Como un comentario que leí sobre un Nostrum, no puedo estar más de acuerdo: «visto uno, vistos todos», así que este local no será ninguna sorpresa. Es muy pequeño, para comer hay una barra donde pueden caber unas 5 – 6 personas, y otra mesa para un par más. Tres neveras con plato y un mostrador con otros platos y pastas. La dependienta muy simpática. Sugerencia de comida: las croquetas de espinacas y ricotta tienen mejor pinta que sabor.