we were walking around in the eixample neighborhood, along the pg. de gracia when my stomach made a rumble signaling that it was dinnertime. i was really craving chicken, since i hadn’t had much of this protein since arriving in spain(ham, pork, and tuna were very prevalent, from what i could see). after walking around and perusing several menus, we saw that this restaurant offered chicken! winner, winner, chicken dinner! we ordered the following: +two racions of bread(€ 2,42) — yep, they charged for bread! € 1,21 per person. this was just your typical white bread, not the catalan-style bread that i was accustomed to having at most other restaurants, but we were hungry, so we ate it! +½ litre of water(€ 2,64) — another semi-expensive bottle of cold water, but much appreciated since we’d been walking around under the hot sun all day(and i’d been drinking lukewarm-slightly cool water from my water bottle). +glass of white wine(€ 2,09) — hubby’s glass of vino blanco, i had a sip and it was cool and crisp with tones of apple. +mixed green salad(€ 6,82) — typical salad with greens, carrots, and tomatoes, nothing to write home about, but the fresh veggies with light dressing were the perfect starter to our meal. +rotisserie chicken(€ 11,44) — yep, this was a whole chicken alright, a smaller one, but a whole chicken. we really had to work for this, and hubby did most of the carving, handing me slices of chicken until i was full. the chicken was very fresh and very juicy, clearly served right out of the rotisserie oven! definitely worth the long walk, and the wait for this main! but i’m glad that we split it since i could not have finished this on my own! we sat outside and enjoyed our dinner al fresca, although there were quite a few smokers around us… very typical for europe. service was standard, very little english was spoken, but pointing to an item or two on the menu was all that the staff needed to get the ball rolling. aside from the smoke, we had an otherwise enjoyable late supper in a quieter part of town, which was a nice change for us. this restaurant definitely had nice ambiance and is a good date night spot.
El T.
Évaluation du lieu : 4 Port Royal/Gobelins, Paris
Eltoupa en scooter Situé au pied de notre immeuble, nous avons pu manger en terrasse le long de le rue Enrico Granados peu fréquentée par les automobiles et très calme. Très bon accueil par une serveuse bretonne qui nous a commenté avec beaucoup de gentillesse les spécialités de la carte. Très bonne Sangria, vin rose excellent avec en plat du jour, des clams excellentes et des épinards. Un rapport qualité prix pour un repas complet incomparable pour un français(80 € a 2, équivalent à une pizzeria à Paris). Les plus économes trouveront également leur bonheur.
Mauricio L.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Justo al lado de una residencia donde tengo un par de amigos es buen lugar para tomar el café de la mañana y pasar de la arrolladora estetica de locales de diseño de este paseo arbolado en el que se ha transformado la calle Enric Granado. La barra es seguramente de la mas guapas que he conocido y lo unico que lamento es que justamente no puedo pasar con las sillas de ruedas de mis amigos y que ellos las puedan ver en todo su espelendor. Lo increible es que en la terrazasi puedan dejarse caer esas mujeres tipo urracas que les sobra botox y oro colgando de los cuellos. Cosas de Barcelona y sus gentes.
Núria G.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Como trabajaba justo al lado, estuve comiendo en Ponsa todos los dias, durante cuatro años. Me cuidaron, me mimaron, incluso vigilaron por mi salud durante todo ese tiempo. El local es pequeño, largo, estrecho… la mayoria de mesas son de dos y apenas si caben los platos, pero eso es lo de menos. Porque lo de más, es mucho! La comida, por supuesto, de mercado, de siempre… pero la gente que lo lleva más aún. Y la clientela… era un mundo aparte. Recuerdo que al fondo del local, justo en el pasillito por donde se va a los sevicios y a la cocina, siempre habia una mesa reservada. Todos los dias del año, a la misma hora, aparecía un señor alto, con abrigo, sombrero y bufanda. Se sentaba, solo, comia, hablaba un poco con Quimeta, una de las chicas que servía las mesas, y se iba. Me hacía gracia… Me sigue haciendo. Puedo decir que durante cuatro años, comí cada dia al lado de Pere Gimferrer, el poeta, el escritor… el compañero de mesa en Ponsa. Hace poco volví y debo decir, en honor a la verdad, que nada habia cambiado. Pere no estaba, pero el local era el mismo y, cosa que me llenó de orgullo, aún se acordaban de mi. Fue como volver a casa.
Marta M.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Otro clásico del barrio del Clínico. Llegar al Ponsa es como retroceder a una época anterior a la comida precocinada, cuando nuestra abuela se pasaba la mañana entera entre fogones y nos servía esos platos hechos con mimo y todo el tiempo del mundo. Canelones, vichysoisse, sopa de galets, huevos al plato, espinacas a la catalana, fricandò y un largo etcétera de cocina de temporada viste una carta de precio ajustado y sabor inmenso, en un marco sencillo, elegante y muy agradable. El Ponsa es un restaurante que contenta a aquellos que amamos la comida sin pretensiones y donde los vinos y los postres también son de primera. También abre por la noche de 21h00 a 23h30.