Zapote

Disappointing. Bland salads. Decent pizza. Average pasta. Somewhat overpriced hip. Wouldn’t return or recommend.

Zapote Es de Esos lugares a los que voy mucho. Las razones: esta muy cerca de mi casa y me tratan como rey. Ahhhh y la comida es m
Karina la dueña ha cuidado mucho a su personal y Darío su capitán de verdad se esmera mucho en hacer una gran experiencia.
Sí lo logran. He conocido la carta y sus cambios.
Esta súper bien decorado con mobiliario y tiene una onda muy escandinava de diseño.
Tiene terracita por si quieren estar afuera y hacer el respectivo «people watching».
De vino tienen de todo. Mexicano francés, español y sobre todo de cosechas de viñedos boutique con producción muy pequeña, máximo 6000 botellas.
Mis favoritos son la carne cruda con trufa es una delicia.
La Pizza de chorizo español
Hubo hoy una pizza de los espaciales de frutos del mar.
La codorniz en pipian
Quitaron el pay de pepita de calabaza que me encantaba. Ahora tienen una panacota de vainilla y romero Ok.
Si puede llegar a ser un poco alto el precio pero el lugar lo vale.
Buena experiencia siempre.

I liked very much this place. The furniture is nice and modern (as other fellow Unilocalers put it) along with the decoration. But I find it noteworthy to point that the chairs are uncomfortable for long stays. Actually most tables around us stayed at most 2 hrs. The food is good and very flavorful. The prices are high for the zone but about right. Portions are a little bit small, but enough. We ordered raw tartar meat as appetizer and was fantastic. Our entrées were spanakopita which was very good, and my gf had a NY cut steak which was very spicy because it’d too much spearmint and was good but a bit odd for our taste. We shared a side dish of mashed turnip with parmesan cheese which was awesome. We shared the dessert in the form of a delicious macadamia nuts pie. The menu is a bit short but appealing. The service was very nice, attentive, helpful and prompt. There’s a valet parking service which we didn’t use.

Este lugar ha tenido un comienzo más «lento» que algunas otras opciones de la zona. Se agradece! Uno de mis favoritos de la ciudad, sigue siendo el único abanderado del movimiento Slow Food. Que qué es eso? Bueno, Slow Food es un movimiento que se opone a la «comida rápida» buscando cuidar o recuperar la herencia, tradiciones y cultura en torno a la comida y su disfrute. Revisar la carta de Zapote es encontrarte con ingredientes de excelente calidad y, por lo general, incluso fuera de lo común: cuántas veces te ofrecen en otros lados una ensalada de hinojo, o de betabel en su máximo punto de dulzura, una entrada de carne cruda con trufa, un entrecôte añejado en casa, un pollo al horno preparado en el momento o risotto con mollejas? Aquí hay dedicación, amor y cuidado en la cocina. Su despegue, como decía arriba, ha sido lento pero creo que es más por falta de un publirrelacionista que por otra cosa. La ensalada de burrata con jitomates del huerto es una delicia también. La chuleta de cerdo marinada en gin ufff! Debo decir que no soy nada fan del pollo pero su pollo al horno me tiene regresando por más desde hace meses. Todos hablan de sus pizzas y en verdad concuerdo: son espectaculares. Sin embargo, para mi Zapote es descubrir otros sabores. Siento que optar por una pizza sería como ponerle el cuerno a Karina Morales, la chef! Jajaja Del ambiente se ha dicho mucho: es acogedor a la vez que sencillo… de los lugares más bonitos de la Roma. Digno merecedor de ser de los grandes clásicos de la zona, en secreto hago «changuitos» para que siempre siga teniendo este aire de barrio en el que te encuentras a vecinos y no necesitas hacer reservación previa!

Se han dormido en sus laureles, que lastima, va en picada Estuvimos en el zapote el martes pasado para festejar el cumpleaños de mi cuñado y que conocieran el lugar mis suegros. Una experiencia aburrida:
1– los meseros amontonados y sin esta al tanto de nuestra mesa
2– nos sirvieron el pan 10 mn después de ordenar y estaba seco y al llegar los alimentos no atrevieron pan hasta q se los pédimos
3-​el corte de carne estaba viejo y sin jugo
4– las pizzas invariable mente buenas
5– el platillo a base de espinacas y pasta filo muy sin embargo.
6– Y sobre el servicio fue muy sin chiste, sin preocupación y en me vale.
Tal vez volvamos. Habrá q darle una oportunidad

It’s like Mexico hipster chic.
Zapote was great, in kind of in a hipster part of Mexico City (yeah, the hipster trend is not just a US things). The men’s and women’s bathroom is shared… Progressive, you know…
The menu is limited and changes, but everything is great. I had the snapper and other people were raving about the pork chop. The pizza is AWESOME. They do crust like it’s everyone’s biz. Not too think, a little bit of soft without being too thick.
Great place for a casual but tasty and tendu dinner.

El primer acierto de este restaurante es su diseño de interiores. Los colores, el mobiliario y materiales te atraen desde que te asomas por primera vez. Además del ambiente, que es muy cómodo ya sea para ir en pareja o con un pequeño grupo de amigos, lo principal es el gusto por la buena comida. Hay un enfoque en utilizar ingredientes de temporada, y productos de muy buena calidad. Yo diría que ese es el concepto principal aunque el nombre (Zapote) o las pizzas causen un poco de confusión. En la carta, hay algunos platillos fijos pero también hay opciones nuevas o del día que vale la pena descubrir. Las sopas son muy buenas, el entrecôte añejo es excelente y el pollo al horno también. Mejor no intentes definir el tipo de cocina (porque no, no es ni mexicano, ni italiano ni francés) y disfruta los sabores.

Muy buena experiencia.
Empecemos por la comida, ya que muchos ya han hablado de la decoración. La carta no es muy amplia (si excluimos la selección de aproximadamente 7 pizzas que tienen) pero todo lo que tienen en la carta tienen un twist un poco distinto a lo habitual. La carta es muy amigable para los que son vegetarianos, pero no exclusiva para ellos, hay de todo. Las guarniciones están muy buenas, recomiendo la de quinoa y el puré de nabo con papa se veja muy bueno también.
La decoración como todos dicen también es muy atractiva y fresca, se ve un buen diseño casual mexicano que aparenta ser poco pretencioso.
En cuanto a drinks, hay de todo. También cervezas artesanales, sólo tempus y otra marca la cual no recuerdo pero no es de las más vistas.
Por último el servicio. Todos muy atentos y rápidos.

El Zapote, es un restaurante muy de onda moderna pero simple, que combina muebles sencillos de madera clara y platos de peltre. Un espacio amplio y abierto, que pareciera una cafetería, con la cocina abierta para que puedas verla.
Situado en una esquina, con mesas de madera sobre la banqueta, invita a pasar porque la decoración es linda.
El menú no tiene muchas opciones y de hecho pienso que faltan opciones.
La decoración del lugar por lo sencillo se contradice un poco con los precios. El lugar de la apariencia de tener precios bastante accesibles, pero mas bien son un poco altos.
Las pizzas muy buenas, y el menú de platillos son mas opciones de platillos complicados que puedes no entender muy bien de que van, también se contraponen con la decoración del lugar. Me parece que la sencillez del lugar invita a unos platillos mas sencillos.
Recomendaría las pizzas del lugar.

Simple pero una decoración increíble, el Zapote es otra de las experiencias novedosas culinarias que te ofrece la Colonia Roma. La chef es Karla Morales, ex alumna Carlo Petrini, que es el promotor del movimiento «slow food» (anti-​chatarra) que se contrapone a la estandarización del gusto en la gastronomía y promueve una nueva filosofía que salvaguarda las tradiciones gastronómicas regionales con sus productos y métodos de cultivación. Axel Ramírez Vázquez, también es parte del restaurante quien salió de Le Cordon Bleu de la Anáhuac.
De corte italiano, la comida es sencilla como su decoración. Dentro del lugar podrás ver el horno de pizzas, un horno de pan y las parrillas. De entrada te sugiero una tártara de carne cruda con aceite de oliva con escencia de trufa negra en un pan foccacia; como sopa la de Fregola Sarda hecha con jitomate, portobello y chalotas; de plato fuerte la spanakopita que es un pastel griego de espinacas o una de su variedad de pizzas. Como postre el pastel de calabaza es el que se recomienda.

La decoración del lugar lo vuelve una opción muy atractiva para pasar a comer o beber algo. Llama la atención desde la primera mirada, además de que su nombre me encanta.
La chef Karina Morales estudió con Carlo Petrini, el fundador del movimiento Slow Food en Italia, y contó con su presencia durante la inauguración, así que puedes estar casi seguro de que todos los ingredientes que usan ahí y los platillos que te sirvan seguirán esa filosofía.
La crítica que he escuchado con frecuencia es que su nombre –que pareciera señalar un lugar de cocina mexicana– no corresponde con las pizzas y pastas que aquí se ofrecen.

Nunca había escuchado hablar de este restaurante, lo primero que me gusto cuando pasaba por ahí, fue el diseño del lugar y el nombre debó decir que llamó mi atención inmediatamente. Cuando entré lo encontré un poco pretensioso, pero me equivocaba.
Nos tomamos un agua de limón con tamarindo y jengibre que para empezar ya me pareció buenísimo. Si eres vegetariano podrás encontrar opciones pero la verdad lo que me más destaca de la curiosa carta son las carnes. Nada de la cocina en Zapote es sencilla, les gusta jugar con los ingredientes y crear explosiones de sabor sin ser abrumadores.
Se nota que la calidad de sus productos es una parte muy importante para los dueños, todo se ve muy fresco y sí de la vista definitivamente nace el amor cuando ves el platillo acercarse a tu mesa, o a la del vecino. Además ellos hacen el pan de la casa y esta recién hechecito.
A todo esto se podrán imaginar que el lugar no es precisamente barato pero, vale la pena darse ese gustito en este lugar.

Buscando dónde comer, me detuve en una esquina esperando a que el cambiara de color el semáforo, un lugar nuevo, que de entrada llama la atención, decidí aventurarme y conocer Zapote
Un cuadro que se encuentra al fondo del restaurante impone al comensal, pero ¿quién es? Pues es la bisabuelita de la dueña de este concepto. Ahí vigila que todo en el Zapote marche como reloj.
Cartas originales, te incitan a abrirlas y ver que es lo que ofrecen. Enseguida llegaron los grisinnis de sémola y linaza. El agua del día, pepino con guanábana y de fresa con jengibre. Todos los días son sabores diferentes.
Solo los platillos esenciales, pollo, pescado, res, cerdo y pasta. Pizzas a muy bien precio, entradas, sopas y los postres.
Mi acompañante ordenó un Entrecôte con hortalizas y una guarnición extra que fue Puré de nabo con papa y aceite de trufa. Yo elegí una Spanakopita de espinaca, queso feta y piñón.
La carne en su punto, suave jugosa, muy recomendable. El puré, cocinado excelente, al probarlo, se distinguen a la perfección el nabo, la papa y el aceite de trufa.
La Spanakopita es parecida a una lasaña, solo que cada capa está hecha de pasta phylo, delgado la cantidad exacta de piñones que se mezclan con las espinacas, el toque final, el queso.
De postre recomiendo el pastel de zanahoria, que acompañado de una crema montada y unos brotes de zanahoria hacen buena combinación. El no es nada dulce, combínalo con la crema es lo que le dará el toque dulce. No podía faltar un rico café ristretto, con un olor inconfundible y el sabor de un buen café.
En Zapote se hornea pan, a diario hay diferentes sabores en el agua .
El cheque promedio por persona 300 a 350 pesos sin propina incluyendo un plato fuerte, una bebida ya sea refresco o agua. Se incrementa costo por persona si añadimos un postre y café.
@Zapote138