Calders

Probably the Best Bar in Barcelona for «cool» people. Offers a lot of catalan delicious food. Tipical in the neighborhood. Good food and excellent service. I love it so much! Try hummus, pizzeta, the salads, the salmon & avocato tartar or the mexican exile food.
Lots of beers (the weis beer is excellent) and catalan wine!
A «must».

Perfecto para hacer el vermut, tienen un vermut blanco de Reus muy bueno, situado en la calle Parlament, con mucho ambiente, sugiero pedir las tapas sencillas la última vez pedí las enchiladas y huevos rancheros, y creo que no es su fuerte.

TOTAL RIP OFF! € 50 We waited 1 hour for a small plate of mediocre «Jabugo» ham. Spanish ham should be cut thing by hand (it is also ok with machine if is a leg without bone) but this was so thin that you could see your fingers through it when holding it. Very small plate, 5 pieces of «Pa de vidre» (thin bread with scrubbed tomato) and small plate off thin cheese (it was «sweeting») and 3 «medianas» for drink.

A ver, haz el bien y nos mires con quien. Pues eso es lo que vamos a hacer aquí. Este local está siempre petado, de fauna bastante diversa, aunque las barbas pobladas suelen ser un must. Pero, no solo de modas vive el hombre, y el Calders ofrece una oferta que cumple con las 3 b’s del hombre moderno. Bueno, bonito, barato. Porque un vermut a 1,40 en estos tiempos es una razón en si mismo. Y las chips, estan muy buenas. Y tienen un gin tonic, llamado del diputado, por menos de 4 euros. Y una terraza por la que hay que esperar un buen rato. Y aunque a mi la decoración no me mate (aunque si que reconozco que los dibujos estan super currados), el interior del local es cuco y acogedor. Los camareros suelen ser rápidos y eficientes, aunque es cierto que algún finde semana van un poco marcha atrás. Un buen sitio para hacer el vermut el fin de semana.

Uno de mis sitios favoritos de Barcelona. La comida deliciosa y las copas buenisimas.

Buen bar, cadi siempre lleno pero con terrassa impresionante. Buena carta de gin tonics. Tapas ni muy baratas pero de calidad. Recomendable! Mejor para mesas pequenas

Caution: This place is Hit or Miss.
I’ve had great food, and a great time 2 of my visits, but my last visit was rather mediocre.
The setting is great, the prices are fine for the quality and the type of presentation…
It can get very crowded with a long wait — and this is where the problems come into play. The service can be very dismissive, even flippant to those waiting. People who just arrive can snag a table before those who have been waiting patiently — and the servers won’t blink an eye. pues, that’s the way it goes here sometimes.
The last time we came — I ordered «ous picasso» and my friend ordered a quesadilla. my eggs came out within a decent time… but I was waiting for the quesadilla to come for my friend. waited about 7 minutes before I started picking at my food, because it was getting cold and I was hungry. I finished the small serving of food after 30 minutes, and as they were taking my plate away, we asked for the check and cancelled the quesadilla. They finally brought it out saying it «takes time to prepare». A quesadilla takes 40 minutes to fire from the time it was ordered? At least come up with a believable excuse!
It’s a shame, I like the place… but if you have to go in there wondering what kind of night you’re gonna have — it’s not worth it. Especially since there are so many great new places in this part of town. This could be a 4.5 star place, but they are inconsistent and after the last visit, I’d have given them a 2.

No quiero generalizar pero no me gusta nada la frivolidad con la que me han tratado en um par de ocasiones el personal sin justificación alguna. Personalmente no me apetece repetir.
La verdad me ha decepcionado, tenia muy buen concetpto de este lugar y está al lado de casa.

Having been recommended this place by a local, I had expectations of a good meal, but was extremely disappointed by the food and lack of value for money. It seemed like most people around us were drinking not eating, and I guess we should have done the same. The worst example of what we ordered were the chicken nuggets special — 4 dry, small pieces of chicken for Eur 6.9. McDonald’s would have been tastier and cheaper. You might say it was our fault for ordering chicken nuggets, but the waiter had effusively recommended them to us. Unequivocally the worst meal we had during our four days in Barcelona.

Bodega Calders es un lugar para disfrutar –principalmente– y con el buen tiempo.
Considero que posiblemente tenga la mejor terraza (por el «centro de Barcelona) para disfrutar del aire fresco. Además la comida es buena y los precios económicos.
¿inconvenientes? está muy de moda y o acudes a horas intempestivas (véase 12h30 para comer o 19h30 para cenar) o tendrás que esperar –y mucho– para poder sentarte…
Afortunamente tiene Bodega Vinitus al lado para ir haciendo tiempo.
Recomiendo: llegar, pedir mesa, e ir a Bodega Vinitus a tomar unas cañas mientras esperas (ojo, esperarás entre 60 y 90 minutos)

La verdad!!!
Muy bonito, pero el servicio…
… Creo que antes han trabajado en una chatarrería, su profesionalidad y calor humano brillan por su ausencia como su sonrisa.
A parte, no se cómo un bar que ha ganado el premio time out se permiten traerte las botellas abiertas a la mesa.
Es de chiringuito de playa

Este lugar siempre es un MUST cuando vienen amigos fuera de Barcelona, tienen una carta de cervezas muy extensa tanto importadas como locales lo que está genial! La comida está muy buena (fusión latinoamericana con cosas típicas españolas y catalanas) y otra cosa muy, muy buena el vermut de la casa cuesta 1.40 €!!
La atención es fenomenal, una vez fui y la cocina estaba cerrada pero tenía un hambre que me iba a MORIR, literalmente autodesintegrar del hambre ahí mismo, y la camarera –súper, súper maja– me preparó a mí y a mi amiga una cena ‘improvisada’ que consistía en una pequeña tabla de queso curado con fuet, galletas y olivas. Genial!

Ottimo bar di tapas x gente del barrio, ambiente easy e rilassato. Terrazza all aperto. Hay latas y tapas más originales en versión española o mejicana. Una de las mejores opciones en esta zona.

Aunque haya que esperar un buen rato para poder disfrutar de una mesa en la terraza, todo se te olvida cuando empiezan a desfilar las deliciosas tapas, y más aún cuando la cuenta no te deja sin aliento.

I absolutely love Calders! The food is fantastic, the gin and tonics top-​notch, and the atmosphere nothing short of enchanting! This is the sort of place that I would one day love to live above: Classy, comfortable, friendly!
Calders has an amazing Catalan menu, plus some fabulous drinks! I recommend ordering a vermouth and join some friends on the ample patio on a late Sunday morning. Few things get that close to perfection in life!

La terraza es buenisima y el clima es muy joven, gente en frente al bar bebiendo y hablando. La comida está muy buena y el vermut es barato.
Más en

Me gustó mucho. cerca de Ronda Sant Antoni, i Parallel. En un bar en una esquina con entrada a un callejón sin salida, donde poner disfrutar de unas cervezan en una tarraza realmente agradable. También sirven comida, nosotros picamos unas patatas con queso y guacamole deliciosas.

Mientras el centro de Barcelona se empieza a llenar de locales de apariencia uniforme y que ya desde fuera provocan una sosa sensación de déjà vu, los barrios aledaños parecen rebelarse contra el gris de las grandes cadenas y las franquicias. Es el caso del barri de Sant Antoni, que al amparo de la remodelación de su famoso Mercat — y que tiene pinta de ser más larga que las obras del Escorial, visto lo visto– también empieza a cambiar el aspecto dejado y deslucido que ha tenido en los últimos años. En él empiezan a resurgir locales que aúnan a la vez el encanto de los sitios pequeños de barrio que te permiten conocer todas las caras que ves y que huelen a rutina y a hogar, con la novedad y la sensación de vivir algo nuevo y diferente.
Es el caso del bar Calders, sito en la calle Parlament y dedicado al poeta catalán. El gran Pere tiene mucha presencia en el sitio, no solo en la forma de cantidad de libros con su nombre y su obra que pululan por el interior, sino en esencia, por la preciosa sensación de lugar casero y asequible que se siente en cuanto te sientas en la terraza de este bar. Hules de cuadros, geranios colgantes, parasoles ochenteros y una alegre pizarra con la carta crean un curioso mix entre patio andaluz y terraza catalana que solo te provoca ganas de quedarte. En verano es un vicio.
La carta es variada, clásica pero con un puntillo innovador (ojo a las bravas, ¡no las verás igual en otro sitio!). Combina el taperío español con entrantes clásicos (como el hummus casero) y aperitivos mejicanos (los nachos están de muerte).
Es un sitio ideal para desayunar un sábado o tomar el vermut el domingo (dicen que el mejor de Barcelona). Un plan perfecto sería dar una vuelta por el Mercat y sus rarezas domingueras y acabar en el Calders y brindar por un domingo perfecto.

Es una bar muy chulo, muy chulo que se integra genial en el barrio de Sant Antoni y que intuyo va a liderar la renovación de los comercios y bares de la zona. Es un local con una decoración muy acogedora, rústica pero con un toque moderno, su cartel tiene una bonitísma tipografía y en su interior se puede vermutear o tapear por unos precios razonables. El lugar me encantó desde que un dia, callejeando por la zona, pasé por delante. Justo a mediodía, hacia sol, calor y entre a tomar una caña. Me quedé un rato conversando con el camarero sobre el barrio y la influencia positiva que está teniendo sobre él el retorno del Parallel como foco de ocio y cultura de la ciudad. Si váis, ¡os gustará!

Pere Calders fue un cuentista catalán, autor primordial para la literatura catalana del siglo XX. Como respetable figura de la cultura de dicha región, en la ciudad condal, y como no podía ser menos, recibe su nombre un pequeño y estrecho «cul de sac».
En una de las esquinas de la anteriormente mencionada calle, encontramos el recién inaugurado Bar Calders, un antiguo rincón de encuentro para el pueblo gitano del barrio. Ahora reconvertido en un lugar acogedor donde tomarse un buen vermut casero.
El padre pinta los cuadros, el hijo nos cuenta que de momento experimentan para poco a poco irse definiendo.
Cada día es el comienzo de una nueva historia. Ésta, seguro, con final feliz.