Pipa Social Club

Just so everyone is aware
This club is closed until further notice… there is a huge sign on the door saying closed and the tourist office has been advised that they are closed until only knows when…
I so wanted to visit after a travel writing friend told me of it…
Sad news…

Really wanted to visit this bar but it was randomly closed on a Wednesday night. Now we’re stuck next door, fending off rose salesman and creeps. If you’re going to be closed for the night, please consider updating your website. It’s 2015, even I was able to update my wedding website from my phone. We checked in advance and made a long drive to get here. #sadhoneymooners

Cool place with dark interior, overlooking Placa Reial. A nice atmosphere to bring a few friends for a drink though a little pricier (not compared to the rest of the plaza though).
Go for the slightly mysterious entrance and décor.

If you don’t know where it is you’d never know its there. You buzz in and walk up the stairs to meet an international cast of characters. The bar was super lively and the drinks a fair value. A friend had recommended this to me and I am glad I took the chance. A night well spent.

Muy bien fuimos temprano después de cenar y había gente pero nos pudimos sentar, bien para escuchar música el piso es enorme y antiguo tiene su encanto!

Before we even touched down in Barcelona, we had planned on visiting Pipa Club — not because we had planned on it beforehand, but because my wife asked the passenger sitting next to her to recommend places to visit in Barcelona. She happened to be a local returning to Barcelona.
Located inside the Plaça Reial, the Pipa Club is not easy to find. But ring the right doorbell in the right building, and you’d be let in to a «hidden» jazz club upstairs that is the Pipa Club. I put quotes around the word «hidden», because anything with a website and that shows up on Unilocal is not very much a secret. But I digress.
Inside the Pipa Club is a small but adequate bar, a very cozy environment, and some great, great music. Our new friend on the flight to Barcelona recommended that we go on a Sunday night, which happened to be when this great manouche jazz band played. They were so very talented and they performed an upbeat rendition of Bésame Mucho that was utterly unforgettable.
If you visit Barcelona, you must stop by the Pipa Club.
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Buscando un sitio donde tomar algo un miércoles a las 2 de la mañana… y claro, que no fuera una discoteca y que pudiéramos estar sentados charlando tranquilamente (no, si ya se que poco no pedíamos). Al final dimos con este bar semi-​clandestino que se encuentra en uno de los cuatro ángulos de Plaça Reial (entrando por Ramblas has de girar a la izquierda y seguir las arcadas hasta el final). No hay ningún rótulo, solo un interfono donde debes picar para poder subir las escaleras y acceder al local. Te abre un portero, te mira el bolso y ¡adelante! el sitio estaba hasta los topes, y la mayoría de gente era guiri, eso sí, el ambiente molaba. Tiene varias salas, y nosotros milagrosamente encontramos una mesita y unas sillas en la sala donde está la tarima, y justo allí, en la tarima, nos sentamos. No recuerdo bien los precios, pero creo que eran correctos teniendo en cuenta que abren cuando todo lo demás está cerrado y se puede estar bien. Mola su decoración en plan antigua y señorial, y creo que fue una gran decisión ir allí tras estar dudando durante un montón de rato y dando vueltas por el Gótico/​Raval. Desde luego para la próxima vez que necesite un sitio abierto entre semana, sabré donde ir sin perder un minuto.

Hidden gems like this always help to take the «tourist» sting off of a trip to a foreign locale. I can’t remember where or how I heard about this place, but even my friend who has been living in Barcelona for a couple of years didn’t know about it. It took some hunting to find it, but after asking a few locals, we managed to track it down.
An old home turned bar, with several rooms that lead onto each other, and loads of old, crumbly, Spanish charm. By far, one of my favorite nights in Barcelona. This is a spot for crowded conversation, not for dancing, though some people seem to try anyway. Be prepared to be elbow to elbow.
Find it if you can, and head to one of the many other nearby clubs to get your boogie on.

I came here with a couple of friends after all the other clubs closed for the night. From what I heard this used to be a private pipe club, but now is open to all. When you go in it’s like going into someone’s apartment. The atmosphere is very laid back. If you’re looking for a place to grab a drink with a friend this is perfect, but if you’re looking for a place to go dancing, forget about it. The prices a same as most of the bars around. It was 4 euros for a bottle of beer.

Recuerdo que un amigo siempre me hablaba de un tal «Bar de Sherlock»… siempre que teníamos un par de cervezas en la cabeza me lo nombraba… Un día, con algo más de dos cervezas en el cerebro, finalmente me convenció y fuimos a este misterioso bar. El «Sherlock», resultó ser el Pipa Club… pero aún así no dejó de ser misterioso! Hay que llamar a un timbre para que te abran la puerta, subir unas angostas escaleras que bien podrían salir en la escena de un thriller y luego entrar a un lugar muy silencioso donde sientes que todo el mundo te observa.
El local es interesante… y la verdad, muy bonito. Tiene unas vistas geniales de la Plaça Reial y una decoración que vale la pena observar con atención. Mientras estuvimos ahí la música era genial: Queen, Led Zeppelin, Jimi Hendrix, The Beatles… no sé si siempre será así o si simplemente fuimos afortunados ese día. Tengo entendido que hay conciertos y de hecho vimos la tarima. Lo malo? Que una cerveza cuesta más de 7 euros!!!

This little speakeasy in the heart of La Rambla, Barcelona, Spain is a sweet spot! The whiskey choices are great and amazingly priced, the scene is dark and calm and the crowd is full of intelligent conversationalists!
I cannot wait to get back… sigh

full disclosure here: this was the last stop of the night — and it was already after 4am… the details are hazy.
so this was a difficult to find place. not that it’s hard to find, but we already under the haze of… well, there were lots of canas earlier in the night.
About the drinks — full bar, kinda pricey — it was 7,50 for a Jim Beam & coke…
About the setting — you go up a couple of flights of stairs until you get to this giant suite featuring several rooms — each with a slightly different ambiance. there was the room with the bar, a room with a pool table, a hallway with a cool curio cabinet with old vintage-​y things… lots of pictures of sherlock holmes, and well — lots of pipes.
Most of the time, i was trying to shake this creepy guy off my tail, so i did wander into another room which had lots of tables — and the place was packed.
all in all, it was a pretty cool place, and I’m sure i’d come here again. well, i’m still trying to canvas the city — so i repeats might not happen for a while… but i’d definitely be down if someone suggested to meet here again.

Lugar variopinto donde los haya. esta en una entre planta de un portal de la plaza real, al lado de las ramblas. supuestamente es un club, de fumadores con bastante solera, pero solo en apariencia. es un bar de guiris mas. lástima!

¡Aquí sí que se puede fumar! Pero en pipa, claro. Qué decir de este reducto de identidad barcelonesa de los 80, cuando reunidos en «Els 4 Gats», de la calle Montsió, por iniciativa del periodista y después presidente del BPC durante 22 años, Vicens Lozano, se reunió un grupo de socios que pertenecían al Pipa Club de España de Palma de Mallorca y residían en Barcelona. De aquí surgió el Pipa Club, y recientemente han celebrado su 30 aniversario, con castellers y todo. De los 8 socios iniciales a los más de 300 de la actualidad. No quiero ni imaginarme como debe ser eso de 300 pipas encendidas al mismo tiempo… Pero no sólo se fuma, en el Pipa hay una surtida programación cultural con conciertos de jazz, arte, teatro, poesía, danza… Y para los que quieren profundizar en la materia, su web ofrece tantas opciones que no sé por donde empezar. Bueno, por lo más significativo para los amantes de este estético artilugio humeante. Tienen la llamada «Smoking Room del Barcelona Pipa Club– Virtual Pipa Club «donde buscar fácilmente las catas, ver las últimas aportaciones y escribir opiniones y comentarios o crear nuevas catas. No dejan ni respirar. Y hay videos colgados sobre el tema de la pipa para que te asfixies. Por si eres un novato hay una guía para aprender a fumar; y si quieres ser espeleólogo de pipas y ofrecer nuevas informaciones puedes convertirte en reportero del Pipa. Todo un arsenal de posibilidades. Y es que 30 años dan para mucho.

Está curioso el rollito de subir a un piso enorme y señorial típico de la Plaza Real y que sea un «club» donde beber, escuchar música y socializarte con gente de todo el mundo. Yo no soy asidua, me cansaría, pero sí es de los lugares que apetece ir de vez en cuando por su diferencia. Lo último que recuerdo es mucho calor, mucha gente, pero bien, de pie charlando allí y aquí, ahora me siento ahora me levanto.

Si sabes que existe el Pipas, seguramente será porque te lo ha dicho algún amigo porque no es un sitio de estos que pasas por delante y te hace gracia y entras. No no no. En este clásico de los timbres, como no, para entrar tienes que llamar y subir por las escaleras porque no está a pie de calle. Un particular espacio donde puedes ir a media tarde a tomarte una cervecita tranquilamente a no ser que te encuentres con un encuentro de baile de swing o algo por el estilo poque hacen cositas de estas. También es una alternativa si tienes una noche despierta pero con pocas ganas de movimiento. Aquí puedes encontrar una sala donde te sentirás como en casa charlando tranquilamente con los amigos. Pero si vas justo de dinero, no te lo aconsejo. Un peculiar local donde se junta un poco de cada casa.

De hace tiempo ya que los que somos amigos de la noche pero poco dados a las discotecas no sabemos qué hacer a partir de las tres de la madrugada. Barcelona y sus leyes no nos dan demasiado margen…
Es aquí cuando es de rigor hablar del Pipa Club, también conocido como el Pipas. Con una hábil licencia de Club Social y no de bar, este local te sirve una copa en un peculiar ambiente hasta el alba.
Al estar situado en la Plaça Reial, el ambiente es muy internacional y variopinto. Guiris conocedores de lo bueno, extranjeros residentes en Barcelona y barceloneses de toda la vida nos encontramos allí para poder alargar la charla nocturna con amigos sin tener que soportar música a todo volumen, garrafón a ocho euros ni luces estroboscópicas. A mi juicio, un club de referencia en Barcelona.

Recién había llegado a Barcelona y a un nuevo amigo de mi clase se le ocurre decirnos: «Esta noche vamos todos al Pipa Club». Ok, respondimos muy bien sin saber a dónde nos llevaría él, la noche o el destino. Salimos de la escuela, éramos todos nuevos por conocer y sin más nos fuimos al Pipa a escuchar una banda de jazz que estaba de la ostia. Pero mucho antes de ello, llegamos a Plaza Real y vemos que debíamos tocar timbre para poder subir. Eso ya me pareció particular y me encantó. Picas el timbre, te miran por una camarita y según como te vean, suena crudo, pero es real, te dejan entrar. La experiencia de subir esas viejas escaleras de un edificio de otra época es alucinante. Luego, llegas a la puerta indicada y ahora sí, seguro que verás dos o tres muchachotes que te dejan pasar. La banda fue tan buena que me acerqué a pedirles una tarjeta, uno nunca sabe pero seguro que a alguien se la puedes, luego, recomendar. Eran tres locos lindos haciendo arte en un plató. Con un look adaptado para la ocasión: chaleco, zapatos blancos y negros y sombrero negro. Así fue como estos muchachitos desplegaron su pasión y toda su energía en esto que se hace llamar, música. Bernat Font Trío es el nombre de la banda que nos hizo flipar en colores en el Pipa Club. Para mí fue increíble, me dejó cuasi boquiabierta. Fue una noche increíble de vino y rosas. Ese sitio es como un gran piso donde te parece sentir que estás en tu propia casa en una fiesta privada con gente «all around the world». Eso sí, si estás cansado de los guiris por ahí te puede resultar un poco pesado pero es así el Pipa Club, quien viene lo quiere visitar. ¡Obvio! Sentados cual teatro de otra época disfrutamos de aquella noche, aquella velada que la tengo grabada en mi retina como si hubiese pasado la otra noche no más. El Pipa para mí ha sido una experiencia religiosa. Debes darte una vuelta. Tienes la obligación de compra. Yo siempre le dije «Pipas», no sé por qué siempre le agrego una «s» al final y bueno, cosas que pasan. Voilà!

Llevaba un año viviendo en Barcelona y recién había conseguido a mi primera novia, Ruth. Como ya eran más de las 3 de la mañana todos los bares estaban cerrados, así que fuimos a uno de los pocos que siguen luego del «toque de queda». Tocamos el timbre y luego de inspeccionarnos con su camarita nos abrieron la puerta. «Suerte que vine con una rubia, sino tal vez ni me abren», pensé mientras subíamos al principal. A la izquierda la barra, y más allá otra habitación con una mesa de billar y los baños. Al pasar junto a un inglés tamaño XXXL recibí un fuerte empujón. El tipo me miraba amenazante, con los ojos desorbitados y resoplando rabia. Un amigo trató de calmarlo pero era tan grande que tuvo que venir un guardia para ayudarlo. El amigo me pedía disculpas por el comportamiento no provocado del matón. Y el segurata sólo pudo decirme: «te aconsejo que te vayas al otro extremo de la sala para que este tipo no te vea».

Sympa, un peu caché, idéal pour finir un petit apéro…

Ich habe mehr als 10 Jahre gebraucht, um endlich in diesen Club zu gelangen. Nicht, dass der Einlass besonders schwierig ist, vielmehr war es in jüngeren Jahren die Unsicherheit, einen Privatclub in einer Privatwohnung zu besuchen (jaja an die Neunmalklugen: heutzutage ist das ja normal und völlig cool-​ungefährlich, damals erschien es mir noch etwas anders!), dann habe ich schlichtweg das Klingelschild vergessen (bzw. den Namen den ich suchen sollte /​hätte suchen müssen), dann war geschlossen, dann vergessen etc… vorletztes Mal dann wurde ich von meinem Kerl begleitet, der so ziemlich keinen Musikstil weniger mag als Jazz, der jedoch dieses Mal (die Sehnsucht in meinen Augen muss sehr groß gewesen sein), einen Besuch eben dieses Salons vorschlug, nachdem ein quer gegenüberliegender Rockclub zur Auffangstätte minderjähriger (scheinbar Oasis-​) Musikliebhaber mutiert war. Ein Aufforderung genügte, wir stürzten durch das Treiben des Plaza Reial auf die andere Seite des Platzes (an der sehrsehr langen Schlange des «Quinze Nits» vorbei, für alle diejenigen, die Barcelona kennen, bestimmt kein fremder Name), fanden den Klingelknopf («La Pipa» … wie erstaunlich ;)))), klingelten, wurden eingelassen, wurden kurz im vorbeigehen von zwei jungen Männern gemustert, eingelassen und befanden uns in einer ehemals hochherrschaftlichen Wohnung (Stuck, Flügeltüren, großzügige Räume etc), die nunmehr mit Bar, Billiardtisch, Bühne, Musikanlage und Salonstühlen und –tischen ausgestattet ist. Atmosphäre ist entspannt, Musik gemischt (da hat sich aber einer gefreut !!), Publikum ebenfalls (wäre wohl vor gut 10 Jahren noch etwas spannender gewesen, ich Feigling, der ich damals war… grummel!). Insgesamt lohnenswert für einen berauschenden Abend mit Gesprächen, philosophischen vom Wein katalysierten Gedanken und einem (hoffentlich) kurzen schwankenden Weg heim ins Hotel.
Gegen Rauch darf man nichts haben !