Amanece en Nueva York. Un taxi solitario se detiene en una calle, delante de una tienda. Es una joyería. Baja una mujer joven. Audrey Hepburn, con vestido negro, largo, moño perfecto, guantes hasta el codo, y un collar de perlas enmarcando el cuello, se acerca a un escaparate. De una bolsa saca un croissant y un vaso. Desayuna tranquilamente, mientras admira las pulseras y los collares. Al cabo de un rato, se va sin dejar de contemplar los escaparates. Suena«Moon River». Aquí la película se llamó «Desayuno con diamantes». Sin embargo, Truman Capote, tituló a la novela en que se basa, «Breakfast at Tiffany’s». Y Tiffany’s ya está en Barcelona.