Capilla de San José

Escondida entre las dos arterias comerciales del centro histórico, Tetuán y Sierpes, la capilla de San José (finales del XVII-​primera mitad del XVIII) pasa casi desapercibida con su ladrillo, arrinconada en la calle Jovellanos. Inadvertida por los turistas y sus prisas y no tan conocida por los locales, es una de las joyas del barroco sevillano.
Una vez franqueada la puertecita, entramos en el mundo oscuro del barroco. El horror vacui, la muerte que se cierne sobre el hombre, España cada vez más hundida y Dios arriba que parece castigarnos. La capilla de San José es La vida es sueño, es los sonetos de Quevedo recordando la fugacidad de la vida, la inutilidad del ser humano que, o se debe a una causa mayor o no es nada: «Cualquier instante de la vida humana/​es nueva ejecución, con que me advierte/​cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana».
Para mí, no se muestra allí la gloria de un Dios que nos supera (que brillaba en los rosetones góticos) ni la perfección del ser humano y su razón (en el equilibrio del Renacimiento), sino la desesperación de un hombre que se sabe irrelevante, rayando en lo mezquino, y que de Dios apenas espera penitencia.
Allí está, el barroco en el corazón de la ciudad. Sevilla, esa ciudad eminentemente barroca (la Semana Santa, los altares) que intenta olvidar su suerte con cerveza y naranjos. La saeta cambiada por sevillanas. Y la capilla de San José ahí, recordando nuestra herencia oscura.

esta capilla se encuentra como hemos dicho anteriormente en la calle jovellanos, pertenecio al gremio de
estilo, barroco, su construcion comenzo en 1699 aunque no finalizo hasta 1766