Ambar

Fuimos por la terraza, nada especial, pero el servicio de terraza era muy lento. el humus estaba bien, pero no hay pan de pita.

Pour environ 9 euros nous avons pu consommer une biere, un verre de cava, un paquet de chips (60g) et des olives.
Le tout en terrasse, sous parasol’ bien appréciable.
Et service rapide et souriant!

This bar was around the corner from the apartment I rented and I fell in love immediately. This is the sort of bar where you can take a book, grab a sofa, and nurse a glass of wine to wind down for the night. There’s always open seating, the vibe is nice and chill, and the wifi doesn’t just work, it’s actually pretty fast. The music is loud, but not too loud, and tends more toward Erasure and quirky indie pop more than the same old Katy Perry and Lady Gaga techno mash up crap you usually find being played much too loud at lesser bars. It gets busy on the weekends, but when things got crowded on Saturday and my sofa was crashed by a group of off-​duty Barcelona firefighters who decided that I would be drinking with them, I can’t say that I was complaining about that. Ambar was my home away from home, and I honestly desperately wish there was a place like it near my apartment in Chicago.

Nada fuera de lo normal, pero parece ser el típico local en el que acabas, al salir por esta zona. Este bar sin pretensiones ocupa una esquina en plena Rambla del Raval, en donde se mezclan hipsters, bohemios de la vida, gente cool o personas corrientes como yo que simplemente de van a tomar una cerveza o un cóctel porque no han encontrado otro sitio mejor.
El ambiente está bien. Rollo joven y despreocupado, luz tenue, música de no sabría definir qué estilo (porque pasa muy desapercibida) y gente sentada y de pie en cada rincón. Los muebles, cada uno de su padre y de su madre, le dan cierto encanto. Eso sí, puedes sentarte en una señora butaca o que te toque un apoya pies que se ha convertido en una incómoda silla, así que sé rápido en coger sitio.

Was looking for a place in Poble Sec with WiFi where i could get out of the apartment and have a nice cup of coffee… this place satisfied both needs with a some good coffee and the fastest internet I’ve experienced in Barcelona so far.
The space is large, with plenty of seating: couches and several tables with chairs. It did get a bit drafty at times. The food is basic tapas, small sandwiches, and some pastry, but it leaves a bit to be desired.
Overall a nice spot to enjoy some coffee and connect to the web.

Sin ser nada del otro mundo, es el típico bar del Raval en el que siempre acabas. Te pasas el rato buscando el sitio ideal, nuevísimo o la terraza en la que como mínimo te puedas sentar, y en la esquina al final de la Rambla siempre está el Ambar y en él y sus sofás y sillas cochambrosas siempre hay un hueco.
El rollo decadente es un punto a favor. Acostumbrados a bares fashionistas y rincones rebuscados, se agradece esa desatención en el mobiliario que, al final, es el principal encanto. Los mojitos son correctos, aunque la atención podría ser mejor.
Es un buen check point para empezar la noche o acabar la tarde.

Casi enfrente a este Bar está un bar atendido por dos simpáticos tíos de Uruguay, con su onda rasta, toooooda la buena onda se despliega al momento de pedir una caña, un café o lo que venga en gana. Se llama La Paciencia. Pero enfrente ahí no más, está Ammmmmmmmmmmmmmbar. Mmmmmmmmmmmmmmmmm! por dios! El sábado pasado estaba con unos colegas Argentinos y paseando por la Rambla, nos picó el bichito «caña». Fuimos a La Paciencia pero estaba a tope. Full full, la terraza. Ojos de lince, o sea yo, visualiza una mesa en el «otro» barsucho. Allá fuimos, nos sentamos, los chicos querían ver la carta. Yo, sabía lo que quería. El camarero de lo más desganado nos atiende sin sonrisas porque se ve que en esa esquina son muuuuuuuuy caras. Una mala ostiaaaaaaaaaaaaaaa, dirían acá, qué mamita querida!!! Este chico con cero gramo de buena educación, cortesía y amabilidad nos toma el pedido. De repenteeeeeeeeee, me dije, nahhhhhhhhhh!!! yo acá no dejo mis euros. Frenamosssssss a todo motor el pedido, solo con señas. Primero, stop y luego la de «nos vamos». El tío malondeado hizo una cara más de desgano, y como yo no pude con mi genio, le dije, sos muy simpático, ironizando, claro está. El muy atrevido se anima a contestarme, tu también con cara de asco. Gente, que busca un buen sitio para pasar un buen rato, nooooooooo al Ammmmmmbar. Hay gente más amable en el mundo para darle qué hacer a gente mal educada y sin un mínimo sentido del servicio. Para mí este bar se debería llamar La impaciencia. Que no se te ocurra sentarte, eh. No vale la pena que el trago sea amargo cuando los minutos en la vida casi casi los tenemos contados. A disfrutar de ooootros miles de bares que hay en toda esta hermosa Barcelona. Voilà!

Típico bar rollo Barna 100%. Bohemio pero moderno, desigual, medio guiri medio no, de los chachis. Cuando voy con alguien que no es de Barna y salimos a tomar algo, este es un buen recurso porque tiene todo lo típico: lámparas todas diferentes, marcos viejos sin nada o con espejo, sofás de segunda o tercera mano a cual mas retro, sillas y mesas no hay dos iguales, cokteles más que decentes, camareros simpáticos, musiquita alternativa de fondo… vamos, una combinación muy acertada que suele gustar a todo el mundo. A mi personalmente me gusta mucho como está decorado, de verdad que me encanta. El punto que no mola tanto es que es muy fácil de encontrar, a bajo del todo de la Rambla del Raval, y a veces me noto demasiado entre guiris. Pero será por opciones en esta zona… buff!

Buen bar, rutinario y sin sorpresas, pero bueno al fin y al cabo. Está en la Rambla del Raval, rodeado de un mestizaje poderoso lo que le convierte casi en un oasis de sofisticación en medio de tanto rollo cosmopolita. Un espacio de modernidad para tomarte unas cañas o un café con los colegas. El sitio tiene ante todo encanto por donde está situado, pero no sólo por eso, en general se está muy a gusto (tiene sofacitos y todo al lado de las ventanas) y la música, así modernilla y molona, le da mucho punto.
Quizás del Ámbar no haya mucho que destacar, pero dudo que eso sea malo.

Pues es un bar más, el típico y clásico del Raval con aires modernos y música de la que pasa desapercibida, porque a mis pobres oídos todo el Pop-​Rock Indie suena exactamente igual: aburrido.
Pero como estoy acostumbrado a que en ningún sitio me den el gusto de pinchar mi música favorita prefiero concentrarme en las cosas buenas de este lugar, que no son pocas:
Hacen unos mojitos cojonudos. Hay sillones y sofás en los que puedes espatarrarte mientras te derramas media cerveza en el pecho intentando beber tumbado. La decoración es chula aunque demasiado bohemia para un noble muchachote que gusta de vestir con pantalones de chándal y mocasines de charol negros conjuntados con calcetines blancos. Está frecuentado por un público de entre 25 y 30 años mitad guiri mitad autóctono, la inmensa mayoría de ellos muy modernetes. This is Raval