¡Es tara personal ir con la sonrisa de oreja a oreja a las 8 en el metro!(Pero es culpa de @radio3_rne.;) Pero pequeños reductos como éste hacen que la férrea mano que me aprieta el corazón un poco más con cada paso que me acerca a Mordor, afloje la presa hasta rendirse. O ir con paso bailón, cada tarde cuando lo cruzo, para volver a casa. Suelo parar, aunque sea con la excusa de consultar algo del móvil. Y lo cruzo lo más en diagonal posible, con toda la parsimonia que haga falta. ¡Porque admito que me encanta! A pesar de ser pequeño y hasta insignificante, comparado con mi queridísimo Parc del Guinardó. Pero ya lo decía mi abuela: «Tanto el mayor placer, como el mayor veneno, pueden venir en porciones minúsculas.» Así que honremos lo pequeño como se merece; por el placer que nos aporta. Son uno de los Jardines urbanos más molones de Barcelona. Separan el final del Passeig de Grácia, del principio del carrer de Gran de Grácia. Y uno de los lugares donde 1° se montan y encienden las luces de Navidad o las atracciones más vostosas de las más que conocidas Festes de Grácia, en el mes de agosto.