Este negocio tiene en la acera de enfrente a unos pocos metros al restaurante– pastelería La Pla. La salida más salomónica a este problema de competencia se resume en el chiste del que va al dentista y justo cuando le va a empezar a empastar la muela, le agarra por sus partes nobles y le dice: «¿Doctor, verdad que no nos vamos a fastidiar uno a otro?». Pues eso es lo que pasa con L’Oreneta: teniendo un horario muy similar al de La Pla, se especializa en atraer a clientes de bar. Es decir, es más un sitio para tomarte las birritas y unas tapas al salir del trabajo. Si te apetece, sirven comidas y además tiene terraza. Los pasteles se los dejan a La Pla y todos contentos