I came for breakfast and it was really poor. Expensive. Eggs were cold and absolutly basic, orange juice was not fresh, coffee was Nespresso but milk was cold, bacon was really under cooked.
Serge T.
Évaluation du lieu : 3 Geneva, Suisse
Cela restera toujours compliqué de passer un 31 décembre dans une ville sans tomber dans un piège lorsque l’on né fête pas ce moment chez soi. Je dois avouer que j’ai passé un sacré moment pour trouver un endroit pour cette soirée car soit c’était un bar à tapas quelconque et la rue… Soit des soirées à des prix vertigineux pour un repas gastronomique. De plus, l’ambiance de certains de ces derniers endroits n’étant que finalement peu adapté à ce type de soirée. C’est donc finalement que nous nous décidés d’aller au «Avalon«de Ramon Freixa. Freixa est un chef madrilèné doublement étoilé qui comme beaucoup d’autres chefs espagnols multiplient leur établissements ci et là. Certes«Avalon«n’a pas de macarons mais nous avions une certaine certitude qu’il y aurait un certain niveau de qualité dans la prestation offerte. Un menu très raisonnable à 65 euros avec un accès au bar(«City Bar«) avec une boisson offerte. On dira presqu’une aubaine… «Avalon«se trouve dans l’hôtel«Grand Hotel Central qui est un hôtel plutôt luxueux sur la Via Laietana. On peut passé par la réception et descendre quelques marches ou y accéder par l’entrée de la rue perpendiculaire. Un décor chic et moderne avec un mélange de bois et de pierre. Comme il s’agit d’une soirée spéciale, probablement qu’un effort supplémentaire a été fait pour la décoration. Il faut dire que le menu et les vins sont imposés donc ce billet n’est que le reflet d’une soirée et non pas un avis réel sur les prouesses culinaires. Nous savons tous que ce soir-là, il risqué d’y avoir des imperfections. En tout cas le service fut excellent de bout en bout avec une parfaite synchronisation et une générosité en ce qui concerne les vins. Nous démarrerons d’ailleurs avec un cocktail de Noël à base de Cava et de martini blanc. Un menu plutôt simple et sans trop de créativité mais comme précédemment dit, c’est une soirée spéciale. Seront apportés une série de tapas espagnols tout à fait classique comme le pain à la tomate mais ici recouvert également d’artichaut. Les croquettes crémeuses au jambon et les beignets de morue seront tout à fait corrects. Le dos de thon rouge avec quelques œufs de poisson sur le dessus tout à fait plaisant. La salade de fin d’année est une salade russe insérée entre deux fines tranches de pain frites. Une série d’entrées sans histoire et bien préparée. Pour suivre un filet de dorade grillé avec une sauce de supions et fèves. Une bonne idée mais le poisson est malheureusement surcuit donc sec. Ingénieux plat principal, le burger de canard avec pommes de terres«deluxe«. La chaire de la volaille est reconstituée en un burger et servi avec une surprenante et délicieuse glacé presque un peu sucrée à la moutarde. Quelques pommes de terre en tronçons accompagnent le plat. Comme dessert, Chocolat 2015 qui est un biscuit dans lequel est inséré une ganache au chocolat et à côté une glacé au chocolat. Un dessert tout à fait correct. Touron et autres sucreries pour finir ce repas qui s’est avéré être presque surprenant tenant compte du type de soirée. Une table dans un lieu moderne qui peut être visitée a une autre période de l’année pour se faire une réelle idée de la cuisine qui sans aucun doute devrait être plus intéressante en d’autres circonstances.
Jorge B.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
El pasado viernes 24 de enero de 2.014 mi querida mujer, mi gran amigo y hermano Román junto con su novia decidimos quedar para cenar de manera improvisada. Haciendo gala de su generosidad me dejaron encargarme de la elección del restaurante gesto que agradecí con creces. Mi elección fue el restaurante Ávalon, del afamado chef Ramón Freixa, poseedor de dos merecidas estrellas Michelin. Con mesa reservada a las nueve y después de abrir el apetito con unas cervezas en un bar que no merece mención, nos presentamos en Ávalon con puntualidad británica. El Ávalon está excelentemente bien situado y es la versión económica de Ramón Freixa, que al igual que otros chefs de prestigio están ampliando sus negocios con propuestas más asequibles y para todos los públicos, huelga decir que manteniendo la calidad y el sello característico que les hizo grandes. Restaurante de perfectas dimensiones, al entrar se bajan unas escaleras donde se es recibido por su simpático servicio. Disponen de armario donde te guardan la chaqueta, lo cual siempre se agradece. Todo muy moderno, minimalista, sencillo, pero al mismo tiempo acogedor y elegante, luz baja y relajada, rozando no obstante la delgada línea que separa lo romántico y acogedor con la cueva y la penumbra. Todos los detalles muy cuidados dentro de la mencionada sencillez. La carta al igual que la decoración es muy básica y sencilla. Desde hamburguesas, pasando por pescado de lonja, macarrones o canelones, hasta croquetas y cocas. Una vez relajados en la estupenda mesa redonda, una maravilla debo añadir, observamos la carta acompañados por un cocktel de bienvenida gentileza del restaurante, un notable cocktel con el Martini como licor predominante. Finalmente nos decantamos por lo siguiente: De primero compartimos, unas sólo buenas croquetas de jamón, melosas, pero algo faltas de intensidad, a pesar de ser una decepción la misma no se volvió a repetir, continuamos con unas cocas crujientes con tomates aliñados de jamón ibérico y longaniza del pueblo, impresionantes, el jamón era fabuloso, al igual que la longaniza, de gran calidad, crujientes y sutiles y el toque de aliño en los tomates sobresalientes; una grata sorpresa las cocas; continuamos con una pizzeta de margarita con cebollitas a la brasa y hierbas frescas, deliciosa, no era exactamente una pizza al uso, era distinto, ni mejor ni peor, una creación fabulosa, de diez. Para acabar los cuatro nos decantamos por las hamburguesas. Un servidor eligió la hamburguesa de Magadascar con un toque de pimienta y mostaza, impresionante la carne, perfecta la cocción, melosa y jugosa, una delicia, viene acompañada por unas notables patatas fritas y por unos pequeños cuencos con varias mostazas, mayonesa y keptuchp. La nota de sobresalientes fue unánime en la mesa y la cara de felicidad de los cuatro reflejaba al exterior la alegría de nuestros estómagos que también le ponían un sobresaliente. De postre una pastel de queso más que correcto y cuatro cafés. Lo bañamos todos con dos botellas de vino tino Synera 2.011. Un vino correcto. De color cereza. Nariz con considerable fruta. En boca se consigue una buena integración con la madera. Precio: 120 los cuatro. Buen restaurante para comer de manera informal en un entorno muy agradable y elegante. Servicio joven, atento y simpático. Eso sí, poco preparado, con algunos fallos fruto de la juventud, si bien, la informalidad de la carta y el enfoque joven que se pretende dar al Ávalon, hace que este hecho pase inadvertido y si a eso le añadimos que es camuflado por la simpatía de todos los camareros no habría que darle más importancia. Carta corta y quizá algo inconexa entre los platos, eso sí, la calidad del producto es la nota dominante. Carta de vinos muy corta y las copas de vino algo vulgares. Dispone de bar cocketeria con dj en vivo. Restaurante muy recomendable. Para poner el broche de oro a la velada fuimos hacer unos gin-tonic al bar L´Ascenor, situado en la calle Bellafila número 3, muy cerca del Ávalon. Disfrutamos de cuatro Bulldogs excelentemente bien servidas, como siempre hacen. Señores y señoras, dentro de su categoría el Ávalon es un sitio muy recomendable. Vayan y disfruten
Cristina M.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Una propuesta cerca de la Catedral. El interior, auspiciado por dos arcadas de piedra, te dejan la sensación que todavía estás entre arquitectura histórica. Tiene unos grandes ventanales por donde entra mucha luz y la decoración es del equipo del Hotel Omm. Pero la que tiene de especial este restaurante es que su cocinero es Ramon Freixa y obtuvo una estrella Michelín cuando estaba en Racó d’en Freixa. Aquí nos deleita con platos de cocina catalana tradicional. Los guisos y arroces que prepara son muy buenos, y de postre no te pierdas el fondant de chocolate. Ahora, el menú no es muy económico: 22’50 €, y la carta unos 35 €. Está abierto todos los días y también se puede desayunar la bollería casera que elaboran.