Bacaro

El sitio tiene mucho encanto, es bonito, con ambiente. La carta tenía buenísima pinta. Yo tomé espaguettis con marisco, estaban deliciosos. También tomé un tiramisú increíble. Lo único malo es que me pareció bastante caro. Unos espaguettis, una botella de agua con gas y un tiramisú me costó 30 €. El tiramisú costaba 7 €, era enorme, quizás preferiría que tuviera unt amaño más razonable y que fuese más barato.

Tras haber leído grandes críticas, debió ser mala suerte que nos pasase a nosotros, pero el trato que recibimos fue pésimo.
10 minutos sólo para que nos trajesen la carta
10 minutos más para que viniesen a tomarnos nota
30 minutos esperando dos platos de pasta de 7 minutos cada uno. Cada 5 minutos preguntábamos cuánto faltaba, y la respuesta siempre era «tranquilos, en 2 minutos viene, que hemos tenido muchos pedidos de golpe».
No llegamos a comer nada, ya que tras 50 minutos en el restaurante aún no nos habían sacado nuestros platos (solamente 2 platos de pasta). Además de haber esperado 50 minutos, lo peor fue que uno de los platos que pedimos nos recomendaron cambiarlo por otro, ya que el nuestro tardaría 15 minutos y el otro sólo 7. Molesta un poco tener que cambiar lo que has pedido y te apetece, y más aún si la excusa es el tiempo de cocción y se acaben contradiciendo ellos mismos.
Al final decidimos irnos, y la explicación que nos dieron por haber tardado más de 50 minutos en traernos la comida fue algo confusa:
«Es que los platos los hacemos directamente, y se crea una cola… y estáis en esa cola… y es por eso que se han ido retrasando…».
Todo resultó ser que no se había hecho registrado nuestro pedido, lo que significa que en las 4 – 5 veces que preguntamos qué pasaba nadie se dignó a revisar si había habido algún fallo con algo.
Además de no haber llegado a probar la comida (el pan y las aceitunas, eso sí, realmente buenos, sin ningún sarcasmo) nos fijamos en que cobran 1 € por los cubiertos, algo que es en teoría ilegal y que dudo que necesiten, cobrando entre 14 y 18 € por un plato de pasta.

Terrific authentic Italian restaurant. The owner is from Venice and the chefs are from Italy as well. The food is impeccable and beautifully presented. The atmosphere is relaxing and fresh. Fernando, our server, was friendly, helpful and knowledgeable about everything the restaurant had to offer. The menu changes constantly and every dish is a must-​have so nothing will disappoint. Highly recommended.

Wow. Excellent food prepared artistically. Warm and welcoming staff. Organic and local ingredients. Great wine list. Not your typical Italian restaurant — more like farm-​to-​table cooking in a small unpretentious space. If you have a chance, eat there!

This place is AMAZING! My girlfriend and I were in San Sebastián a few days before Barcelona and someone told us we had to come here. The menu is created every night based on what’s available, so everything is super fresh. We couldn’t understand everything available, so the waiter went over each item to help us order. Their customer service is the best I’ve had in Barcelona. I got the Suprema white fish and my girlfriend got the Ragu. Both plates were cleaned. For dessert, we had the pistachio cake with pistachio ice cream. It was so good we got a piece to go so we could have it for breakfast.

Comida italiana de calidad. La pasta la hacen ellos mismos cada día. Uno de los mejores restaurantes no desiñado para los turistas que frecuenta la zona del Mercat de la Boqueria. Recomendable y con personal muy agradable!

El universo quiso que llegáramos a este lugar y disfrutáramos de un almuerzo tan maravilloso.
Para los intolerantes a la lactosa como yo, que además somos amantes de la comida italiana, es muy complicado encontrar un restaurant que cuente con una propuesta amplia de platos no fundamentados en el queso o la nata.
Su dueño, Mauri, no escatimó en atenciones, y se esmeró en que nuestra visita fuera todo una experiencia. Nos recibió con una copita de Prosecco, que según su razonamiento, es ideal para abrir el apetito. «Mi padre siempre lo hacía», nos dijo. Después nos ofreció un vino blanco de su tierra que nos encantó, y se aseguró de que tuviéramos todo el placer de la comida realmente veneciana asesorándonos con cada plato de la carta.
De entrante nos sirvió una burrata, que según mis acompañantes estaba del más allá. Yo tomé las sardinas marinadas, un plato típico de Venecia que hizo que mi repulsión hacia los pescados de sabor intenso desapareciera. También nos ofreció una cigala a la plancha servida en una cama de verduras, un plato que no nos esperábamos pero que nos enganchó tanto al personaje como a su cocina.
Mi segundo plato fue un risotto negro con sepia. Para hablar de este plato tengo que remontarme a mi infancia, cuando comía cazuela de mariscos o «fosforera» (una sopa densa hecha con pescado y mariscos) en los chiringuitos a orilla de playa en Venezuela. El divino sabor a marisco de ese arroz en perfecto punto de cocción, y los trozos de sepia que aparecen por sorpresa en cada bocado me transportaron directo a los ricos sabores que me hicieron quien soy hoy. Juro que me acuerdo de ese sabor y me entra hambre de nuevo.
Uno de mis acompañantes tomó las Chitarrine, pasta fresca hecha en el sitio que se sirve con un salteado de frutos del mar. El sabor era impresionante, y también la cantidad.
De postre tomé un generoso chupito de Disaronno dada mi condición de lacto intolerante, y mis camaradas, una tartaleta de crema con arándanos y frambuesas que me dio una envidia tremenda. ¡Y envidia de las malas!
Al final la cuenta fue un pico, pero realmente valió cada céntimo después de lo bien que comimos y lo genial que lo pasamos.
Volveré una y otra vez.

Bacaro es, sin duda todo un descubrimiento!
Fuimos unos cuantos amigos, y quedamos boquiabiertos por no haber oído hablar nunca de este restaurante… «pero como puede ser?!»
Así que por eso me siento obligadísima a escribir sobre este local en particular.
Es un sitio agradable, bastante cercano. Con una segunda planta que se asoma por un balconcito que da a la planta principal.
El trato del personal es inmejorable, con decirte que teníamos una adicta a la nicotina a punto de estallar y el camarero super amable, nos escuchó y salió a comprarle tabaco a la señorita!!!
Todos los platos estaban muy muy buenos, no sabría con cual quedarme de todos los que probé… Nos dejamos guiar por el camarero que acertó en todo lo que nos ofreció, así que podéis fiaros 100×100! Detalle que se agradece si vas por primera vez ;)

Un gran descubrimiento. Este local se encuentra en uno de los callejones que rodean la Boquería y nos encantó tanto a mi como a mis 5 acompañantes, pues el servicio fue muy bueno y cercano, la comida estuvo de rechupete, y la atmósfera nos encantó. Queda totalmente fuera del circuito para turistas aún estando en pleno barrio del Raval, y eso que estaba hasta los topes (recomiendo llamar para reservar).
Me llamó la atención que nos sirvieran unas aceitunas de cortesía con hielo, cosa que a parte de sorprenderme me gustó, pues siempre me ha gustado comer las olivas bien fresquitas (yo me las pongo en la nevera). Los spaguettis con sepia y tinta negra también estaban riquísimos, así como un risotto expresso con rape y espárragos que estaba suave y meloso (el plato es enorme, aviso). También pedimos carne (muy cruda para mi gusto), sardinas en saor (muy ricas), y alguna cosa más que ahora no recuerdo, todo para compartir. Nos quedamos llenísimos, y con 3 ó 4 botellas de vino que pedimos la cuenta subió a unos 30 euros, un precio más que correcto por la calidad-​cantidad-​servicio del lugar.

Bacaro, el mejor restaurante veneciano de barcelona, MAURI y sus compañeros, siempre os sorprenderan, sobretodo dejaros aconsejar por ellos, imprescindibles las sardinas en escabeche

Actualmente, uno de los sitios más recomendables de la ciudad. Un italiano ¡vero, veríssimo!
Un bonito local del raval, decorado con buen gusto y sin pasarse. Cerca del Mercat de la Boqueria, por lo que, si algún plato se termina, no te preocupes, salen en busca de ello. Brutal.
No hay un plato en especial a recomendar, todos son exquisitos. Y las cantidades abundantes. Además en un ambiente relajado y amigable. No te quedes sin un viaje al baño.
Si te lo pierdes, estás loco. Encuentra tu fecha señalada y vete.
!Enhorabuena chicos! Os estábamos esperando.
P.D: Artistas: exposiciones mensuales itinerantes.