Mojito

Honestamente quedé fascinado con este lugar, aunque también un poco asombrado. ¿Por qué le pusieron queso Oaxaca a mi caldo de pollo? En fin, aquella tarde decidimos mis amigos y yo visitar Mojito Restaurante Bar, el lugar se veía interesante, solo y quizá divertido, justo por eso, por lo vacío que estaba. Puedes escoger en dónde te quieres sentar si en las mesas del jardín o en la palapita. Hay comida de todo, enfrijoladas, chilaquiles, flautas, enchiladas, comidas corridas. Yo pedí una comida corrida, $ 40 pesitos, me pareció fascinante y barato. Moría de sed, pedí una michelada de un litro, otros $ 45 pesos, qué maravilla. Éramos los únicos en el lugar, estaba padre. La noche caía y las cervezas llegaban y llegaban, los chicos del lugar eran muy atentos y serviciales, hasta nos regalaron un shot, no sé si de tequila o de Ron, igual se les agradece.
En fin, se pasa una tarde muy agradable aquí, por la tarde funge más como restaurante familiar y por la noche empiezan a llegar más chavos a botanear y a echar trago. ¡Ah! Pagamos menos de cuatrocientos pesos, comimos y bebimos muy «agustamente» y lo mejor fue que pagamos poco y éramos cuatro personas únicamente.