La Bruja

En La Bruja te saldrán ranas en la barriga. Elige entre la terraza con manteles cinematográficos, o el interior volcánico con acento romántico y tómate un buen copacho, a ritmo de sonidos latinos. ¡Te morirás por mover el esqueleto! Es un sitio ideal para acabar una dura jornada o empezar la noche. Suficientemente cerca del Raval, como para continuar la fiesta y a la distancia adecuada como para estar tranquilo. Si eres fumador no te pierdas el estanco del «xamfrà» de enfrente.
Advertencia: Prepárate para recibir los más exitosos piropos.

Pequeño local resultón y con mucha clase escondido entre los comercios del barrio. Hay pocas mesas, aunque el ambiente suele ser sosegado y muy agradable, perfecto para tomar una copichuela en buena compañía.
Tienen una buena variedad de cócteles que tu paladar adorará y tu hígado temerá. Las copas están a buen precio, un poco más baratas que en los demás bares de las zonas más concurridas del centro. Der hecho el lugar está un tanto aislado, lo que considero una gran ventaja, porque al ser el único en su especie en unos cuantos metros a la redonda estarás muy tranquilito tomando tus copitas sin tener que aguantar a los modernillos borrachos. De hecho, dede que vivo en el Raval me he dado cuenta de que los modositos jovenzuelos indies son los más garrulos cuando se emborrachan. Normal, la testosterona tiene que salirles por algún lado, digo yo.
Por la tarde también puedes pasarte a disfrutar de un buen té o café, y si tienes hambre tienen bocadillos, ensaladas y aperitivos.
Tomen nota, una muy recomendable opción