Mykasa

Perfecto bar/​restaurante de tapas! Las veces que he ido me han atendido rapido y los platos buenisimos. Muy recomendable.

no es mal lugar, tapas buenas y a precio razonable, amplio comedor, buena carta, y el trato es bueno, aunque en. una ocasion reserve mesa y no se lo apuntaron, por suerte me hicieron rapido sitio

Friendly, neighbourhood bar near Navas metro. As Adrian said, this place is typical Barcelona with a local feel. I went here with a friend who lives in the area. Way off the tourist beaten path. The interior is divey and on the night we went, people were watching the football game (BCN vs. Granada) and really into it! It’s owned by a Chinese family and they seemed surprised to see me there. The food is mostly tapas and portions are quite big. Since we were just 2 people, we could barely finish the few dishes we ordered to share. We had: patatas bravas, fried baby octopus, BBQ skewers. Wine was ridiculously cheap, like under 10 euro for a bottle! Service is fast. Great, relaxed place to bring a group and just hang out.

Es un bar de culto y religión para mi y mis amigos.

El bar Mykasa está en una zona de Barcelona, la de Navas, a la que le tengo cariño porque, aparte de tener familia allí, siempre me ha parecido, por decirlo de alguna manera, especialmente barcelonesa. Extrarradio del Eixample, del que nadie diría que forma parte. Gris, de paso, poco dada a echar raíces y fea en general; llena de gentes melancólicas, carne de trajes baratos y karaōke, apartadas del paso de los tiempos. Más barcelonesa que la postal más pintoresca o la página más destacada de la Lonely Planet.
Y el Mykasa, arriba de todo de la calle Espronceda, regentado por una legión de chinos que quizá son familia, es la cumbre de todo ello. Con aires de comedor social, inacabable salón con mesas de contrachapado, ofrece un lugar poco acogedor donde refugiarse en momentos de transición o urgencia, al que sin embargo acudimos con fervor por la celeridad del servicio, la variedad de la carta y, sobre todo, los precios. Bravas, rejos, alitas de pollo y otras fritangas exactamente como la norma dice que deben hacerse. Sin especial delicadeza. Casi únicamente para hinchar.
Con mi amigo Saúl establecimos un día este lugar como espacio habitual para encontrarnos, por la proximidad y por lo dicho sobre las tapas. Allí nos contamos cómo nos va la vida y comentamos las noticias, en ocasiones incomprensibles, que van apareciendo en el televisor que preside el local. Quizá también vamos al Mykasa, todo hay que decirlo, porque en parte somos grises y feos; carne de trajes baratos y de karaōke y, mal que nos pese, algo apartados del paso de los tiempos.

Este bar no te puede dejar indiferente si lo visitas. Es a toda vista un bar de toda la vida, El típico de barrio sin muchos adornos y un rotulo como cualquiera.
Pero si esperas a entrar podrás ver que esta atendido por un algunos chinos. Chinos y españoles. Es decir son españoles de hablar pero un perfecto rostro chino. Son geniales. Son jóvenes que tienen mas que asumida esa vocación de trabajo tan común en los asiáticos, que se traduce en que no cierran la cocina.
Y eso es lo mejor. Si nos falla algo en casa con la comida y estamos de ganas nos movemos sin importar la hora hasta esta esquina y nos pedimos unas tapas súper generosas y que se dejen ver las cañas. Y no faltan los piropos de parte de ellos para los pequeños. Solidario con el bolsillo con porciones generosas.