Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Tanto para ver una exposición artística, como para conciertos y otros eventos al aire libre, es el lugar perfecto.
Las esculturas expuestas afuera, son impresionantes. Las casetas de los pájaros, el gigante o el hombre orquesta… Son inherentes al concepto cultural del CAAC.
Los domingos de jazz gratuito, que comienzan en primavera, el acceso gratuito a las exposiciones a última hora de la tarde… Son algunas de las formas de dejar libre el acceso del pueblo a la cultura.
Sin duda de lo mejor que hay en Sevilla.

Muy bien. tiene muestras interesantes de arte contemporáneo. Si te gusta la expresión artística alternativa este lugar es de obligada visita.

A mí el arte contemporáneo me produce ataques epilépticos con sus discursos insufribles, sus videoinstalaciones y su «Todo vale»; aún así, no sé cómo lo hago pero siempre termino por ir a los museos que se dedican a él en todas las ciudades. En este caso mi intención principal era visitar el recinto de la Cartuja por su valor histórico, intentando obviar todas las cosas que pareciesen una película de Lynch. Casi lo conseguí.
Como espacio es espectacular a pesar de resultar un poco infernal para llegar andando con el calor de la primavera apretando ya. Por suerte su interior de piedra te protégé bien y sus capillas antiguas con enterramientos de nobles son razón y motivo suficiente como para visitarlo. Luego están las otras salas, en las que te justifican lo injustificable, pero yo es que soy bastante intolerante con todo el arte no figurativo.
Destacable me parece su cafetería, con unas cuantas mesas al sol y unas cuantas bajo techo y en la que te ponen un café con soja muy barato más que aceptable.

Really enjoyed coming here for a quiet coffee and plate of Iberico stuff away from the hustle and bustle of the old town. Prices are reasonable and the staff have a little bit of English if you need it.
The museum itself is enjoyable to walk around again primarily to get away from the cramped centre of the city.

Enclavado en un entorno inigualable como es el Monasterio de la Cartuja, encuentras uno de los referentes de la ciudad si te gusta el arte.
Lo he visitado hace poco con motivo de la exposición de Carmen Laffon (maravillosa), y en mi modesta opinión, es un espacio al cual, se le debería prestar más atención.
Cuenta con una programación a lo largo del año que engloba desde música, fotografía, escultura, pintura, etc…
Resumiendo, es un «must» de la ciudad, visita obligada aunque sea para pasear y dejarte llevar por sus bonitos rincones.

#lunesdereseña
Es difícil, por no decir imposible, encontrar un sitio con más historia en la Isla de la Cartuja que donde se encuentra este… Quizá debería ser un icono, un imperdible, un (como se suele decir ahora) «must» en todo top ten que se precie de la ciudad, y no lo es. En fin, La Cartuja existe, y el Monasterio es un gran exponente y, por supuesto, su CAAC.
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo nace en 1997, aunque el germen del espacio, del Monasterio de la Cartuja, está muchos siglos atrás. Una vez que los musulmanes dejan la ciudad, allá por el siglo XIII, encuentran en las excavaciones del barro que luego usaban para la cerámica una virgen, Santa María de las Cuevas, que estuvo enterrada todo el periodo árabe. Y se empieza a venerar, y lo que empieza por una capilla, acaba en un Monasterio por donde Colón preparó alguno de sus viajes a las Américas, donde su hijo, según la leyenda, plantó un ombú en su honor (y ahí sigue) y donde el explorador yació unos años, enterrado. Tras unos años convulsos con la invasión francesa, donde se expulsa a los monjes cartujos que allí, alejados del mundanal ruido, llevaban siglos, el Monasterio se expropia, Mendizabal mediante, y pasa a ser una fábrica de cerámica. Así hasta que en los ochenta del Siglo XX se busca recuperar el espacio, de cara a la vorágine que fue la Expo’92 en la ciudad.
El CAAC ocupa parte del recinto del Monasterio, no toda (lo comparte con la Universidad Internacional de Andalucía o el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico), pero su presencia se nota por todas partes: muchas «intervenciones» (así lo llaman ellos) contemporáneas pueblan los espacios públicos, desde una Alicia gigante encerrada entre ventanales, a una parada de bus un tanto rara, una señalética liante, un tinglao de una estación berlinesa de metro, un patio inundado que recuerda lo ligado al río (y las riadas) que estuvo el Monasterio o una decena de obras artísticas que en la Expo’92 fueron parte de la participación de varios países. Merece muchísimo la pena darse un paseo por los jardines de alrededor, y echar un ojo a todas estas obras, así como perderse en las huertas, sinceramente no creo que exista un lugar que transmita más paz en toda la ciudad.
Por otro lado, esta reseña no puede pasar por alto las propias exposiciones que pasan por el CAAC, por aquí hemos visto a Ai Weiwei, a Guillermo Pérez Villalta y, actualmente, a Carmen Laffon, como pesos pesados de las recientes temporadas. No obstante, siempre hay otras exposiciones que no suenan tanto y que le hacen pensar a uno, aunque algunas resulten un tanto extrañas y no se presten a la comprensión tanto como otras, pero bueno, es lo que llaman arte contemporáneo, y hay gente que, precisamente, no es muy fan, ¿no?
Aparte de las exposiciones, es muy remarcable también el Nocturama y el Territorios, dos de los festivales donde el CAAC se llena de música, aunque suele ser también bastante habitual ver conciertos a lo largo del año por allí. Solo hay que estar atento a la programación.
En cualquier caso, me sorprende mucho que haya gente que, aún, no conozca este lugar. Y aunque, como decía antes, no seas fan del llamado arte contemporáneo, el Monasterio y el CAAC tienen una mañana, y si eliges una mañana de sábado, por cierto, sale gratis, así que al loro y a disfrutar este fantástico espacio.

Situado en el interior del Monasterio de la Cartuja de Sevilla, encontramos este centro en el que se unen modernidad, que llega a través de sus exposiciones, con una magnífica arquitectura y enclave geográfico. Se creó en los 90 y su objetivo ha sido desarrollar un programa de actividades con fines educativos que fomenten el estudio del arte contemporáneo (nacional e internacional).
No solo podrás encontrar exposiciones sino que también se llevan a cabo talleres y seminarios, así como actividades varias como el famoso Nocturama, Territorios y demás conciertos.
Es sin duda una visita interesante y que no te debes perder si estás por la ciudad :)

Si te gusta el arte sin duda tienes que venir a contemplar las distintas exposiciones que acoge el Centro andaluz de arte contemporaneo. Sus paredes están llenas de historia que sirven de hogar para mostrar el arte más actual. Escultura, pintura, fotografía y cualquier manifestación artística tiene cabida en este lugar.
Por la tarde y los fines de semana la entrada es gratuita así que no hay excusa para no asistir de vez en cuando y no perderse las muestras que van renovándose casi mensualmente.
Si quieres curiosear puedes dar un paseo por sus alrededores y también descubrir los detalles que quedan del edificio original.
Uno de mis lugares preferidos de la ciudad, aunque sea para sentarme en su cesped, y de obligada visita si estás de paso.

Recently, I visited this art museum located in a newer part of the Seville Metropolitan area. I saw fine temporary exhibitions featuring the paintings and creations of Guillermo Perez Villalta («Self Portrait in Morning Paradise»)(«Easter Eve»), Sylvia Sleigh («Elizabeth Antin»)(«Paul Rosano Reclining»)(«Chelsea Gardens»), and Miki Leal («One Course Meal»).The works of art are housed in a Carthusian monastery dating back to 1400. I liked the Museum of Fine Arts better than this art museum, but I still enjoyed this one.

The center for Contemporary Andalucian art is located in the Cartuja de Santa María de las Cuevas Monastery, and the building itself is as breathtaking as the works of art housed in the museum. From what I gathered, in the 15^th century, the Monastery was constructed, and it was sacked a few centuries later during the Napoleonic invasion, and finally vacated entirely in the 1830s, and then converted into a factory that produced ceramic tiles, only later to be converted into a national monument and museum. As I said, the building is arguably more interesting than the art housed inside. We saw three exhibits yesterday — for me, the highlight was the «ARTE DE COMPORTAMIENTO E IMÁGENES SOCIALES DEL CUERPO» exhibit which included work by Ana Mendieta, Francis Bacon, and Pilar Albarracín. Though it’s a bit off the tourist trail, I encourage visitors to check out this spot — after a trip to the museum, one can sit underneath the Puente de la Cartuja and enjoy a beautiful evening.

La Cartuja de Sevilla, alberga el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, fui para visitar la exposición de Ai Weiwei, y me encontré con un lugar que me ha cautivado. Paseando, indagando por sus edificios, jardines, me topé con lugares que no imaginaba, como el jardín llamado la Huerta Grande, de naranjos, cipreses, olivos, en esta huerta encontramos unos edificios que eran capillas del siglo XVI, reformadas como pabellones en el XIX. Me encantó La Capilla de Santa Justa y Rufina de gusto orientalista y la alberca que rodea otro de los pabellones, «ojalá estuviese lleno de agua cuando comience el calor y pudiera darme un baño», pensaba mientras paseaba a su alrededor.
Tan solo he esbozado uno de los lugares que me sorprendió, existen más lugares de La Cartuja para sorprenderse, la entrada desde la Avenida Americo Vespucio, la sala Capitular, el Claustrillo, el árlbol Ombú dicen que sembrado por el hijo de Colón, etc., en ellos se conjuga historia, cultura, naturaleza, relax,…

Siempre que se celebra la Bienal de Arte Contemporáneo, me dejo caer por el CAAC. Suelo ir sola, en plan friki, pero me da igual, porque aprovecho cuando estoy haciendo algo por la cartuja y me acerco, y permanezco allí todo el tiempo que de le gana, sin presiones de terceros.
Me dejo llevar por esos largos pasillos con habitaciones temáticas, en los que es fácil perderse, pues la exposición es enorme, a pesar de que el arte contemporáneo no es mi fuerte, para mí mas que arte es provocación en el buen sentido de la palabra. Divagaciones aparte, para mí visitar el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo es ya una tradición.
La entrada cuesta 1,80 euros, pero por 3 euros puedes visitar el monasterio y la exposición, las dos cosas, que creo que no tienen desperdicio.

He trabajado aqui durante dos años, estaba montando y desmontando las expocisiones itinerantes, estas manos han colagado hasta Picassos…
El sitio no puede ser mas magico, creo que junto con las Reales Atarazanas es el que mas me gusta de Sevilla, no solo ver sus expocisiones sino pasear por el recinto.
Tiene dos entradas, suelo entrar por Americo Vespucio, por esa entrada dejas a mano derecha una pequeña capillita, despues esta el patio y despues el monasterio.
El edificio fue en tiempos monasterio de los Cartujos, cuando se fueron las obras de arte las llevaron a diferentes museos y se quejo como fabrica de loza, «La Cartuja de Sevilla», si paseas por el recinto en la parte de atras, entre naranjos y el gran arbol de pomelos estan aun los secaderos de loza antes de meterlos en los hornos, que es el emblema del centro.
Antes tenia cafeteria, en la actualidad tiene una sala de maquinas de café, refrescos y bocadillos.
En el jardin se conserva el gran arbol traido de America que sembro el hermano de Cristobal Colon.
Ademas del museo tienes que ir fijandote en todos los detalles del edificio, no tiene desperdicio.

Aún si no alojara el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, el monasterio de la Cartuja sería de mis sitios favoritos en Sevilla. El lago, que, aunque artificial, te permite tumbarte al sol, en mitad del silencio, junto a un olivo. El huerto por el que caminar entre frutales. La pequeña capilla de luz azulada en una de las puertas laterales de la iglesia central. El mural de azulejos en uno de los edificios cercanos a la entrada del río.
Pero allí, además, se encuentra una interesante exposición permanente y unas más que dignas (aunque de renovación escasa) exposiciones temporales. Allí ha estado este verano una muestra sobre la música como fuerza social transformadora, que jalonaba el festival veraniego Nocturama.
Un gran plan cultural, tanto para las tardes de calor de agosto como para las más lluviosas, es llegar al CAAC (no está tan lejos del centro, os lo aseguro) y esperar a que os echen caminando por las largas y blancas galerías o viendo pasar las nubes tras los altos hornos.

Uno de mis lugares especiales de la ciudad. Si te gustan los monasterios y la arquitectura seguró que lo disfrutarás. Está ubicado dentro del Monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, que fue rehabilitado para la Exposición Universal de 1992.
Me gusta la forma en que se conjuga la modernidad y las estructura más antigua del espacio. Aún si no te gusta el arte contemporáneo, disfrutarás del lugar y por supuesto, de sus jardines. Un paseo entre naranjos observando las antiguas maneras de conducir y utilizar el agua… y encontrarás tesoros escondidos, como la torre a la que se accede por una escalera estrecha.
Allí he vivido muchos cachitos de mi vida, uno de ellos, las tardes en su pequeña biblioteca. Hacíamos un trabajo para estética y elegimos a Sophie Calle. Éramos tres amigas con la creatividad desbordada, consultando libros, haciéndonos fotos y flipando con las historias de esta fotógrafa, que a mí al menos, me marcó.
¡Por las tardes entre semana de 19 a 21 horas y los sábados, es gratis!

A visiter lors d’un long séjour à Sevilla
La Cartuja n’est pas dans les priorités des circuits touristiques mais si vous êtes à Sevilla pour un long séjour allez la visiter. De l’autre côté du Gaudalquivir, elle est un peu perdue au bord des ruines modernes que sont les pavillons de l’exposition universelle laissés pour la plupart à l’abandon. Le lieu est étrange: 3 époques successives s’y cotoient; le batiment original avec son portail monumental et une très belle chapelle, les ouvrages ultra modernes édifiés à l’occasion de l’Exposition universelle, c’est du béton, les générations futures apprécieront, aussi surprenant que le camion anti-​émeute planté à l’entrée au milieu d’un bassin (il paraît que c’est une oeuvre d’art, bon je veux bien) Ceux qui ont récement sacagé les lieux ont une excuse d’autres l’avaient fait avant eux en installant une usine de céramiques et en plantant des four-​cheminées ventrus au milieu du monastère. L’ensemble est très curieux. Le musée abrite des expositions temporaires qui sont en général bien conçues (j’y en ai visité 4 ces dernières années)