Puerta Uno Bar

Fue mi primera vez en un bar puertas adentro así que no lo puedo comparar con la competencia en ese sentido.
La ambientación me pareció realmente muy linda, los sillones, las lámparas, todo impecable. La luz era excesivamente tenue (tuvimos que usar la linterna del celular para leer la carta). Esto podría no molestar si vas a tomar algo (especialmente en una cita) pero para una cena de amigas nos resultó bastante incómodo.
La carta es bastante elaborada y todos los platos que probamos nos parecieron muy ricos aunque no eran lo suficientemente abundantes, en especial considerando el elevado precio de los mismos.
Los tragos, este es indudablemente el punto que me hará volver. Súper originales y sabrosos, uno más rico que el otro. Les recomiendo especialmente el Love Potion. Lo traen en la coctelera, te lo sirven y ahí le agregan unas gotas de bitter y perfume.

Parte de la moda de speakeasy que permea Buenos Aires en el último par de años (me dicen que fue uno de los primeros de hecho), le falta un poco para llegar a la primera línea.
La puerta, negra y sin ninguna indicación, está en medio de locales del barrio chino, bien camuflado en una zona más comercial que de salidas.
La decoración es donde más llama la atención. Luces muy bajas, mucho rojo (sillones, adornos), y con pinturas llamativas. Da la impresión que se esfuerza un poco demasiado en que lo tomen como un lugar de nivel, pero de todas formas destaca. La carta tiene muchas opciones, todo (o casi todo) supervisado por Fede Cuco de Verne. Los tragos son buenos, pero no están a la altura de la carta de Cuco allá, aunque son todos muy elaborados y muy bien presentados.
A nivel comida, es correcto, con varias opciones muy ricas de tapas (las papas rellenas son riquísimas, y la tabla de rabas, langostinos y papas es genial). La contra es que algunas son opciones de tapeo para varios y otras para uno y gracias, así que no rinde tanto para la billetera cuando el rango de precios es similar.
Los precios de los tragos no bajan de los $ 100 (casi me atrevería a decir que todos eran de $ 125 pero no estoy seguro así que prefiero no pifiar), así que pedir un par y comer algo puede ser un presupuesto (no aceptan tarjeta). También ofrecen vinos y champagnes, así que hay bebida para todos los gustos.
En cuanto a la atención nada que reprochar, los mozos siempre muy atentos, rápidos en venir a tomarnos los pedidos, correctos en preguntar si necesitábamos algo pero sin molestar.
En definitiva, un buen lugar para visitar de vez en cuando si la billetera acompaña.

Buenos tragos, originales. El lugar, raro con decoración muy cargada para un bar actual. Más ambiente de parejas melosas que para ir con amigos.

Fuimos despues de comer a tomar algo. La entrada tiene el aspecto de Speck Easy pero en vez de contraseña te miran el look.
El ambiente es una antigua casa PH (habitaciones y patio interior) remodelada. Tengo que admitir que la ambientacion esta bien pensada, hay zona de mesas bajas para las parejas y grupos grandes pero tambien una zona de bar con mesas altas para los mas after office. Tienen un patio interior donde se puede fumar.
La carta de cocktails es variada con opciones de $ 100 para arriba, dos jarras de ponche de $ 230 para compartir y precio por botella. Yo pedi un Holandes que consiste de un vaso con Rosso y un porron de Heineken. Si bien soy de los que toman pinta de IPA sea el bar que sea, esta nueva combinacion me gusto… lo primeros 5 minutos… luego extrañe mis queridas pintas y me tuve que contentar con lo que ya estaba tomando.
Dentro del grupo de amigos se pidieron una Jarra de Poncho — muy celebrada– un Pisco –celebrado a medias– y dos tragos mas que no gustaron.
Es una buena opcion si estas por el bajo belgrano, clave si estas en una cita por la zona y no sabes donde ir.

Hay que entender que Puerta Uno fue uno de los primeros speak easy bars de Buenos Aires.
Ahora la ciudad esta repleta de estos, pero ellos fueron de los primeros que se animaron.
El problema es que cuando llego la competencia, llegaron lugares mejores. Hoy hay bares de este esto que son muy superiores.
Le sigo teniendo cariño pero necesita tener más atención. Meterle un update.
La decoración quedo media demodé.
Si estas en la zona igual no hay mucho, así que es un muy buen refugio.
Lástima que jueguen demasiado con ser estrictos cuando en realidad el bar ya no explota como antes. Deberían flexibilizar mas eso.
Los tragos son buenos.
Hoy la carta esta curada íntegramente por Fede Cuco (Verne).
La comida necesita mejorar realmente.
Pero si vas a hacer cuentas precio-​beneficio esta bien.
Para mi lo mejor de la carta es la arepa, nunca falla!
En verano tiene un patio chico pero rendidor y eso suma.

La verdad, por tanto misterio y tanta cosa de puerta secreta no es la gran cosa. El ambiente está bueno para ir a tomar algo con alguien con quien estás arrancando a conocer. La carta es amable para relajarse pero la verdad que el precio está más armado para posicionarse como elite de belgrano que otra cosa. No venden nada del otro mundo.

RARO. Raro como te reciben (no son un speakeasy, che), rara la mezcla de público, rara la ambientación. No nos cerró, éramos 4 amigas, nos sentaron en una mesa bastante grande y al rato nos sentaron una pareja del otro lado. Como la música estaba alta tampoco es que compartíamos conversación pero fue un poco incómodo. Hay gente en plan boliche, y otros en plan tomar algo porque comimos en Hong Kong Style (como nos pasó a nosotras). Los tragos estaban muy bien, precio «elevado» para los tiempos que corren ($ 120 – 140) y por lo que vimos, la comida muy cara. Nos vino bien por la cercanía al restaurant elegido, pero la verdad es que no volvería, por ese precio me voy a Victoria Brown, o, mejor aun, a Verne y me tomo 2.

Lo mejor del lugar son los tragos, una muy buena carta y bien ejecutados. Probé el «love potion» y me gusto. Entre 100 y 120 los cocktails lo que es demasiado caro pero es el precio habitual de este tipo de lugares «cool». No me gusto la ambientación demasiado pretenciosa y noventera ni el ambiente. Fue una buena experiencia para probar una vez pero creo que no volvería.

Bar tipo Speakeasy cerca del barrio chino. Ricos tragos y rica comida, pero a precios bastante alto para lo que ofrecen. Es una buena opción para la gente que vive por la zona y no quiere irse hasta palermo o san telmo.

No es nada terrible pero no es ningún lugar para aspirar a ir.
La decoración es medio tremenda, muy men*m. Quiere ser un speakeasy canchero y termina siendo medio una parodia de eso. Todo además se ve bastante de cartón.
Fui un día de semana a hacer un after, y encontramos mesa enseguida, pero cuando nos fuimos explotaba y casi no se podía hablar del ruido que había. No vayan en pareja porque debe ser insoportable.
Solo aceptan efectivo.

Busca ser un speakeasy, la falta de carteles y la zona picante ayuda a agregarle encanto. Pero no logra serlo… Es medio wanna be.
La decoración es rara, copada pero rara. Tiene una pared de estrellitas tipo papel tapiz de una habitación de niños. Hay luz tenue y en el fondo hay un DJ pasando música copada.
La carta de tragos es copada, tiene algunas cosas interesantes.
En líneas generales me copó, quizás volvería de after porque trabajo a seis cuadras pero no seria mi primera elección un sábado a la noche.

Me gustó este bar, aunque de speakeasy no tiene ya nada.
Vamos por partes… el lugar en sí es muy bonito y super fancy. La decoración no tiene nada que envidiarle a los bares más top de Palermo. Hay mesas para compartir con otras personas, y buenos lugares en la barra.
Los precios, son por demás elevados. Me pareció MUY caro para lo que ofrece. Pongo como referencia: una cerveza de 350 marca Sol, $ 80.
Y eso es lo más barato. Así que si quieren ir a Puerta Uno, tengan eso en cuenta si son un grupo grande.
La música, es un chill bastante tradicional… no es un lugar para ir si tenés ganas de divertirte con pachanga, por decirlo así.
La ubicación está buena, está a una cuadra del barrio chino, lugar tranquilo.
No me voló la cabeza ni un poco. No creo que vuelva.

Tiene una impronta de bar secreto o escondido que adentro se pierde en detalles un tanto triviales que lo convierten en algo burdo. Los tragos están muy bien aunque caros por lo que es el lugar. Entiendo que quieren imponer elegancia, pero están lejos. Si hubiera menos pretensión quizás sería mejor.
Por lo tanto, si se quiere tomar algo rico por la zona, temprano (después se llena y se hace aún más tosco) y sin que importe mucho el lugar, va bien. Pero si se busca un lugar por la barra o el ambiente, hay muchos mejores.

Me encanta este lugar! Uno de los primeros con el concepto «speak easy» en la ciudad.
Como soy del barrio es genial para encontrarse con amigos a cualquier hora.
Los tragos son fantásticos! Tienen colaboraciones con grandes bartenders que crean tragos deliciosos.
Recomiendo en verano ir al patiecito del fondo. Esta medio escondido, no mucha gente lo conoce, pero vale la pena!

Fui a Puerta Uno, realmente una linda experiencia, la atención expectacular, tomamos 3 tragos (100 pesos cada uno) uno mas rico que el otro, no recuerdo los nombres exactos pero el que mas nos gustó fue uno picante que tenía Absolut, tabasco, maracuyá y no recuerdo que mas! pero era una locura de sabor, muy bueno todo y vimos una opción muy interesante en la carta: Jarras de tragos a 275 que tienen un litro y medio
y hay uno con picante, volveremos a probarla!

Nop, no lo quieras forzar amiguito.
Este bar quiere estar al nivel de los speakeasy’s de la ciudad con su falta de carteles puerta metálica sin decir nada y tragos de nivel.
Pero la verdad es que nada termina de cerrar. El local está decorado a nivel kitch menemista noventas que no funciona ni medio. En vez de ser clásico parece berreta. Tipo New Rich en el Titanic.
La barra es interesante, no sé. Tiene opciones invitada de los mejores bartenders de la ciudad (Tato, Cuco, Gallosi), pero no los terminan de realizar de la misma manera. Probé el trago de Cuco en Verne y la versión de puerta uno era bastante más floja.
A 100 pesos el trago promedio, no termina de rendir.
La comida? Básica. 110 pesos unos nachos con 2 salsas. Bastante pequeñà la porción. Nuevamente, carísimo y no se destaca.
Es como que todo está OK. Y da bronca que intenten hacerse los mega capos de la elegancia y la calidad cuándo hace agua por todos lados.
¿Volvería? No creo. Menos por esa zona. Hubiese estado bueno tener un bar de nivel ahí, pero no.

Hermoso lugar que pasa desapercibido por la zona. Si pasas caminando sólo es una puerta negra que no dice mucho. Tocas el timbre y cuando te abren la puerta, te sorprenden mucho.
Fui con amigas con la idea de tomar algo aunque el bar es ideal para parejas. Mucha luz tenue (guiño guiño).
Nos ubicamos en un pequeño (pero acogedor) patio con tres mesitas para cuatro personas cada una.
El sector del salón tenía un espacio con mesas altas y otro de sillones. Todo muy cómodo.
Pedimos unos Camparis que eran 2×1 y estaban muy bien. También pedimos unas papas rústicas, por recomendación de la moza, que claramente no falló. Venían acompañadas por queso cheddar y una salsa barbacoa casera que estaba para chuparse los dedos.
Tengo que descartar la atención que fue siempre excelente. Hasta podía ser excesivo que la moza se acerque a la mesa bastante seguido para preguntar si todo estaba bien o necesitábamos algo.

No iba hace bastante a Puerta Uno, y por estar en la zona, decidimos volver.
El lugar, su estética y decoración son impecables sin duda!
Pero fue una mala vuelta! No habíamos hecho reserva, serian las 11 pm de un sábado, y las dos mesas que quedaban no eran de lo mejor. Pero bueno había predisposición y ganas de tomar algo rico.
No paso mucho tiempo, que nos dimos cuenta que el aire acondicionado no funcionaba y nos empezamos a cocinar de a poco.
No obstante, la mala mesa y el calor. Después de ya haber pedido y estar tomando, se acerca la moza y nos dice con su mejor sonrisa. Ahhh me olvide de avisarles, que estamos sin tarjeta, hoy solo cash!
Era lo que necesitábamos escuchar, para terminar el trago e irnos.
Lo que aprendimos es: hacer reserva para asegurarte buena mesa. Lo del aire y tarjetas claramente algo eventual, pero bueno con antecedentes, asegúrate preguntar antes.
El Mai Tai que tome exquisito!

La puerta no dice nada, de hecho pasás y dudás que sea ahí, pero animate y entrá del otro lado te espera un bar con mucha onda y ricos tragos. En general está bastante lleno por ser uno de los pocos por la zona, así que andá temprano o dispuedto a esperar. Lo recomiendo para ir en una cita, de hecho suele estar bastante lleno de parejitas. Además tiene un sector con sillones que está bueno para ir en grupo. Tiene una carta amplia de tragos y en general son muy ricos. No es barato, para tener una idea un trago estandar sale $ 80. A tenerlo en cuenta si andas por el barrio chino.

Llegamos al lugar, puerta negra cerrada, que hacemos? a ver tuk tuk tuk shukkkkk se abre mirilla con un flaco de seguridad que dice esta lleno quieren entrar?, lo confieso pense que nos iba a pedir contraseña cono los películas…sisis esperamos, y vaya que esperamos…30 minutos… reserven!
Puerta uno esta muy bien bien, buenísima.música, barra con variedad, carta de vinos completa los vinos no bajan de 140 $, la persona que nos atendio a pesar de estar sarutado de gente, nos atendio muy bien.
La decoracion me gustó mucho, es ideal tanto para ir con novia como con amigos.
Tema precios… tragos 90 $, comida ni idea fuimos a tomar algo pero salian cosas que se las veian bien, creo que l a onda es ir a cenar tomar y arrancar a otro lugar.