Así como hay una etiqueta llamada World Music, debería haber algo parecido para los restaurantes de este tipo. Primero, se venden como algo a la japonesa, anunciando que hacen sushi y teppanyaki, pero(¡ojo!) una vez dentro, te encuentras absolutamente de todo: sushi(nivel de buffet libre), marisco(nivel de buffet libre), verduras a la brasa, carnes de todo tipo, butifarra, costillas, fideos asiáticos, ensaladas, pasta fría… World Food a la asiático-occidental. La calidad será justa –o habrá de todo– pero hay que reconocer que es una buena idea; sólo les faltaba la pizza. Lo que te ofrecen como interesante es que tú escoges la carne o marisco o verdura, se lo entregas al hombre, y éste lo pasa por el teppanyaki(plancha de acero) para que lo veas. Es algo caos, pero se entablan conversaciones divertidas entre los diferentes cocineros, los clientes, entre los clientes mismos, entre los cocineros mismos, y si me apuras, aún interviene algún langostino descolgado. Todos hemos caído alguna vez. Bonito y barato(aunque a 7,95 € el menú del buffet«all you can eat» del mediodía, te da que pensar sobre sus beneficios a final de mes).