Café Vreneli

Un café con encanto. Lo que más llama la atención es la cantidad de pastas y galletas artesanales que tienen en el mostrador, con infinidad de formas, sabores y colores. Me pedí un par de «rogolas» de chocolate, que tienen una forma parecida al croissant de toda la vida pero más pequeño y con otra textura y sabor diferentes ¡estaban buenísimas! está en la plaza de Rius i Taulet del Barrio de Gracia, muy frecuentada por gente joven de Barcelona. Tengo ganas de volver para probar alguna otra cosa ¡y eso que yo no soy de dulce!

in short: a bright and cheerful coffee and tea shop in the Gracia neighborhood.
If you’re looking for a mug-​sized American style brewed coffee, you can find it here! But that’s not all you’ll find… Upon entering, you are greeted with an extensive display tempting treats — in the form of cookies, cakes and other pastries. There is a moderate sized seating area in the back, and a server will come to your table and take your drink order.
The tea menu is pretty extensive. and I kinda wished i’d had the Kashmir chai tea instead of the coffee — but how can I pass up an american coffee?
We also tried a chocolate chip cookie (not a fan), and a brownie (it was dry and cake-​y). Ok, so they don’t do american-​style baked goods all that well.
Free wifi
Friendly table service
cheerful setting with a fat magazine rack, and a tiny bookshelf.
When we got there at about 6pm, it wasn’t too full, but by the time we left around 7, the place was packed… especially with families with babies… there were 4 strollers inside!
I’m sure i’d come back again — but maybe i’ll just stick with spanish desserts… and i’ll probably get that chai, too.

En un mundo, el de los bares y cafés, dominado por la urgencia del tapeo y el cervecismo, se agradece este pequeño rincón donde reinan los pasteles, las magdalenas, las cookies, el café para dos… En el cogollo social de Gracia, barrio articulado en plazas. Respiro para el solícito de espacio vital. Una mesa, un te y una sonrisa. El primer paso hacia la sobriedad de Hemingway.

Entré por casualidad, y me enamoró desde que entré por la puerta. Las galletas caseras que te sonríen en la entrada, las cookies de sabores y colores que te endulzan la mañana, el País y poder conectarse a su Wifi gratis me hizo rendirme a los pies de esta pequeña y acogedora cafetería de Gracia. Muebles restaurados y detalles elegidos con sumo gusto hacen que te sientas en casa mientras te tomas tu cafetito matutino.
Pero hay más, la lista de bocadillos fríos y calientes es gigante y tienen miel para endulzar o leche de soja para los poco amantes a la leche como yo. Todo amenizado por una dependienta encantadora. Uno de mis lugares fijos a partir de ahora en Gracia.

En el escaparte enseñaban un pastel que parecía haberlo hecho mi abuela. Esos pasteles que sólo miras cuando tienes unas compulsivas ganas de darte un gusto que nadie más te lo puede satisfacer, lo digo en términos de comer, no os penséis otra cosa cochinones. De pronto al verlo cerca de mi frente a mis ojos, mi mente me llevó al pasado; me vi de pequeño con mi hermano jugando, como cuando éramos niños y mi yaya nos metía bronca por romper sus plantas (en mi caso, siempre he sido un poco macarra) y luego nos daba esos ricos pastelitos que sólo ella sabía hacer. ¿Por qué se mueren las yayas? Más allá de la nostalgia, todo esto es para decir que en este café no sé si los pasteles, o sus brownies son tan buenos como los de mi yaya; pero no están mal.