Necesitaba sentarme y comer algo tras 5 horas caminando sin parar así que este sitio, echando un vistazo a la carta, me pareció bien. Pregunté por el grifo de cerveza, me comentan que es Estrella Damm y me vale. Para comer me decido por tapa de pan con tomate y tapa de queso manchego. Creo recordar que la tapa de pan con tomate era 1,9 € y la de queso 3,9 €. El total fue de 7,5 €. Las tartas caseras tenían pintaza pero tenía mono de helado así que decidí seguir mi camino. Local cuqui, buen trato, quizás un poco lentos. Tienen terraza.
Anna P.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Me paré por azar el otro día. No está nada mal. Y entonces recordé que ya había ido. No es un local que llame la atención: en pleno centro, hay miles cerca. Pero al entrar es muy cuco. Es como si entraras en casa de tu abuela. Pero de tu abuela moderna cuqui. Todo es tipo casa de la abuela: mesas redondas, las lámparas, etc. Pero bien puesto modernico. Las pastas que tienen son muy muy apetecibles: croissanes, y unas tartas con una pinta genial. Lástima que no me apetecíà la tarta sino os diría que tal era. Hay leche de soja, todo bien. Y el café es rico. Yo volveré seguro pero con intención de merendar o desayunar mucho porque la verdad, no me quiero perder esas tartas. Bueno, el croissant… estaba delicioso. ;)
Anna A.
Évaluation du lieu : 4 Londres, Reino Unido
Buen servicio y calidad. El café bastante bueno! :)
Jul-8
Évaluation du lieu : 3 Freiburg, Baden-Württemberg
Süße kleine Kneipe etwas ab von der Rambla. Bei schönem Wetter kann man auch draußen sitzen u da sein kühles Bier oder einen Kaffee genießen. Ich würde das Tallers 76 eher als Kneipe bezeichnen, in der man Kleinigkeiten wie Salate, Wraps und Tapas zu sich nehmen kann, aber nicht als Restaurant. Wir haben Tapas gegessen u ein Bier getrunken, was völlig ok war. Wer allerdings nach traditionellen Tapas u catalanischen Ambiente sucht wird hier eher enttäuscht sein. Ein großer Pluspunkt geht an die süße Einrichtung der Kneipe u an die super sympatische Chefin, die sich über jeden freut der den Weg zu ihr findet.
Óscar S.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Nunca he apostado por el Tallers 76 como restaurante, siempre lo he preferido como lugar en el que tomar una caña o una buena copa de vino. En verano, la terraza que tienen justo en la plaza Castilla es perfecta para saborear un tinto a media noche mientras gustas de la tapita de tortilla de patatas que te sirven. Si por el contrario lo eliges como cafetería para las tardes de otoño, te endulzan la velada con un trocito de pastel que te alegra lo que estés tomando. La camarera es muy simpática y muy alegre, pero aún así no me ha dado por probar la cocina, probablemente la próxima vez que vaya me arriesgue. Una vez probé las croquetas y no estuvieron nada mal. El interior, no obstante, es muy pequeño.
Luís María G.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Toda la condenada semana igual. Para arriba y para abajo, de esta tienda a otra, media hora como mínimo en cada una y yo cargando bolsas y haciendo ver que me interesa cómo le quedan los modelitos. Odio acompañarlas a mirar trapitos, la verdad. Mi… «amante» vino a visitarme a Barcelona durante la semana pasada, hacía tiempo que no nos veíamos y, hablando en plata, había olvidado lo pija que era. Es decir, tenemos buen rollo y nos llevamos bien pero es una maldita caprichosa. Estuvimos haciendo lo que ella quiso toooooooodo el tiempo. Pero esa tarde lo único que yo pedí fue un café. Se me ocurrió comentárselo por la altura de Plaza Universitat y ella sin ni siquiera dedicarme una mirada me agarró del asa de mi mochila y me llevó arrastrando cual asno tozudo por la calle Tallers. Ya supuse yo que no podíamos entrar en cualquier sitio, y me veía dando vueltas por toda Ciutat Vella hasta encontrar una cafetería digna de que mi damisela plantara su neurótico trasero. Pero había olvidado que ella conoce Barcelona más o menos bien, parecía saber a dónde me llevaba. Nos paramos en un local pequeñito al principio de la calle Tallers. Ella entró y empezó a saludar a los camareros como si fueran amigos de toda la vida, mientras yo me quedé fuera apurando mi pitillo y oteando el interior del local desde la puerta de cristal. Bonita cafetería, pensé. Al entrar me di cuenta de que el sitio no era muy grande pero estaba bien decorado: colores relajantes, estilo minimal bastante elegante… En una de las mesas alguien se estaba zampando una paella. Pero no uno de esos pastiches asquerosos que te sirven en las Ramblas. Aquello parecía una paella de verdad, y olía como debería oler lo que come Dios los domingos. Otra sorpresa: no es una cafetería, es un bar-restaurante. La pena es que ya habíamos comido. Ya en las mesas cogí la carta aún a riesgo de que ella me volviera a llamar glotón. Sólo quería echar un vistazo. Predominan las pastas con salsas elaboradas y las paellas, de hecho los arroces son la especialidad de la casa, tienen varios tipos y los ingredientes de todos los platos aparecen en el menú, lo cual ayuda bastante a la hora de elegir. Los precios están bastante bien y los camareros son bastante amables. Odio que me sirvan con cara de perdonarme la vida, así que un poco de amabilidad se agradece bastante. Pero vinimos a por un café… si soy exigente con una cosa es con eso, hasta el punto de admitir que tengo la manía de no poder tomar café en cualquier sitio. Llamadme señorito si queréis, pero me gusta que mi dosis de caféína tenga un sabor agradable. Y creo que ella me conoce lo suficiente como para saberlo, de hecho luego admitió que me trajo aquí para que no protestara por el café. El primer sorbo me sorprendió gratamente, y los siguientes no hicieron más que ratificar que estaba bebiendo buen café, ni demasiado suave ni demasiado fuerte, simplemente rico. Y a veces eso es raro de encontrar en el centro. Tanto que cuando me lo acabé me repetí. Esa noche me costó dormir y hasta que lo conseguí parecía un orangután en celo pero qué demonios, estaba buenísimo y era la primera vez que conseguía estar medianamente a gusto fuera de casa en compañía de mi picajosa amante. Cuando nos fuimos pillé una tarjeta del sitio, tengo que probar esas paellas.
Moni
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Restaurante situado en Barcelona. Local bonito, llamativo por los colores de sus paredes, hacen un local alegre y de ambiente juvenil. La comida está muy buena desde sus platos más elaborados como el más simple bocata. El servicio inmejorable, son muy atentos y serviciales en todo momento. El precio es asequible, por poquito dinero puedes comer o cenar muy bien. La lástima es que es un poco pequeño y hay días que cuentas con ir y una vez allí está lleno.