— Me tengo que ir a trabajar y no me va a dar tiempo. — Quedamos ahí y voy pidiendo. El Antic antes era una pastelería. Es un bar cómodo porque tiene todas las paredes de cristal menos la barra, pero las tapas son un poco pequeñas y si hay mucha gente, a veces tardan un poco en servir. También tiene una terraza con diez mesas. Cuando llega el ajetreado currante, después de pasar por casa, quitarse el traje de comercial por dos horas y ponerse el de montador de stands por cuatro, el plato de paella está dispuesto sobre la mesa. — La butifarra, que esté bien hecha. Me la abres por la mitad, por favor. — aunque haya prisa, no hay que perder el carácter pesado. Hay que adaptarse a la circunstancias, pero sin dejar a un lado lo esencial de uno mismo.