Retro City

Oh mein Gott. ich weiss nicht was ich dazu sagen soll? Dreckige Shirts, überteuerte Preise… Besser garnicht erst rein gehen und sich Zeit sparen um Barcelona zu erkunden.

Pretty nice place! It’s sort of small, that’s my only thing, and it’s not super easy to look at everything, but it’s in a safer neighborhood than Holala Plaza. I have found some of my favorite 80s pieces there, and the truth is it’s really fun! It’s my sort of place. HINT: The owner tells you what he wants to charge for what you want right in front of you usually, and even if there’s a name tag you can usually haggle, so if you’re feeling nostalgic about tag-​sales, this is your jam.

A la gente se le hace el culillo pepsicola con el Retro City y yo no lo entiendo. Es salir por ahí y ver un jersey majo que se ve a millas que es de segunda mano, preguntar de dónde es y la respuesta es siempre «del Retro City».
Y yo no hay manera. Buceo en las toneladas de ropa que se amontonan en las burras desde la entrada hasta el final de esa ele descerebrada en la que tienen cabida todo tipo de prendas con el único denominador común de ser de segunda mano: jerseys ochenteros, pantalones de pana del año de Maria Castaña, Doc Martens reventadas a más no poder, pañuelos con toneladas de polvo, bolsos de mano, Converse que te reciben solas en la entrada, camisas setenteras… everything, tutto, de tó, en una tienda con mucha solera y aires de puestecito de mercadillo que sí que molan un montón.
Pero está todo tan apelotonado y es ofrecido de una forma tan desdeñosa y con poco aprecio que a mí me resulta imposible enamorarme de nada.
Adoro el concepto de la ropa de segunda mano, me encantan las tiendas vintage pero yo necesito que me ofrezcan las cosas con un orden… para caos ya tengo mi cabeza. Y nunca he sido capaz de llevarme nada de allí. Y me da rabia infinita, porque ves las cosas colgadas, tan baratas (realmente tienen unos precios fantásticos: ropa vieja pero bien cuidada y barata: como tiene que ser) y sabes que seguramente esté el jersey de la vida allí esperándote; pero yo no lo he encontrado nunca… será cuestión de seguir buscando.

Selección enorme de ropa barata de la vendimia. Compré un vestido hermoso de los años 40 para 15 euros. Hay una tienda en Glasgow también. Me encanta los dos!

Una tienda que dio la talla.
Personalmente, no me agrada usar ropa de otros. La ropa tiene tu sello personal, que te hace diferente. Especial. La ropa es una manera de ver la vida, y de cómo te gusta que te vean a ti. Intercambiarla significa intercambiar personalidades.
Además, de tener un problema ético con el tema, tengo otro. Uno físico. Soy alto, y por tanto, la mayoría de tiendas que venden ropa usada, es para gente de estatura media. No sé, si esta ropa la traen de China o qué, pero, es que todo es pequeño. En Retro Joven, me sucedió algo similar con las otras tiendas. Toda la ropa era pequeña. ¡Madre mía!, ¿Es qué no existe un difunto alto? –Pregunté al dependiente de Retro City-​, y de pronto, el chico me trajo un chándal azul que me quedó excelente. No sé si en esta tienda, habrá mucho stock para todos los gustos y para todas las tallas, pero al menos para mí, sí que la hay.

El pequeño caos ordenado de RetroCity no se paga con dinero. Y es verídico. Sus piezas no suelen tener etiquetas ni estar ordenadas ni tampoco especialmente cuidadas, pero por eso sus precios son más bajos que en algunas otras tiendas de segunda mano (¡Aleluya para hoy! –que dirán muchos). Los baúles están hasta los topes de bolsos, sombreros, pañuelos… y en la parte del fondo, los abrigos de piel están colgados a presión; ardua tarea sacar el que te parece (por esa manga que sobresale) que te quedará bien.
Retro City no puede negar que trabaja el tema vintage. Prácticamente todo el olor a ropa antigua de la calle Tallers proviene de su fondo de armario.
No existe mostrador, no hay escaparate y la caja registradora es un cuento chino. Casi todos los empleados que pasan por la tienda poseen un marcadísimo acento inglés que ayuda aún más si cabe a que uno se teletransporte, nada más entrar, al universo de la última moda londinense.

Tienda de ropa de segunda mano, de aires vintage, un poco desastrada, y para la que se requieren dos condiciones para sacarle partido: 1) no tener manías hacia el desorden imperante, y 2) poseer la virtud de descontextualizar las prendas de ropa e imaginarlas en el propio y más aseado armario. Si se cuenta con estos dos requisitos puede llegar a ser un establecimiento fetiche, sobre todo si uno vive una vida de bohemia y siente afinidad con estilo entre mod, dandie y pordiosero. En ocasiones es difícil que los dependientes no sean angloparlantes, unos años atrás había uno de muy pintoresco, de amplias patillas que no hablaba una palabra de castellano (ni digamos catalán) y que usaba una riñonera de caja registradora.

Tengo un problema básico con Retro City. Me la creo mucho menos que otras tiendas de segunda mano (como las de Riera Baixa). También puede ser que mi problema venga por otro lado, me custa encontrar cosas que me gusten, o mejor dicho, que me gusten y me sienten bien (combinación difícil, combinación peligrosa). Pero a lo que iba, conozco Retro City de Madrid, donde, ahí sí, no la tengo demasiado cariño. Cerca está el Templo de Susu mucho más asequible y gangoso (de tener muchas gangas).
Pero el de Barcelona, siendo pequeño, me tiene bastante más contento. Es un placer perderse en ese caos de ropa de todos los tiempos, profesiones y estilos con el único denominador común de que es retro. Y mola. Lo mismo te vale para ser lo más esa noche como ser lo más esa noche en una fiesta de disfraces.
Y además hay un dependiente griego, majo no, lo siguiente.

Street Tallers, just off La Rambla: Easy to find shopping street that has more of a underground fashion feel. Some good basic second hand shops as well, like Holala Ibizas another shop (plenty of menswear) and Retro City (got a cotton dress for 15e and leather handbag for 15e). Retro City is quite a narrow shop and takes some time to dig through, but you might find some gems with reasonable prices. Accessories were especially interesting.