An exquisite restaurant that we were brought to on FoodLover tour — the ambience was intimate and casual — seems only local come here The chef is a former architect and his dishes show the precision of his former trade. My absolute favorite dish was the octopus over creamy mashed potatoes. The perfect texture /cook on octupus — amazing mashed potatoes to finish off. Please eat here!
Claudia H.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
He ido unas 3 veces y siempre ha sido para el menú entre semana de mediodia. El local es muy lindo y muy pequeño, por suerte se puede hacer reserva ya que siempre lo he encontrado lleno. El menú consta de 3 tapas de entrantes, un plato, principal, bebida, postre, pan y café. Los entrantes siempre están buenísimos y si alguno no me ha llamado la atención sin problemas me lo han cambiado por otra cosa. De plato principal normalmente tienen uno de pescado y uno de carne. Siempre he pedido el pescado y hoy por ejemplo, era bacalao que estaba muy meloso y muy suave. De postre, también hay normalmente 2 opciones, una como un pecado de calorías y otra más light. Escogí la piña que la sirvieron como carpaccio con miel y frutos secos. El servicio, muy amable y muy rápido, algo que se agradece mucho entre semana que hay que volver al trabajo. Creo que es un lugar ideal para comer entre semana, con menú de buena calidad, y en un tiempo razonable.
Jorge B.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
El pasado martes llamé a mi buen amigo don Emilio para ver si quería ir a cenar el jueves día 5 de esa misma semana. Le propuse que la velada sería en un restaurante donde al parecer hacían unos excelentes macarrones. No tardó ni un segundo en darme una respuesta afirmativa. Sabido es por todos que Dios abandonó, hace ya mucho tiempo, a su suerte a los humanos, pero no es menos cierto que de vez en cuando se acuerda de nosotros y nos hace alguna concesión positiva. Desde hace algún tiempo los macarrones han salido del ostracismo, al que fueron condenados por la infinita estupidez humana, y poco a poco empiezan a embellecer las cartas de los restaurantes. Uno de esos locales que han apostado, entre otras cosas, por los macarrones ha sido el Can Boneta. Con reserva hecha a las nueve y con puntualidad británica nos presentamos en el pequeño pero acogedor restaurante. Situado en la transitada y gris Balmes. Local de pocas mesas y de cocina pequeña. Apenas dispone de siete mesas. Mesas de mármol y sillas de madera oscuro. Paredes blancas decoradas con antiguos salvamanteles. Techo alto de color blanco de donde cuelgan unas sencillas pero bonitas lámparas negras. Al fondo se encuentra una pequeña barra que no está habilitada para consumir y donde está la cocina. Bien. Lo primero de todo. Una caña, en este caso y dada las reducidas dimensiones del establecimiento no disponen de barril de cerveza, por lo que tuvo que ser un quinto de cerveza Moritz. El hecho de que fuese un quinto y no una caña reglamentaria no quitó el fin de dicha petición, que no es otro que el de poder observar la carta con detenimiento, disciplina y paciencia, necesarias cualidades para acertar en la elección de los platos. Finalmente y después de barajar varias opciones la velada transcurrió por los siguientes derroteros: Croquetas de carne. Sobresalientes, maravillosas. Buen sabor y de textura perfecta. De obligada elección si decide ir apreciado lector. Pulpo con crema de patata y pimiento rojo con un toque de beicon crujiente. De notable alto, un pulpo muy bueno y cocinado en su punto. La crema en la misma línea, buenísima. Gran plato. Dados de salmón Carpier con vinagre de frambuesa. Delicioso. Un bocado espectacular y un salmón excelente. Macarrones de ragú de vaca. El motivo de nuestra cena. Una delicia. Celestial. La carne buenísima, el toque de salsa que le pone el chef, es de los que causan época. De perfecta cocción. Este plato se tendría que comer en silencio por respeto al mismo. Albóndigas con sepia. De las mejores que he probado nunca. Perfectas, tanto de sabor como en su punto de cocción. La sepia deliciosa. Estos platos fueron bañados por un Vino Llavors 2.013. Vino joven con mezcla de varias uvas. Correcto, bien. Precio los dos: 53,60 Euros. Can Boneta. Todo un descubrimiento y no solo por los macarrones. Cocina simple, sencilla, pero bien hecha. Sin estridencias ni florituras. Producto fresco, bueno, tratado con cariño. Carta pequeña para que puedan trabajar sobre seguro. En la que hay desde una variedad de bikinis, platos para tapear, tablas de quesos y embutidos, ensaladas y una serie de guisos. Servicio, serio, pero profesional, con gran conocimiento de los platos y el producto. La única pega, la carta de vinos, muy pequeña, pocas denominaciones. Lo achaco a las reducidas dimensiones del local, por lo que quedan disculpados. Ahora bien, las copas de vino son de juguete, de risa, para niños pequeños y para no bebedores de vino. Tendrían que corregir este detalle, el vino se merece algo más de respeto. Relación calidad precio excelente. Contentos y satisfechos nos fuimos hacer la digestión al Old Faschioned, situado en la calle Santa Teresa 1, y donde degustamos en su agradable barra un gin tonic de Nordés, perfectamente bien servido. Señoras y señores, no lo duden, vayan al Can Boneta y disfrutarán seguro, garantizado.
Fausto C.
Évaluation du lieu : 5 Madrid
Excelentes los estofados de sepia y de ternera. Las anchoas de L’Escala, el pulpo con puré de patata y los dados de salmón con vinagreta de arándanos muy ricos. Postres caseros y sobresaliente relación calidad precio. 9,5 sobre 10.