Café Tocado

Tomamos solo unas cervezas, pero la atención fue muy buena y el ambiente del sitio estaba muy bien.

Una esquina guapa, me encantó la decoración del lugar, jajaja las piernas de las bailarinas en la pared es que me partía viéndolas mientras tomaba algo con mi pareja y mis amigas, en cuanto al local, muy agradable, una decoración que me gustó, si vas a la parte de más atrás veras un expositor donde tienen varias cosas que marcan historia, como cámaras antiguas, imágenes, fotos, me pareció un rinconcito muy bonito del recuerdo, lo malo es que tienen una Diana para jugar a los dardos pero enfrente tiene una mesa, que claro si quieres jugar reza porque no esté la mesa ocupada, como nos pasó a nosotros. La terraza está muy bien, amplia y los asientos cómodos. Los precios del local rondan los normales que se consiguen en la zona de ruzafa, así que por eso no hay mayor problema. La atención la verdad es muy amable pero tardía, por lo menos nosotros llegamos y estuvimos esperando de 5 a 10 minutos a que nos atendieran, cosa que de todas formas no tomo como periódica porque en verdad había mucha gente en el local y pues creo que la tardanza fue consecuencia de ello, pero para estas noches podrían tener o más personal o mejorar la rapidez de la respuesta.
Para finalizar la música muy buena, la verdad no me disgustó para nada, pasamos un rato agradable y cómodo.

La música está demasiado alta como para mantener una conversación y las copas un poquito caras. Por lo demás, es un café con cierto encanto para tomarse algo después de cenar.

Hablamos de uno de los garitos con más solera del barrio de Ruzafa ya que está abierto desde 1994. La decoración evoca el Paris de principios del siglo pasado con el Moulin Rouge como emblema. Es una de las paradas del circuito café teatro aunque fuera del circuito también organizan algunas representaciones. Es un buen sitio para tomar una copa tranquilamente después de cenar. Poca luz y la música no está demasiado alta con lo que se puede mantener perfectamente una conversación. Tienen como especialidad el Agua de Valencia, una mezcla de zumo de naranja con cava y otros licores que recomiendo probar si estás de visita por la ciudad. Una cosa que no me gusta de este local y de los que continúan con esta tradición son los vasos de tubo. Por favor, esto es un llamamiento a todos los locales de copas del Mundo, el tubo es de otra época, ya no se lleva, tiren los esos vasos y pidan a las marcas de whisky y ron que se los repongan vasos anchos por favor.

Este café ofrece un distintivo particular; está enmarcado dentro del circuito café teatro que la ciudad ofrece cada temporada. Se trata de que una vez a la semana, mientras te tomas una copa, puedes ver espectáculos de corta duración y espacio reducido, normalmente en tono de humo, propio de este género teatral.
En lo que se refiere al espacio, la terraza, en verano, suele estar llena. Es agradable y está en un punto privilegiado del barrio de Ruzafa; da a la calle Cádiz, una de las principales venas de acceso al mismo. Dentro experimentas un cambio. Sin llegar a ser demasiado francés, la estética tiene ciertas reminiscencias a las decoraciones cabareteras y a esos locales parisinos de Pigalle o Montmartre. Salva alguna de esas distancias; aunque bastante de eso tiene. Y, precisamente por eso, no es un local que me desagrade.
Ofrece una amplia carta de bebidas y también tiene ‘Frangelico’, que no es muy normal verlo en todos los bares y este, por ejemplo, lo ofrece. Otro punto más, aunque caro, como siempre. El resto de bebidas al precio normal.

Antro (dicho con cariño) por excelencia del noctambulismo un poquito macarra por el barrio de Ruzafa, muy bullicioso a primera hora de la noche (fin de semana) con el atractivo clásico de mesas pequeñas atestadas y ventanales velados en chaflán. Música de tiempos mejores (más baratos, concurridos y humosos), chupitos de bourbon y agolpamiento generalizado a la puerta de los baños. Tatuajes, vecinos de arriba, parejas de toda la vida, etc…
Lo más relevante es su inclusión en el circuito de café teatro, que te propone actuaciones (domingo tarde, básicamente) en un espacio clásico (se apartan las mesas de un entarimado y punto), con los parroquianos (treintañeros) animando a pie de escena con sus risotadas y mucha agitación. Actores y actrices trabajan a gusto (el local es fiel y ha asentado la tradición) y se explayan aquí más que otros sitios con menos arraigo.