Taure Academia

Cada tanto pasaba por allí cuando me iba a pasear por Grácia. Qué lindo que es Grácia. Puff. Me encanta. Siempre esos dos carteles super archi modernistas me llamaron la atención. Hasta que un día me detuve a verlos de cerca para hacerle un par de fotos. Después de argentina venía un amigo medio artista y yo con entusiasmo me acordé y le recomendé tal lugar. Con decirte que no aguanté y me acerqué yo a averiguar qué daban y cómo. Yo no pinto, pero bue, era para él. A mi me gusta la foto. No se ni cómo se agarra un pincel, la verdad. Entré y wooooooow qué buen clima que sentí con solo ver. Visualicé algunos alumnos inmiscuidos en sus lienzos y en sus atriles. Veo aparecer a una chica que me da un folleto y me cuenta un poco cómo se estructura la Academia. Hasta a mí me dieron ganas de ponerme a pintar sin saber nada de nada. En Taure dan clases de dibujo, pintura, clases para niños. También dictan un taller de modelo al natural y preparan a alumnos para el ingreso a Escuelas de Arte. Leyendo la reseña de mi compañera, flipé pensando, si alguna vez tengo un hijo en Barcelona, mandaría a mi hijo allí. Quizás hasta ella me pueda acompañar a mí para volver a disfrutar del lugar. Y claro lo iría a buscar felizzzzzzz. Me gusta mucho ese lugar. Me genera buena confianza. Si vas presta atención en la arquitectura del lugar. Pero si te gusta el arte de dibujar o pintar, dudo que puedas volver, luego, a la realidad. Ya verás. Voilà!

Un día acompañé a una amiga a recoger a su hijo a la Academia Taure de dibujo y pintura y me quedé fascinada nada más entrar. El interior es sorprendente, conserva los detalles de un edificio del siglo XIX, con un toque andaluz en alguna de sus estancias, techos altos y suelos de cerámica hidráulica que lo convierten en un espacio privilegiado para desarrollar actividades artísticas. Sólo tienes que mirar a tu alrededor para inspirarte. En este escenario ver a varios niños concentrados en sus dibujos me hizo pensar que el futuro del arte estaba garantizado. Me pasé de profunda, lo reconozco, pero una cosa es cierta: a la hora de aprender el entorno importa mucho y éste parecía idóneo.