El Raconet de Lisboa

El restaurante vinoteca El raconet de Lisboa, lugar reformado desde el 2010, es un lugar especializado en platos de bacalao, tablas de queso y embutidos portugueses, donde encuentras un trato cercano y amable. Os recomiendo probar el pastel de Belén, que los oriundos de Lisboa llaman «pasteis de natas», es pastel crujiente de pasta de hojaldre y crema. También son muy recomendables la torta de Azeitão y la queijada. Los dulces cuestan entre 2,5 y 5 €. Y para acompañarlos nada mejor que una «bica», el café típico portugués, acompañado de una rama de canela. Después podéis atreveros con una copa de vino, o comprar directamente una botella de oporto. Según el presupuesto por 8,50 € se puede obtener un refrescante verde, o suave tinto de Alentejo, por 36 €.
Pero la gran especialidad de este lugar es el bacalao, preparado de mil maneras: con cebolla, huevo, perejil y olivas negras; con zanahoria, crema de leche, pan rallado y gratinado de parmesano; o al horno, con aceite de oliva al ajo; y si no quieres renunciar a la típica «esqueixada» de bacalao, también la encuentras. Los precios oscilan entre los 11 y los 15 €.
Como curiosidad y para los interesados en restauración, pero no la culinaria, tienen un blog que montaron en el inicio de las obras, en el 2010, donde iban narrando la crónica de los avances del lugar: «No hay muchas novedades… Siguen tirando todo abajo. Los lavabos están completamente patas arriba, están marcando las regatas, etc.». Interesante ver la laboriosa transformación de los espacios.

Für mich war «El Raconet» jetzt nur eine Notlösung (keine 150m entfernt ist ein anderer Porti), aber ich habe schon öfters von aussen hier reingeschaut und mir gedacht, dass man das hier mal ausprobieren müsste. Und das habe ich jetzt auch gemacht:
El Raconet ist ein kleines protugiesisches Lokal mit einer kleinen aber feinen Auswahl portugiesischem Süssgebäck und Wein.
Der Innenraum –hab’s ja bereits erwähnt– ist klein mit schwarzweiss gekacheltem Boden und schlichter, moderner Einrichtung. Möbel schwarz im Kaffeehaus-​Stil.
Ich fand die Atmosphäre insgesamt etwas kühl.
Service schnell und korrekt. Preise — für Barcelona normal.