Paxia

El mejor restaurante del sur de la cuidad. Uno de los menús más exquisitos de comida mexicana fusión que haya probado. Daniel Ovadía comprueba por qué es uno de los chefs más galardonados del país Llevo años viniendo y nunca ha bajado de calidad. Servicio excelente, ambientación y ubicación ideales. Obvio es un lugar caro, pero lo vale.

Luego de poner las 5 estrellas que este lugar definitivamente merece, tomé un tiempo para pensar en verdad cómo podía expresar en 3 simples y concisos párrafos y aunque me di cuenta de que un simple «es lo mejor en cuanto a comida mexicana» daría una idea de esto, preferí demostrar lo que una visita a Paxia significaría.
Dejando a un lado el hecho de que la mejor comida Mexicana de autor de la que he disfrutado o escuchado de ya varias personas se encuentra aquí, lo que Paxia te ofrece no es una simple comida con gran servicios y finos licores, sino una experiencia difícil de olvidar ya que no he conocido un servicio y amabilidad, así como creatividad para presentar desde un codillo de cerdo con adobo, hasta una infusión de hiervas sublime. No hay platillo que no deje maravillado y emocionado desde el momento en que se acerca a tu mesa, cada uno es como una sorpresa nueva para descubrir.
Y el crédito no va únicamente para el chef, todos los meceros proveen de una calidad de servicio inigualable, van mucho más allá de lo esperado y con una gentileza y sonrisas genuinas, un simple ejemplo es que cuando mi platillo se entibió y pedí me lo calentasen, me trajeron el mismo platillo hecho nuevamente ya que el chef y los meseros no querían servir comida recalentada y esto sin costo alguno.
No tengo otra forma de explicarlo, es simplemente sensacional y algo que le recomiendo a cualquier persona.

It was everything you would expect plus the chef/​owner was encouraged to return to his roots with the menu which means we were treated to Mexican specialities (instead of the universal high end restaurant fare). It was delicious. Service superb. And I finally found my spicy mole!

Simplemente dudo que exista un restaurante de comida mexicana mejor a éste, la calidad de sus platillos no tiene comparación, un restaurante extremadamente minucioso en todos los detalles, desde la comida, hasta el servicio y el diseño del restaurante, por más simple que quieras pedir un platillo, siempre te sorprendera, como un ejemplo pongo un chocolate caliente, hasta algo así lo arreglan para que sepa y se vea increible.
Mi platillo favorito, las enchiladas de mole (creo q las llaman distinto). Vienen 4 pequeñas como quesadillitas de pollo rodeando a una copa con aire abajo, chocolate solido en medio y mole caliente hasta arriba, el cual por si mismo derrite al chocolate y se mezcla para dar lugar al mole más rico que he probado (ideal entrada para 4 personas, y muy bueno para 1 persona)

My rating for Paxia is probably closer to a 3.75.
On a trip to Mexico City with Boyfriend (him for work, me for play), I had it in my head that I wanted to experience this city’s fine-​dining aspect. We were delighted first by the cobblestoned poshness of the neighborhood, then by the sleek, water-​flowing-​over-​marble décor inside the restaurant. We were staying in La Condesa, generally considered one of the nicer neighborhoods in MC (to my understanding), but man, Condesa can’t hold a candle to this part of San Ángel!
Despite our utter incompetence at conversational Spanish — and the fact that, despite our best efforts at fine-​dining fashion, we just couldn’t shake our ragtag, spent-​all-​day-​sightseeing-​in-​the-​beating-​sun appearance — the staff was beyond accommodating to us, even pulling a hostess to serve as our designated translator for the night.
To be perfectly honest, most of our meal (taster course) was largely overshadowed by the chumil dish. So apparently, this restaurant is totally famous for this live offering. But seeing as how we were utter and complete failures at both pre-​dining preparation and at language comprehension, this completely escaped our attention until the last moment when I was staring at the dish, wondering whether there hadn’t been some horrible mistake.
There wasn’t. I felt like a narrow-​minded, xenophobic fool sitting there with the heebie-​jeebies, but was immensely relievethat the waitstaff found this just as hilarious as Boyfriend did. Of course I have nothing against «ethnic» food choices, but after all, kangaroo was about as «exotic» as I’d ever gotten (more due to circumstance than choice). And you know, I was glad I got over my damn self, because chumil is AMAZINGLY tasty. Makes me wonder what the home variety might taste like.
As for the rest of the food, I can’t remember too much detail about individual plates, but I can confidently say there were a few hits, and a few misses where individual components were great but the plate just didn’t seem to come together. I wouldn’t give the flavors per se a perfect score, but the homage paid to native cuisine, the décor, the wonderful service, and that eye-​opening chumil experience really boost the place in my opinion.

Paxia ha sido desde hace varios años un referente en cuanto a «alta cocina» mexicana. Con una base de investigación gastronómica se toman platillos e ingredientes tradicionales –a veces poco conocidos– de distintas regiones del país y se reinterpretan platos clásicos.
El menú cambia cada ciertos meses, mezclando una sección a la carta con un menú degustación. A veces un par de platillos necesitan una explicación más honda de lo que esperarías, pero todo cobra sentido una vez que el mesero, el capitán o el mismo Daniel Ovadía –chef del lugar– te explican cada ingrediente, técnica e historia de la preparación.
El único problema con el que a veces me topo en el menú degustación es que casi todos los tiempos son muy pesados, por lo que acabas no sólo satisfecho sino casi desmayado. Un mezcal ayuda para evitar esto, y vaya que tienen una buena selección.
En cuanto a maridaje puedes elegir que sea con vino o con una vasta selección de cerveza artesanal mexicana. Paxia fue posiblemente el primer restaurante en abrir de par en par las puertas a más opciones de cervezas.
El servicio es impecable desde que te reciben, siempre con un trato cordial. En cuanto termines de comer cada tiempo habrá un mesero dispuesto a recoger tus platos, traer tus nuevos cubiertos e ir a la cocina por tu siguiente tiempo, que explicará con detenimiento.
Un restaurante que suele estar en las listas de favoritos en la ciudad y que seguramente está entre los más importantes del país.

He escuchado a muchas señoras asegurar que los hijos son tan diferentes como los dedos de una mano y luego de verme una y otra vez frente a mi único hermano, les doy toda la razón.
Él médico, yo periodista. Música electrónica nais, salsa, reggae, bachata. Lugares exclusivos, rincones arrabaleros, ¡blanco y negro! Como aquel se recibió de médico general (¡el orgullo de la familia!) quiso que lo festejásemos a lo grande y a lo viaipi, pidió que fuéramos al Paxia.
Ni tarda ni perezosa me metí a la web para investigar cuál era la esencia del lugar y en términos simples buscan honrar los ingredientes y las tradiciones del país pero en versión 4.0; así pueden probar guajalote con mole, sopa de frijol, lasaña de chicharrón en salsa verde pero con toques neomexicanos, si es que la definición les dice algo.
No quisimos irnos por el menú de degustación y pedimos pato, guajalote, pescado y yo un chile en nogada. Todo rico pero no supremo (ojalá los gourmands no vengan a cortarme la cabeza); si son mezcaleros o cheleros hay harta variedad de ambos y una buena dosis de cocteles también.
Prepárense para despelucar en serio la cartera.

Como amante de la comida mexicana, visitar el Paxia siempre resulta ser una delicia. Esto, si a uno le gusta salirse un poco de lo tradicional pues se trata de una cocina ‘fusión’. Pareciera ser que a cada rato van mejorando sus platillos, y sólo los mejores pueden permanecer en el menú que cambia cada tantos meses. El ambiente es muy agradable, cuenta con una decoración muy colorida adecuada al concepto contemporáneo del lugar y un servicio excelente.
Como explicar que al llegar los platillos a la mesa es difícil mantener los ojos en uno sólo. En este sentido es bueno pensar, en principio, en compartir entradas como los sopes de cochinita pibil o la muy demandada ensalada de hilos. Los cubiertos suelen ir rotando también alrededor de la mesa probar los platos fuertes como la Lasaña de chicharrón o el Pescado Rosarito que pidió alguien más. Al terminar el manjar, uno se queda con ganas de contar con más espacio en el estómago.
Encima de la comida, entre las cosas que en lo personal más disfruto de la comida mexicana es que vaya acompañada de una buena agua de sabor. En esto, la oferta del Paxia es sin duda, mi favorita. Combinaciones de tamarindo, maracuyá, mandarina, horchata, etc, siempre con algún twist y una botana de acompañamiento.

Uno de los mejores restaurantes de la Ciudad de México, con un estilo discreto y formal nos ofrece una carta de comida mexicana totalmente renovada.
Su servicio es increíble pero no tan increíble como la comida, sus chefs hicieron un trabajo muy bueno en hacer el menú.
Sus bebidas son novedosas, podemos probar agua de mango con albahaca o uno de los mejores vinos de la ciudad.
La comida sobrepasa las expectativas, una de las cosas más notables del menú es el pastel azteca con trufa blanca.
Su rango de precios va de acorde con su calidad, con su servicio y su presentación.
La calidad del restaurante habla por si mismo. Un lugar recomendable para ir en una cena íntima.