Pequeña gran óptica. Simplemente venden gafas, gradúan cristales, asesoran, aconsejan, se interesan, se implican, empatizan. No se debería pedir nada más a una óptica, más bien y muy equivocadamente, normalmente pedimos menos. Los propietarios son una pareja que sabe de lo que habla, que lleva en las espaldas muchos años de experiencia. Local pequeño pero muy profesional que ofrece todas las marcas habidas y por haber e incluso otras pequeñas joyas casi desconocidas. Grandes ofertas puntuales(sobretodo en gafas de sol) y el mismo descuento en monturas que ofrecen las grandes superficies.