Para preparar una fondue comme il faut hay que ir a J. Murria Queviures: allí venden la mezcla de quesos normativa que todo francés aprobaría. Y es que este colmado es una parada obligada en la ruta delicatessen de Barcelona, que desde 1898 pertenece a la familia Murria. Hoy, el establecimiento es visitado por turistas pudientes y barceloneses de familias bien que pueden permitirse adquirir los productos exclusivos, muy cerquita, además, del muy exclusivo Passeig de Gràcia. Personalmente, sólo he comprado una vez, y fue para hacer una fondue que debo admitir, me quedó cojonuda.
Ana J.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Si algo tiene Barcelona, son edificios y tiendas modernistas. Hay que ver lo de moda que se puso el tema Gaudiniano y mira el pobre cómo acabó… Queviures Múrria es un claro ejemplo de la fastuosidad de una época donde la gente compraba caviar iraní con la misma alegría con la que se arreglaba un dobladillo. De esos tiempos se ha conservado la fachada y ese escaparatismo tan Ramon Casas que preside las vitrinas hace de esta tienda, objetivo de fotógrafos y turistas. Quizá algo que se le podría reprochar a esta tienda, es que de «queviures» tiene lo que yo de noruega. Se trata más bien de una tienda de delicatessen que huele a queso sobremanera y que cuenta con los vinos y champagnes más selectos de cada región. Lo normal ahí es pagar más de 10 € por una botella de vino y más de 15 € por un buen queso. Es lo que tiene ser«gourmand», que no se conforma uno con los quesitos«La vaca que ríe». Seguramente lo más curioso que he visto yo en esta tienda es por un lado, su tradicional manera de cobrar: te dan un tiquet cagao y pasas por una caja empotrada a un mueble de madera donde una señora muy arreglada te cobra; y por otro lado el uniforme de los dependientes. Se trata de dos señores mayores(uno de ellos con un bigote decimonónico espectacular) que circulan en bata por la tienda. ¡En bata! Cualquiera diría que vienen de hacer manualidades con plastilina… Gran recurso para no mancharse. En definitiva, los Queviures Múrria son una elegante tienda por fuera y un pozo de curiosidades por dentro. vale la pena entrar ni que sea para comprar 20 gramos de queso.
Mariana B.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Wow, impactante tanto por dentro como por fuera. Una super tienda de productos delicatessen que morirás por comprar y probar toooooooodo lo que allí ofrecen. Con su fachada ultra modernista seduce a más de uno. La primera vez que pasé por allí, creo que fue tal el impacto que me quedé como una«boba» media hora mirando el arte que hay en esa tienda. Por fuera verás antigos afiches — publicidades. Una de ellas es de Anís del Mono, la otra de Bodegas Robert Sitges y por último una de Monistrol de Noya. Una tienda con historia y encanto. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaa. Voilà!
Agustín P.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Este establecimiento modernista que lleva funcionando desde 1898 es el mejor colmado de toda Barcelona, el más auténtico, el de mayor prestigio y solera. Medalla de Honor del Ayuntamiento de Barcelona, Mejor Escaparate de Barcelona, Mejor Tienda… y así una sucesión de premios, honores y distinciones. Aunque mantiene el espíritu de «tienda de barrio» no es un colmado al uso, ya que aquí lo que venden son productos de primera calidad. Su especialidad son los delicatasen y la alta gastronomía(ibéricos, quesos, patés, aceites, vinos, conservas, caviar…) Como queda cerca de mi casa a veces me doy el capricho de entrar a comprar algún antojo, sobre todo en las ocasiones que celebramos algo especial o tenemos un invitado en casa. Por el precio que te gastas cenando fuera, aquí te puedes hacer con una buena selección de quesos, embutidos, conservas y una buena botella de vino, e improvisar una apañada cena para disfrutar en buena compañía. La verdad es que no san nada simpáticos. Cuando solo vas a comprar un poco de queso o una botella de vino te suelen insistir sutilmente para que te lleves más cosas de las que tenías pensado. Entrar en esta tienda es toda una experiencia y un lujo ocasional que uno debe darse al cuerpo de vez en cuando, aunque no lo merezcas.