Galp

Tengo un recuerdo bastante amargo pero con sensaciones contrapuestas.
Cuando me saqué el carnet de conducir (Quién pillara aquellos 18 años) mi padre me prestó su vehículo, un Renault 4, con un cambio de marchas más raro que los mandos de la Enterprise y con el depósito más seco que la mojama… así que había que repostar.
Con los nervios a flor de piel, llegué no sé cómo, hasta esta gasolinera, que en aquellos tiempos era bastante más cutre que ahora. Intenté «enfocar» el cuatro latas con el poste, pero cuando salgo del coche, me percato que el depósito está al otro lado… vuelvo a hacer maniobras (en plural) y al hacer marcha atrás casi me cargo todas las instalaciones…
Finalmente, con mi honor por los suelos, logré cargar gasofa y salí de allí, más rojo que un tomate.
Tardé unas dos o tres generaciones de empleados gasolineros en volver por allí, con algo más de experiencia.
Hace años que han quitado el cartel con mi foto, con el subtítulo: «se busca» y voy de vez en cuando a llenar mi moto, sin que me reconozcan…

Gasolinera abierta 24 horas!!! Sí sí, todo el día y toda la noche de todos los días de la semana… y en plena avenida Paralel. Además viene con su tienda habitual de estas estaciones incluída. Sí, con sus snacks a precio de oro y sus botellas de agua al triple de precio que el paki de la esquina. Pero eso sí, abrir 24 horas tiene un precio.
Yo no tengo coche, pero si algún día me quedo tirado sin algo urgente por la zona, ya sé que puedo pasarme por aquí.