Restaurante nepalí o himalayo en la esquina de Fesser con Xifré, más grande de lo que parece por fuera. La cocina tibetana en general tiene similitudes con la hindú, tanto en la variedad de platos vegetarianos, como en el uso y abundancia de especias. Los fines de semana tiene un menú específico a unos 16,50 o menús para noche y días festivos a unos 14 y que están muy apañados: útiles para parejas de ignorantes que quieran ir rodándose. Probamos las patatas y también el pollo con especias, buenos, buenos; nada picantes y con cilantro nivel«Estoy enamorándome de la cocinera».(Sip, adoro el cilantro; nadie es perfecto. ;)) De 2º una tanda de giyozas al vapor; variadas de carnes para mi acompañantes y variadas de verduras para mí. Y con los lassi de postre — para mí el de mango — ya ni nos cabía, ni nos acordamos del café. Total, 30 € justos, las 2. Comedor suficiente con espacio entre las mesas y camarero encantador que asesorará encantado, para que no os paséis ni de cantidad, ni de picante. ¡No se puede pedir más; salvo volver pronto, claro!
Mauricio L.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
La primera vez que fui a este restaurante fue con mi pequeña bola lactante. Entre los cantos melódicos que sonaban en el ambiente se entremezclaban los«papapa papapa» de Abril, así que no tardamos mucho en hacer buenas relaciones con los propietarios. Nos dieron lección de cómo se cría en Nepal y de paso nos ofrecieron un caldo que era atómico. Celestial mejor decir. Yo lo recomiendo para el invierno. Cuando el frio aprieta y estas comidas que suelen tener un poco más de los acostumbrado de especies y picantes sientan de maravilla que sumado a la atención y el ambiente tranquilo de este local harán el resto. Aunque suelen tener un menú entre semana, lo verdaderamente interesante está en el resto de la carta que ya no es tan económico.
Mireia B.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Kailash es uno de los pocos restaurantes100×100 tibetano de Barcelona. Es agradable comer allí acompañada de imágenes del Dalai Lama. Aún recuerdo la cara de asombro de mi sobrino preguntándome quien era ese señor que estaba tan presente. El restaurante está regentado de una manera familiar y el propietario muy simpático siempre está dispuesto a darte conversación. Respecto a la comida os recomiendo las patatas con especies y los momos de verduras. ¡Que hambre me está entrando de sólo pensar en ellos!