Santagloria

Aiiii el Carrer Craywinckel!!!
Dins d’aquest carrer de Barcelona trobareu una d’aquelles zones comercials de la ciutat tot conectant Avinguda de la República Argentina i Passeig de Sant Gervasi amb Plaça Kennedy. Si passegeu per aquí veureu que hi ha botigues i botiguetes per tot arreu.
Però una visita obligada és el Santagloria. Croissants, baguettes, pa per runners, bunyols i els cronuts són algunes de les opcions que trobareu.
Tant se val si aneu a comprar alguna cosa per endur o si voleu consumir-​ho in situ ja que tenen una petita cafeteria al fons per a prendre alguna cosa. Tenen una petita terrassa interior que farà les vostres delícies, però he d’avisar d’una cosa.
No és econòmic, tot i que últimament res no ho és. Si voleu anar al Santagloria a menjar-​vos un cronut ho podeu fer però sabent que no serà accessible a totes les butxaques. Tampoc haureu d’anar a la Caixa a demanar un crèdit però hi ha alternatives més populars.
Però si us sentiu amb ganes de sucre i de passar una bona estona segur que gaudireu el Santagloria.

he entrado hoy por primavera vez porque parecía una panadería de productos artisanales y buenos. He probado el croissant de mantequilla. Excelentísimo! como en Francia (palabra de francesa;). Hay muy pocos sitios en Barcelona dónde los croissants son descentes por eso lo digo
Los pasteles tenían muy buena pinta también. hay mesas para tomar y comer algo. el sitio es chulo, moderno y grandote.

Santagloria es una (relativamente) nueva cadena de panaderías que de momento se pueden encontrar en la «zona alta» de Barcelona (hay otras en Muntaner, Mandri y Gracia). No sé si esto responde a un concepto escondido detrás o a un sencillo movimiento estratégico. Sea como fuere, yo personalmente agradezco infinitamente contar con un establecimiento de este tipo en mi barrio. Porque después de degustar las delicias y maravillas de otras panaderías de corte clásico pero con intenciones modernas –especialmente en el Eixample– ahora puedo hacer lo propio cerca de mi casa. Y eso, señores, no se paga con dinero.
Santagloria se une a esta moda de panaderías de interiorismo cuidado, obradores a la vista y producto artesanal. Como buena panificadora, el producto estrella — y el perfume oficial porque ¡no veas cómo huele al entrar — es el pan, materia prima y protagonista. Facilmente a todas horas puedes encontrar infinidad de panes con los que, además, hacen cantidad de variedades para que puedas comer más que bien: cocas, tramenzinnis, focaccias, pucetes… todo aderezado con productos de primerísima calidad y una pintaza que te hacen caer de culo.
Pero ahí no acaba la cosa, porque también son especialista en bollería y dulces. Se pueden encontrar desde todo tipo de variedades de magdalenas (en versión muffin, cupcake, con y sin peluca), croissanes –y juro que son buenísimos, con un punto perfecto entre salazón y dulce, ligeros pero con una masa de lo más consistente — ensaimadas, galletas, pastas y pasteles… un vicio, vamos.
El café les sale genial y el local es cómodo, práctico y grande: en la entrada está la panadería, y al fondo tiene dos grandes salones-​uno más recogidito y otro más amplio que da a un patio — que hacen que sea muy fácil pasarse horas allí, oliendo a pan, viendo como las bandejas van del obrador al mostrador y, sobre todo, viendo a la parroquia del barrio desfilar a todas horas. Panaderia de barri pero con un puntillo cool y modernete: FAN.