Iñaki Ayabar

Durante años y años he buscado una peluquería en la que supieran cortar el pelo rizado sin parecer una escarola. Por fin me recomendaron a Iñaki que además de hacerme un corte de pelo increíble, me dio muy buenos consejos para cuidarlo y teñirlo… y ahora no voy a otro sitio. Es un poquitín caro si lo comparas con una peluquería mala!

Corte y adiós.
Hay algo que se llama feeling, o buen rollo, good vibrations, o what you want, bueno lo que sea, nada de esto tuve yo con este hombre. El local muy guay, muy fashion y muy moderno, todo lo que tú quieras, pero un cliente es un cliente.
A ver no seré muy guaperas, hombre, pero tampoco estoy mal para que pases de mí. Primer y único encuentro, porque te digo que no habrá más. Para repetir, lo bueno. Llego con ganas de algo nuevo, algo así como un corte de cabello en el Eixample, algo así como cambio de look, y nada. Miro la pelu, y nada, veo unos tipos adentro conversando y yo muy amablemente me quedo parado en la puerta, y nada.
Luego de un momento, vuelvo a insistir y uno que anda por allí me mira y nada. Se produce un largo silencio, un chico que corta el cabello a uno de sus clientes, se pone de pie y me entrega una tarjeta. Yo educadamente digo gracias, y me marcho sin new look y sin corte de cabello, pero con la sensación que aquel no era sitio para mi.

Una peluquería como dios manda, donde los profesionales te estudian la cara, buscan para tí el corte y el color que mejor te sientan y se atreven a peinarte de lo más trendy. Soy asidua desde que abrió, a pocos pasos de mi casa, y cuando quiero cambiar mi look y sentir que porfin me he enganchado al tren de las últimas tendencias suelo acudir a este lugar. Vale que los precios son pelín elevados pero ir de PM bien vale un dinero. Y, además, siempre se avienen a hacerme las cejas por la cara. Ahora, si eres de los que por nada del mundo mundial se cambiaría el pelo, mejor ni te acerques.