro, los productos que ofrecen tienen buena pinta, pero al probarlos… el sabor no es el que debería ser. La pastas y muffins parecen industriales (no son malas, pero tienen un sabor muy común) y el chocolate no es nada del otro mundo.
Le pongo 3 estrellas porque creo que es un sitio agradable para ir cuando no se busca ninguna exigencia al paladar a la hora de tomar algo para desayunar o merendar. Los precios no son caros.

Paseando por Avinguda Gaudí, muy cerca de la Sagrada Família, encuentras un gran rótulo con la palabra «Chocolat-​Box» y simplemente te acercas a ver que se cuece por allí dentro…
Una cafetería muy pastelera, de corte moderno. El interiorismo es francamente original. Partiendo de la conciencia social del reciclaje, aquí se han convertido cajas de vino en mesas y cestos de mimbre en lámparas gigantes. Incluso la antigua caja fuerte de cuando el local era un banco, ahora hace de refugio para los bombones más preciados! Realmente, está todo muy buen puesto y te sientes cómodo nada más al entrar.
Un espacio ideal para desayunar, merendar o picar algo entre horas. También se pueden comprar algunos productos gourmet envasados, como mermeladas o compotas. Amplio surtido de repostería, de pastelería (a porciones si se desea), diferentes tes y cafés, extensa variedad de bombones, helados, postres muy dulzones… Vamos, que aquí un amante del cacao no se aburre fácilmente.
Yo sólo he desayunado una vez en este establecimiento. Promoción de café con leche más crosissant por 2.10 €. Servicio amable y efectivo, café bien hecho y el croissant de buena calidad, aunque tal vez, por el empaque del sitio esperaba más… adoro los croissants de mantequilla y este no lo era! No obstante, un sitio totalmente recomendable.
*** La cuarta estrella para cuando haya probado algún pastelito ***