Cuando tienes un familiar ingresado, en este caso un tío lejano que su enfermedad, pobre, realmente era la edad, siempre te reencuentras con familia que hace tiempo que no ves. Así fue como nos juntamos un frío día de otoño mis tres primos hermanos y yo para comer. Estábamos en el hospital Doctor Peset y fue cruzar la calle y allí nos encontramos con un festival de tapas. En principio íbamos con idea de algo de menú, este restaurante tiene un menú diario de 7’50 €, pero no nos pudimos resistir ante los«botonets»(testículos de cordero a la plancha con unas gotas de limón). Y así, ahora una de bravas, luego morro y chorizitos a la sidra, todo ello regado cervezas bien frías. El sitio era agradable y el servicio presto, así que, nos dejamos llevar por viejas anécdotas. Total, que como ya habíamos visto al tío, la sobremesa se hizo larga. Nos encontrábamos a gusto. Y a eso de las ocho de la tarde, tomábamos un taxi, os aseguro que nadie estaba para conducir y nos fuimos al Carmen para con una cena, celebrar nuestro reencuentro.